25🤍 Libertad.

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Al cabo de la una de la mañana, Yuu recibió una llamada.

Gruño molesto y respondió.

-¿Quien? -preguntó mientras se sentaba en su cama.

-El jefe anterior ha fallecido, Amane-Sama -dijo un hombre al otro lado de la línea -. Hoy comienza su nueva vida como nuestro jefe. Pero, sabes que voy a quitarte ese cargo Yuichirou... -en ese momento el azabache se dió cuenta que era Seishiro -. Te ma-

-Seishiro, cállate -interrumpio al más alto, quien callo al instante -. Tengo sueño y lo único que quiero es dormir. No me amenaces ahora, hasta que esté allá. Tengo contacto con tus demás compañeros, y si quiero, chasqueo mis dedos y terminarás con veinte piedras en el estómago y no necesariamente entrarán por la boca. ¿Escuchaste animal? -dijo molesto. Y en seguida solo escucho un "lo siento" y la llamada se cortó.

Yuu soltó un bufido, dejó de nuevo su teléfono en la mesita de noche y volvió a dormir.

A las seis de la mañana se levantó, le envío un mensaje a Mikaela de que saldría a un pequeño pueblo algo alejado de Tokio a ver a un conocido, quien le vendia vainas de vainilla, ya que quería hacer un flan y no le gustaba el extracto procesado.

Vio que respondió diciendo que estaba bien, que se cuidara, que él también no podría verlo porque sus padres le había pedido que lo acompañaran a ver a una de sus tías. Le dió risa tras ver qué le envió un sticker de un perro llorando.

Se despidieron y guardó su móvil en su mochila. Además ahí guardó un termo con café y su desayuno.

-Ja... No pasó ni un día, y ya se murió el anciano. ¿Por qué no me sorprende? -preguntó al aire, simplemente suspiró pesadamente.

Yuu salió de su casa para ir a la de su difunto abuelo, no sin antes avisar a un subordinado que no quería sorpresas, ya que lo primero que haría sería despedirse del viejito y después ajustar su "nuevo mandato".

Al llegar, entro a la morada como si nada. Todos los hombres lo vieron sorprendidos y se arrodillaron frente al moreno quién caminaba hacia el ataúd que estaba en el centro del patio.
Cerca de este, observó el cuerpo del anciano esperando a que se moviera. Pero tras varios minutos no hubo ninguna reacción. Realmente estaba muerto.

Se arrodilló frente a la caja, juntó ambas manos y comenzó a orar por su abuelo. Solamente le agradeció la compañía que le brindó al principio antes de que comenzará a entrenarlo para matar.

Poco después vio como subieron la caja a una carroza, para llevarlo a la funeraria donde sus tíos lo velarían.

Simplemente suspiró en cuanto se fue el vehículo y uno de los subordinados lo llevo a la oficina del antiguo líder.

Ahí se quedó un buen rato para cambiar las normas y desayunar tranquilamente.

Aunque sus "subordinados" lo iban a buscar constantemente para preguntarle si quería algo. Los amenazó con meterles piedras en el culo si seguían molestando. Solo así siguió escribiendo y analizando (aunque solo lo hacía para curiosar).

Tras varias horas, terminó de hacer su redacción. Se levantó y convocó a todos a la sala de anuncios. Todos se sentaron frente a Yuu quien aclaro su garganta.

-A partir de hoy, soy su nuevo jefe. Sin embargo, hay uno de ustedes que quiere quitarme mi lugar. Quiero que ese alguien se levanté y me lo diga a la cara. Pero será después de mencionarles mis normas -comentó, todos asintieron en silencio -. Bien, las peleas a muerte para reclamar el mandato del clan serán cambiadas por medio de una competencia de vencidas. El ganador será el nuevo líder y el perdedor será botado del clan. Esto para llegar a evitar bajas y el clan siga persistiendo. Al igual que en los desacuerdos se evitarán peleas y se arreglaran por medio de una votación. Ya que en los años que he vivido en este clan, he visto muchas bajas por idioteces que los llevan a la muerte. Las demás normas siguen igual. Son las únicas que modifique.

Segunda Opción [MikaYuu] [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora