Funny Valentine

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Cuando una pareja hermosa te invita a ser su roomie, tu piensas que solo compartirán casa. Las áreas comunes como mucho. Desde que Momo recibió la oferta, considero que sería buena idea pero cuando la pareja se insinúa contigo, después te lleva a un bar, bailando contigo de una manera sumamente provocadora y una de ellas te besa mientras estás en los brazos de la otra; te cuestionas qué debes hacer.

Sin mencionar el hecho que ya se han visto desnudas dos veces, incluso antes de llegar al sofá en el que están apretujadas. Momo respira agitadamente, no sabe en donde poner sus manos cuando ellas la miran fijamente, sin ir más allá aún.

Es extrañamente cómodo, y Sana y Mina no hacen nada por apresurar las cosas aunque se mueren por hacerlo.

El apartamento es cálido y las respiraciones que salen de sus cuerpos también lo son. —¿Qué quieren de mí? —Momo pregunta, echando su cabello hacía atrás. Ella tiene una idea de lo que quieren.

Sexo.

Pero ¿sólo eso? ¿incluirla? ¿Sobornar para que se vaya a vivir con ellas? Ella no tiene idea que va a seguir de esto y si Momo ha aprendido algo en su vida ha sido a protegerse.

Mina hace brincar su pierna derecha de arriba abajo, demasiado ansiosa por continuar. Están sentadas con el cuerpo hacía Momo, quien poco a poco se relaja. —Por ahora, solo queremos besarte.

La respuesta de Sana no convence a Momo, la castaña se inclina dispuesta a tomar esos labios de una vez por todas, pero un dedo índice en su boca le impide seguir. —Lo estoy preguntando en serio. ¿Cómo sé que no están jugando conmigo? Yo no mentí cuando dije que no suelo hacer estás cosas.

Mina rueda los ojos y pone toda su fuerza de voluntad para expandir su paciencia. —Momo, no tienes de qué preocuparte. Nosotros hemos hablado de esto. —dice señalando a las tres con su dedo índice. —¿Tú quieres?

Momo se agita cuando Sana pasa el dedo índice por su mandíbula, la mayor siente escalofríos cuando el dedo llega a su lóbulo y acaricia ahí. —Sí.

—¿Entonces? —pregunta Sana, inclinándose al oído de Momo. —Hemos pensado en ti.

Momo comienza a jadear con la confesión, cierra los ojos y proyecta a ambas mujeres pensando en ella.

—Y-yo —carraspea su garganta antes de continuar. —No quiero arrepentirme de esto.

Mina abraza su costado, dejando de lado por un momento la urgencia de arrancar la ropa de las mujeres en el sillón. —No te haremos daño, pero si en realidad no quieres esto podemos ir a dormir.

Sana también ha parado sus acciones, asegurándose de que tendrá total consentimiento de Momo para no hacerla sentir incómoda. Ante todo, esto debe de ser un ambiente de confianza y comodidad.

Momo cierra los ojos, después pueden hablar de esto. Cuando abre los ojos, los contrarios la miran intensamente y con deseo, pero a pesar de eso hay algo conocido en ellos; cariño.

Voltea hacía Sana y la toma del cuello, se acerca y presiona sus labios juntos. En cuanto eso sucede, la castaña la toma de la cintura y la acerca más a ella. Abre un poco los labios y Momo lo hace también, Sana chupa el inferior y Mina ve todo en primera fila.

Tiene sentido, ahora que ve a Sana besando profundamente a Momo. Ahora tiene sentido lo que sentía cuando descubría a su novia buscando la mirada de la japonesa. Ahora tiene sentido esa presión cuando Momo le dio de comer en la boca en el restaurante.

Tiene todo el sentido del mundo cuando Sana introduce su lengua en la cavidad bucal de Momo y la chupa sensualmente. Momo frunce las cejas al sentir el músculo caliente indagando en su boca, suelta un jadeo y Mina sabe lo que se siente ser besada por Sana.

Masterpiece- MISAMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora