Capitulo 3 - Un Jugador, Un Balón

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Con la ciudad envuelta en un silencio inquietante, Messi se detuvo en seco, sorprendido por la ausencia total de vida a su alrededor. "Esto es demasiado raro... ¿dónde se metió todo el mundo?", se preguntó, su voz resonando solitaria en la calle desierta.

Luego, una idea se formó en su mente. "¿Qué pasaría si...", murmuró para sí mismo, colocando la pelota a sus pies y observando la ventana de un auto destrozado a unos 300 metros de distancia. Se concentró, recordando sus años de entrenamiento y la pericia que había adquirido a lo largo de su carrera. Con un movimiento fluido, pateó el balón con toda su fuerza.

El balón salió disparado como un rayo, cortando la calle con una precisión increíble y volviendo hacia Messi con un efecto magnético, como si estuviera atraído por su habilidad recién descubierta. "¡No puede ser! ¿Qué está pasando aquí?", se preguntó Messi, sin poder creer la proeza que acababa de lograr.

Emocionado y un poco aturdido, Messi recordó las indicaciones del mapa y se puso en movimiento. A medida que sus pies golpeaban el suelo con una agilidad sobrenatural, experimentó una sensación de velocidad y destreza que nunca había sentido antes. "¡Esto es increíble!", exclamó mientras seguía corriendo por la ciudad desierta, cada paso una ráfaga de movimiento veloz y controlado.

Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, un carro voló hacia él desde un costado. Messi se inclinó rápidamente, esquivando el proyectil por poco, y se giró para enfrentar a su atacante. Lo que vio lo dejó boquiabierto: un ser mutante de aspecto aterrador, con brazos gigantes y un torso musculoso desproporcionado que parecía desafiar toda lógica biológica. "¡Pero qué carajos es eso!", exclamó Messi, asombrado por la monstruosidad frente a él.

Con los zombies rodeándolo y el mutante monstruoso lanzando puñetazos descomunales, Messi se preparó para el enfrentamiento. Sin perder la calma, confió en sus habilidades futbolísticas y comenzó a enfrentar a los no-muertos con una gracia y agilidad asombrosas.

Gambeteó al primer zombie, pasando el balón entre sus piernas antes de lanzar un potente disparo que hizo añicos su cráneo. Luego, con un rápido giro, evitó a otro que se abalanzaba hacia él, enviándolo al suelo con un regate audaz. Continuó su baile entre los caminantes, utilizando movimientos rápidos y precisos para eludir sus ataques y deshacerse de ellos con certeros golpes de balón.

El monstruo mutante lanzó un puñetazo que se abalanzó hacia Messi con una fuerza devastadora. Messi, manteniendo la calma, controló el balón con maestría y, con un movimiento rápido, lo lanzó hacia la criatura. El balonazo impactó contra su cabeza, aturdiéndolo temporalmente y dando a Messi una oportunidad crucial.

Con un resplandor de determinación en sus ojos, Messi recordó sus años de entrenamiento y el amor por el juego. Canalizando toda su energía y concentración, dirigió su último disparo hacia el corazón del monstruo. El balón, impulsado por una fuerza insondable, atravesó el cuerpo del ser con una precisión devastadora, liberando una onda de energía que comenzó a desintegrar al monstruo, convirtiéndolo en polvo oscuro que se dispersaba en el viento.

Messi se quedó mirando el lugar donde yacía la amenaza, sorprendido por la fuerza que había logrado reunir y la eficacia de su ataque. "No sé cómo lo hice, pero funcionó", murmuró para sí mismo, asimilando la magnitud de lo que acababa de lograr. Sin embargo, su victoria fue momentánea, ya que la oscuridad de la noche recordaba que había más peligros acechando en las sombras de la ciudad silenciosa.

Con la noche derritiéndose en la mañana y la tarde que seguía de cerca, Messi continuó su agitada carrera por las calles desoladas, atravesando oleadas de zombies mutantes con un dominio increíble. A medida que su ritmo acelerado y sus habilidades futbolísticas se fusionaban en una danza mortal, Messi derribaba a los monstruos con una serie de maniobras impresionantes.

Con destreza, golpeaba las extremidades de los mutantes, debilitándolos antes de enviarles un certero golpe en la cabeza que los desintegraba en un instante. Utilizaba giros rápidos y fintas audaces para esquivar sus ataques y contraatacar con una precisión letal. Cada patada y cada movimiento estaban imbuidos de una destreza que desafiaba toda lógica, como si Messi hubiera encontrado una armonía perfecta entre su habilidad en el fútbol y la supervivencia en un mundo de pesadilla.

A pesar de la maratón de violencia, Messi se sorprendió al notar que no se sentía cansado. "¿Cómo es posible? ¿Qué me está pasando?", se preguntó, sintiendo una extraña energía vital que parecía fluir a través de su cuerpo, dándole fuerzas renovadas a cada paso.

Sin embargo, a medida que la tarde se desvanecía en la penumbra, Messi se enfrentó a un nuevo obstáculo: el puente principal que había planeado cruzar estaba cerrado, bloqueando su camino hacia la seguridad. Evaluando rápidamente la situación, sus ojos detectaron otro puente a lo lejos. Aceleró su paso, su determinación inquebrantable impulsándolo hacia la nueva ruta en un intento desesperado por encontrar una salida de la pesadilla que había invadido la ciudad.

 Aceleró su paso, su determinación inquebrantable impulsándolo hacia la nueva ruta en un intento desesperado por encontrar una salida de la pesadilla que había invadido la ciudad

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Messi en High School of the Dead (Hecho con Chatgpt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora