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En algún restaurante en la montaña

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En algún restaurante en la montaña. 9:00 p.m.

Gabriel le había pedido a su hermano que cambiara el lugar de su cita casi a última hora en un restaurante que se encontraba en la parte superior de la montaña, estaba nervioso muy nervioso. No sabía qué esperar de su cita a ciegas, solo que era una mujer que su padre quería en su familia y que era originalmente la cita de su hermano. Había aceptado la invitación de su hermano con cierta renuencia, pero también con curiosidad. ¿Cómo sería la mujer? ¿Qué tendrían en común? ¿Habría química entre ellos?

Llegó al restaurante unos minutos antes de la hora acordada. Era un lugar fino, caro, acogedor y cálido, al pie de una montaña. El restaurante estaba rodeado de vegetación, y la niebla por la altura le daba un toque misterioso y romántico. El paisaje montañero era hermoso, con pinos y la luna iluminando el paisaje entre las montañas.

Gabriel se dirigió a la recepción y le dijo al encargado que tenía una reserva a nombre de O'hara. El encargado lo guió hasta una mesa junto a la ventana, desde donde se podía apreciar la vista. Gabriel se sentó y miró el menú. Todo parecía delicioso, pero también exageradamente pequeño en cuestión cantidad. Se preguntó si aquella misteriosa mujer disfrutaría de la comida.

Mientras esperaba, observó a las otras personas en el restaurante. Había parejas de todas las edades, algunas más felices que otras. Gabriel se imaginó cómo sería su cita, hace tiempo que no tenía una, se preguntaba cómo sería la chica a la que estaba por conocer. ¿Sería divertida, inteligente, simpática? ¿O sería aburrida, tonta, antipática? ¿Le gustaría su aspecto físico? ¿A ella le gustaría el suyo?

De repente, vio a una mujer entrar al restaurante. Era pequeña en comparación a él, su complexión delgada, de cabello castaño y ojos avellana. Llevaba un vestido rojo que resaltaba su figura y su piel clara. Gabriel sintió un golpe en el pecho. Era la mujer más hermosa que había visto en su vida.

La mujer se acercó a la recepción y habló con el encargado. Gabriel no podía oír lo que decían, pero vio cómo el encargado señalaba hacia su mesa. La mujer asintió y empezó a caminar hacia él.

Gabriel se puso de pie y le sonrió. La joven mujer le devolvió la sonrisa y le extendió la mano.

—Hola, soy Alanna —dijo ella con una voz dulce. —Un placer conocerte —sonrió.

—El placer es mío, soy Gabriel —dijo él con un nudo en la garganta.

Se sentaron y se miraron a los ojos. Gabriel sintió una conexión instantánea con ella. Era como si se conocieran de toda la vida, era la primera vez que experimentaba esa sensación electrizante.

—Gracias por venir —sonrió él.

—Gracias a ti por invitarme —Alanna sonrió sonrojada. —Bueno... Más bien de un tercero que organizó esto... —desvió la mirada nerviosa.

—Fue idea de mi padre y tu padre aceptó con gusto —dijo él.

—Lo sé, él me lo dijo... y bueno, parecía más emocionado que yo... —dijo ella, tratando de aparentar.

𝗧𝗛𝗘 𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 𝗢𝗙 𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 || 𝖬𝖨𝖦𝖴𝖤𝖫 𝖮'𝖧𝖠𝖱𝖠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora