VI

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Pov's Allison

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Pov's Allison.

—Puedo iniciar hoy ¿Verdad? —me sonrió la pelirroja con dulzura a lo cual asentí.

—Por supuesto, no tengo problema, tu oficina estará frente a la mía, es más pequeña que la mía pero más grande que las demás —sonreí amablemente   y le hice una seña para que me siguiera.

La guíe hasta su nueva oficina, le expliqué algunos funcionamientos y roles que debía desempeñar y luego la dejé en su nueva oficina para que se instalara. Me dirigí hacia mi oficina y para mí muy buena suerte, Miguel se encontraba leyendo en uno de los sofás que se encontraba frente a mi escritorio.

Lo miré por un momento antes de entrar, se veía normal, debía admitir que sin duda era el hombre más atractivo que me había encontrado en la vida, me causaba un conflicto interno, un sentimiento que me revolvía el estómago, muy a mi pesar giré la perilla y me adentré a mi oficina.

—Quien diría que sigues aquí... Ya puedes irte —dije de mala gana, suspiré y lo miré.

—¿Esa es la forma en la que tratas a tus invitados? —se burló, el tono sarcástico en su voz me molestó.

—Invitados ya lo has dicho, a los intrusos sí —fruncí el ceño y torcí los ojos.

—Mmm, ¿Es una nueva mirada? Me encanta —dijo con picardía provocando nerviosismo en mí.

Lo pasé de largo y me senté en mi silla detrás de mi escritorio, él se levantó y sin esperarlo ya estaba frente a mi, acorralandome en la silla.

—Escucha bien porque odio repetir las cosas —dictó con imperiosidad —Saca a esa pelirroja de tu empresa y de tu vida, un perro haría mejor si trabajo que ella.

—Viendo que te molesta tanto con más orgullo te digo que es mi nueva secretaria y que ni tú ni nadie va a impedir que trabaje con quién se me hinche en gana —dije orgullosa acercándome más a su rostro.

—Tú sola me haces reaccionar, no me culpes por lo que va a pasar —protestó y unió sus labios con los míos, intenté alejarlo sin éxito, ni en broma lograría quitar kilos de musculatura y sensualidad.

Sus manos apricionaron las mías y profundizó el beso, su lengua invadiendo con ansias mi boca, no podía verme pero seguramente estaba roja, mi piel sé erizó y una corriente eléctrica invadió todo mi ser, no pude hacer más que cerrar los ojos y corresponder pero... ¿Por qué? ¿Por qué mis defensas caían contra él? No entendía las reacciones en mí y me negaba a llamarlo "amor".

—Disculpe ¿Interrumpo? —se escuchó desde la entrada, pude escuchar el suspiro de frustración de Miguel, se alejó y miró molesto a la chica que nos había interrumpido.

—Betzabét... Pasa... no interrumpes nada... —expresé aún nerviosa, recuperando el aire.

—Le traigo los papeles que me dió, ya los revisé, eran sencillos así que terminé rápido —dijo con una sonrisa amable ignorando por completo la mirada fulminante de Miguel.

𝗧𝗛𝗘 𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 𝗢𝗙 𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 || 𝖬𝖨𝖦𝖴𝖤𝖫 𝖮'𝖧𝖠𝖱𝖠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora