Capítulo 7

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31 de octubre

Pov Jude
Anoche dormí con mi padre en el hospital, él está cada vez peor y mi corazón se rompe lentamente. No estoy preparado para cuando me tenga que despedir de él. No quiero que nunca llegue ese día. No sé qué sería de mí.

Hoy es un día duro para mí, solo me apetecía estar encerrado en casa y no salir. Cuando regresé del hospital me di una ducha y me puse el pijama, no iba a salir, así que quería estar así.

Mads me mandó varios mensajes, pero no me apetecía nada responderle. Me siento en el sofá para prepararme un porro y fumármelo. Esto es lo único que podría despejar hoy mi mente.

Jude.- quiero morir por sobredosis. Total, nadie me va a extrañar. Soy un capullo.

Sí sigo con vida es por mi padre, sino ya me hubiese suicidado hace tiempo. No quiero relaciones por miedo al abandono, nunca he tenido amigos, no terminé mis estudios, participo y soy líder en carreras ilegales por pasión y por dinero. Vaya mierda de vida.

En el momento que voy a encender el porro, suena el timbre de mi casa. Dejo el porro en la mesa y me levanto para ir a abrir.

Jude.- ¿quién eres?

Repartidor.- ¿Jude Walker?

Jude.- depende, ¿qué necesita?

Repartidor.- una carta del juzgado.

Jude.- ¿del juzgado?

Repartidor.- sí. ¿Es usted?

Jude.- sí.

Repartidor.- fírmeme aquí.

Me extiende una pantalla y firmo con un lápiz, me entrega la carta y cierro la puerta. Abro el sobre y comienzo a leer la carta. Debo asistir como testigo al juicio de una chica de mi bando, su exnovio la maltrató durante su relación.

Vuelvo a sentarme en el sofá y me enciendo el porro. En la tele pongo música a todo volumen y recuesto mi espalda en el respaldo del sofá.

Sólo quería que este día se pasara volando. También llevo tiempo pensando en marcharme de Los Ángeles, sí no me voy es por mi padre, no podría dejarlo solo en el final.

Era por la tarde. Ya varios niños habían venido a pedirme caramelos. El timbre volvió a sonar, así que me levanto para ir a abrir. Cojo el cubo de caramelos para repartir a los niños, pero al abrir la puerta veo del otro lado a Mads.

Jude.- hey.

Madelaine.- hola, Jude, he venido a por mis caramelos- ríe y me da un poco- en verdad, no es por eso, sino por otra cosa.

Jude.- ¿qué pasa?

Madelaine.- las chicas tienen la sarna y no salen y automáticamente pensé en ti.

¿Soy su segunda opción?

Jude.- Madelaine, te seré sincero, eso ha sonado a que soy tu segunda opción.

Madelaine.- no es eso.

Jude.- da igual, uno está acostumbrado. Pasa.

Madelaine.- Jude...

Jude.- entra, antes de que me arrepienta.

Pasa por mi lado y cierro la puerta. Achucha mis mejillas haciéndome morritos y mueve mi rostro, como si fuese un niño pequeño.

Jude.- no hagas eso.

Madelaine.- Judsito, no seas malo.

Ella camina delante de mí. Al llegar al salón ve toda la mesa llena de colillas, una pizza a medio acabar y una botella de litro de cerveza.

Dulce Tentación || Madelaine Petsch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora