Hold your impulses

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La escuela aún no tiene muchos alumnos, es muy temprano todavía. Sin embargo, Sana y Mina se encuentran sentadas en el pasillo del salón donde los talleres se llevan a cabo. La cabeza de la castaña está recostada en los muslos de Mina, que acaricia su cabello con delicadeza.

—O si quieres, podemos cambiar de vecindario. —Llevan hablando sobre sus opciones bastante tiempo, y es que tienen mucho libre pues el aventón que les da Jeongyeon es para estar en las instalaciones de la universidad a las seis de la mañana, una hora más temprano.

Ellas aprovechan las veces que su vecina se ofrece a llevarlas, odian tomar el autobús y evitan todo lo que pueden.

—¿En serio, Sana? —Mina no está molesta, pero ella definitivamente no quiere dejar su actual vecindario. —No, tenemos que buscar otro lugar.

Sana suspira audiblemente y se sienta de un solo movimiento, sorprendiendo un poco a Mina. —¿No es ilegal echarte de un lugar cuando tienen contrato? —la pelinegra se encoge de hombros— Pfff, no podríamos pagar un buen abogado.

—Exacto.— Otro suspiro y Sana se recuesta nuevamente. —No debimos mandar ese mensaje, de seguro la asustamos. Nos conocemos desde hace un día.

Anoche el arrepentimiento fue la causa de su insomnio y eso sumado a levantarse temprano las tiene un poquito sensibles, además de la posibilidad de perder su hogar por una negligencia.

—Hoy le pediremos disculpas, cariño. No dejes que eso te coma la cabeza. —Sana toma una de las manos de Mina y la lleva a sus labios, la deja ahí por unos segundos para después envolverla en su propio cuello.

Cuarenta minutos después, la escuela se ve con más vida. La clase está a punto de empezar y Momo hace acto de presencia. Está vez recogió su cabello en bulto desordenado, como es muy corto; algunos mechones se escapan del agarre pero eso no parece importarle a cierta japonesa que la admira desde el otro lado del salón.

—¿Por qué la miras tanto? —la pregunta de Mina la saca de su trance, ciertamente han estado en una tensión desde que conocieron a su compatriota. Hay algo en ellas que es diferente, pero aún no saben que es.

—¿No te parece linda?

Esa es una muy buena pregunta, piensa Mina.— Claro que lo es — y de esa manera, Momo siente miradas insistentes en su cuerpo. Cuando busca con los ojos, se da cuenta de que la pareja la mira. Sonríe un poco y alza la mano en forma de saludo.

—Tenemos que hablar. —Mina le dice a su novia, sabiendo que el rubor en ambas mejillas no es normal. Mina necesita entender porque no puede cerrarse con Momo, y necesita entender porque su novia tiene actitudes coquetas con una desconocida; Sana es muy especial para compartir un utensilio utilizado por otra persona, solo lo acepta de ella.

Que para variar, es su primera opción para salvar su lindo y amplio departamento.

Sana entra en pánico ¿hablar? ¿sobre qué? —Si tu lo dices —Mina frunce un poco los labios pero no puede reclamar su tono sarcastico pues Son Chaeyoung llega al salón.

—Muchachos, avancemos rápido. Todos vayan por su recipiente con agua, ayer no pudimos concluir la clase de acuarela y hoy tenemos que hacerlo en tiempo record. —Chaeyoung reparte actividades y pronto el montón de alumnos se empiezan a mover. —Momo, ven aquí. Bien, ya que están las tres juntas; tienen unos atuendos color negro. Necesito que en sus expresiones se refleje frialdad y lujo. Está vez por favor no se distraigan, ayer tuvimos tiempo pero hoy no.

Cuando Chaeyoung comienza a preparar el lugar donde posaran, las modelos se acercan al cuarto de limpieza. —Ustedes primero. —Momo se recarga en la pared a un lado de la puerta, no sabe que pasa en el ambiente de la pareja pero definitivamente hay algo ahí.

Masterpiece- MISAMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora