The plan

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Es temprano por la mañana, Momo aún no se acostumbra a tener que levantarse tan temprano. Sin embargo, es más fácil hacer su nueva rutina. Es miércoles y solo quedan tres días para terminar los talleres.

Deja comida para Boo y va a la cocina. No hay tiempo para preparar algo muy elaborado, así que solo echa plátano, avena y leche a la licuadora. Más tarde comería algo más.

Mientras la licuadora se encarga de triturar los ingredientes, Momo manda un mensaje. Sabe que ella lo va a leer, pues sus clases en la universidad comienzan pronto.

Momo:

"Tzuyu, podemos comer juntas hoy?"

"Necesito hablar con alguien sobre esto"

Pone su celular en la bolsa trasera y se empina el batido directo del vaso del electrodoméstico, rehusandose a usar algo innecesario como un vaso. Corre al baño y se lava los dientes, deja una caricia en el lomo de Boo, toma sus cosas y sale de su hogar.

La mañana es fría, pero alcanza un lugar en el autobús. Mientras pasa por los lugares que el transporte recorre, piensa en lo que no la ha dejado dormir. ¿Es buena idea? Ella está bien ahora, es apretado, sí, pero también es cómodo y es lo justo para ella y su perro.

Además tener que convivir con una tremenda pareja no será lo más sano para ella. Tiene que tomar una decisión, pues Mina y Sana también.

En el salón habitual de talleres, ya se encuentran la mayoría de personas. A excepción de las modelos. —Corre, Mina. —Sana la toma de la muñeca y trata de arrastrar a Mina por los pasillos. Después de su noche, no pudieron parar hasta altas horas de la madrugada.

No sin antes asegurarse de borrar ese mensaje.

—Es tu culpa, Minatozaki. —Mina se queja, arrastrando los pies. Y es que aunque es la más responsable de las dos, Mina nunca podía ganar contra el sueño. Sana está a punto de protestar, sin embargo una melena negra pronto las alcanza y segundos después, las pasa.

—¿Era Momo? —Mina pregunta, un poco más despierta.

—No lo sé. Solo camina.

Al llegar al salón de clases. Momo luce sudada, sus hebras de cabello se encuentran un poquito mojadas por el esfuerzo. Chaeyoung casi se da una palmada en la frente al ver a la pareja en peores condiciones. —¿Qué pasa con ustedes hoy? —pregunta tratando de no sonar molesta, pero están retrasando el taller.

—¡Corrí hasta aquí, al autobús se le jodió una llanta! —Momo limpia su sudor con el dorso de su mano y Mina casi jadea al ver el movimiento. —¡Fueron ocho cuadras!

—Bien, tú te salvas pero ¿y ustedes? —Chaeyoung levanta una ceja en espera de una respuesta. Observa las ojeras que adornan los ojos de las japonesas y su poca energía.

—Noche ocupada. —Tal vez no es la mejor respuesta que pudo haber dado Sana, sin embargo, Mina solo puede sonrojarse y no añadir más leña al fuego.

—Como sea. Al grano. —Chaeyoung pasa su mano por el cabello —Para está clase sólo necesitan posar. Será una sesión con rotuladores y necesito que los chicos se concentren en recrear la textura de su ropa. Vamos a trabajar como el día de ayer, por equipos. —La mujer habla rápido y antes de cualquier otra pregunta, aplaude dos veces. —¡Chop! ¡Chop!

Eso es suficiente para que las tres japonesas vayan a donde se encuentran los equipos. Sana le brinda una sonrisa a Mina y después a Momo. Durante la sesión, solo se escucha la voz de Son Chaeyoung explicando la técnica con rotuladores.

Masterpiece- MISAMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora