El diario de Stephanie K.: Parte VII

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Domingo 26 de Junio del 2016

Día de cansancio mental

El último turno a las 3 de la madrugada me había dejado sin energías, sin contar que cada turno de descanso no pude descansar lo suficiente debido al estrés que tenía de saber que estaba siendo nuevamente acechada, mi mente tampoco me ayudaba recordándome todas las vidas que quité estos últimos días, ahora que lo pienso... hoy es domingo, debería estar descansando en mi casa dormida hasta tarde pero tanto que ansiaba un cambio en mi vida y cuando sucede me quejo... Era este el cambio que quería? Por supuesto que no, para la próxima debo especificar que cambio es el que deseo, son las 3 y 25 de la madrugada y no he podido dormir, trataré de cerrar los ojos lo más fuerte que pueda para obligarme a dormir, mi mente no ganará.

Son las 10 de la mañana, el día que nunca quise que llegara ha llegado, estoy encarcelada en la comisaría de Waledyt por ser acusada de varios delitos, estaré aqui hasta que se termine la investigación llevada por los policias, rogué a los guardias que me dieran el diario y el lapicero para seguir escribiendo de mi vida como método de escape a todo lo que estoy pasando y ojalá para demostrar mi presunta inocencia.

Había quedado en... las horas de la madrugada, eran las 5 y 10 minutos cuando me desperté ya que sabía que tenía un último testigo por silenciar, me bañé, me vestí y tomé una taza de café en una casa que había encontrado a las afueras de Waledyt, aún tenia sueño ya que no había podido dormir por los turnos de guardia... turnos de guardia?... en fin.

Demoré al rededor de 20 minutos en estar lista, guardé en mi bolso una pistola que había usado antes y salí para subirme a un auto que estaba aparcado afuera y conduje a la casa del detective... Conduje? Pero si no se conducir... bueno hay partes del día que no recuerdo bien por el dolor de cabeza que me produjo el último golpe, en fin, mientras me dirigía a mi destino guiada de un GPS en el auto empecé a sentir que alguien seguía mis pasos en un coche, al voltear vi sus ojos observándome ferozmente y su sonrisa que demostraba saber ya todo de mi, decidí acelerar el paso cuando ví que el lo hizo primero, después de pasar la plaza de la ciudad el coche del detective empezó a chocarme sutilmente y cada embestida subía gradualmente su intensidad, después de unas embestidas más aproveché para frenar en seco para que el coche chocara abrutuamente y me diese tiempo de llegar primero a la casa, por suerte llegué sana y a salvo a mi destino donde bajé rápidamente frente a el hogar del detective, saqué un subfusil del copiloto del taxi y lo usé para romper la ventana y entrar por ahí, al atravesarla algunos vidrios rotos rasgaron parte de mis piernas y brazos pero mi adrenalina era tanta que no sentí mucho dolor, al estar en la sala ví una señora en la cocina así que saqué en par de segundos mi pistola del bolso y apunté a su cabeza para mantenerla a raya.

- Tranquila, solo estoy por el detective Thompson - Dije a la señora para demostrarle que no soy su amenaza.
- No-no esta aquí, salió en la tarde de ayer... casi no se la pasa en casa últimamente - Dijo asustada la señora.
- Ya lo sé... - Creo yo haber respondido eso.
- Sé ve que no tienes practica en el uso de pistolas - Dijo la señora en voz baja, decidí quedarme callada para no desconcentrarme de mi propósito, pero mi cuerpo y mente jugaron en mi contra, debido a lo poco que había dormido un gran bostezo inesperado salió de mi boca dándole la oportunidad a la señora de agarrar mi pistola, ponerse tras de mi y empujarme ferozmente sobre el suelo como si hubiese sido una policía experimentada apuntando a mi cabeza.
- Si gritas serás persona muerta - Decía crudamente amenazandome con el arma, de un momento a otro la señora que me aprisionaba con su rodilla apuntó al detective quien entró silenciosamente a casa con un rifle en mano parecido al que usó el padre Grigori en la batalla del Templo de las almas.
- Llama a la policía cariño, que ellos se encarguen de esta situación - Dijo la señora quien cada vez más ejercía presión en mi espalda.
- He estado intentándolo desde hace tiempo pero al parecer me han bloqueado el número de tanta insistencia... - Contestó el detective.
- Toma mi celular - Dijo la señora y tiró su celular al detective que estaba a unos metros de ella, aproveché este descuido para morder su mano apoyada en el piso, eso hizo que cayera a un lado por el debilitamiento de su brazo así que tomé la pistola que ella habia soltado para retroceder mientras les apuntaba.
- No puedes hacer nada Stephanie... afronta tu destino! - Gritó la señora con notable dolor en su rostro, invadida por su oracion decidí salir por una ventana lateral sin decir una sola palabra.

Diarios: Caso de Stephanie KleinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora