♥︎Eres Mía, Muñeca♥︎[+18]Park Jimin.

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¿Quién? Ese tal William, dime ¿de qué forma te castiga?-elevo una ceja.

Jimin... -dije en forma de suplica, no quería hablar-

Presiento que algo muy malo hace, porque tus ojos gritan miedo. -Hablo seguro.

¿Solo has venido a eso? -lo mire.

Ay maldición.... -desvió la mirada-

Exclamo para después tomarte del rostro y besarte, seguiste el beso ante sus necesitados labios por encontrar acceso en tu boca.

Si hubiera un premio por el beso más necesitado lo tendrían ambos, se escuchaba por toda la habitación el choque de sus labios, un beso profundo y tan esperado por ambos.

Te extrañe -no dejaba de besarte.

Te necesite todo este tiempo... -hable agitada.

El solo tomo tus piernas y te subió en el lavamanos, se acomodo en medio de tus piernas sin romper el beso mientras tu ayudabas a desabrochar su pantalón.

El no se quedó atrás quitando tu blusa, dejando ver tu sostén de color rojo.

Ambos estaban listos y antes de hacerlo el rompió el beso para mirarte.

Te mentí la última vez, si sentía algo por ti y ahora me doy cuenta que no puedo vivir lejos de ti, me encantas Dolly. -hablo agitado mirándote a los ojos-

Soy Tn... y también me encantas, Jimin.

El solo sonrió ante tus palabras volvió a besarte y antes de hacerlo volvió a hablar.

Que hermoso nombre.... -Hablo en medio de una sonrisa.

Termino aquella oración para introducirse dentro tuyo, provocando un gemido por ambos. Iniciando esos movimientos desesperados por ir más allá de lo permitido, ahogándose en el amor y placer.
Sin tener en mente la hora de terminar, olvidándose del mundo, el tiempo se detuvo y solo existían ambos.

Te amo... una y mil veces debí decirlo antes...-Hablo tan exitado.

Me haces tan feliz jimin...-dije aferrada a sus hombros.

Seguía embistiendo, dándonos placer de una manera ilegal. Me aferraba a su cuerpo, sentía que en cualquier momento el lavamanos se rompería por la fuerza que se estaba ejerciendo sobre este.

Esto se romperá...-dije con una sonrisa.

Parece que no será lo único que romperé -soltó una risa acompañada de un gruñido.

Tendrás que pagarlo -seguí la broma.

Yo pago todo lo que tu quieras muñeca, descuida -mordió tus labios.

Seguimos hundiendonos en si mismos, la quería ver disfrutar cada movimiento mio.
El espejo empañado por tanto placer, besaba su cuello mientras miraba atraves del espejo nuestros cuerpos desnudos, su espalda arqueada y mis manos marcadas en sus caderas, las gotas de sudor escurriendo por su bella anatomía, como su cabeza se debaja caer ante mi fuerza ejercida.

Vengamonos juntos amor, vamos preciosa. -aumente los movimientos.

Ah...que bien cojes amor..-solté perdida en el placer provocado.