Capitulo 5 - Calma en el abismo

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Después de un largo y agotador viaje, finalmente llegaron a salvo a la casa de la amiga de Shizuka, quien, para su decepción, no se encontraba allí. A medida que la noche caía sobre ellos, las chicas se dirigieron a tomar un baño juntas, disfrutando de un breve respiro en medio del caos reinante. Mientras tanto, Messi, Takashi y Kohta se encontraban en el salón principal, sumidos en una conversación sobre los eventos que habían llevado a Messi a este extraño mundo.

"Miren, chicos, yo estaba en el baño del estadio, y de repente me encuentro aquí, en medio de todo este quilombo", explicó Messi, intentando dar sentido a su situación con sus limitados conocimientos. "No tengo ni idea de cómo o por qué sucedió".

Takashi, mientras intentaba abrir una caja fuerte, asintió con comprensión. "Es algo loco. Y ahora estamos luchando por nuestras vidas contra estos malditos monstruos. ¡Pero no te preocupes, Messi, lo estamos manejando!"

Mientras tanto, Kohta se afanaba en manipular la caja fuerte, su entusiasmo creciendo a medida que sentía que se acercaba al objetivo. "¡Chicos, esto es asombroso! ¡Miren todas estas armas de la más alta calidad militar! ¡Esto es como un sueño hecho realidad para mí!", exclamó con una emoción evidente en su voz.

Takashi, con una sonrisa, agregó: "Parece que hemos dado en el clavo aquí. Con estas armas, podríamos tener una ventaja real contra esos tipos allá afuera".

Kohta, mirando a Messi y Takashi con una chispa traviesa en sus ojos, comentó: "¿Y qué dicen de espiar un poco a las chicas mientras se relajan en el baño?".

Messi, con una mirada de desaprobación, lo reprendió con humor: "Che, gordo pajero, mejor ocupémonos de esto primero. No es momento para andar con boludeces". 

Con determinación, continuaron abriendo la caja fuerte, conscientes de que su supervivencia dependía de su habilidad para aprovechar al máximo los recursos que tenían a su disposición.

Con determinación, continuaron abriendo la caja fuerte, conscientes de que su supervivencia dependía de su habilidad para aprovechar al máximo los recursos que tenían a su disposición

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Mientras Messi, Takashi y Kohta continuaban su charla en el salón, el bullicio proveniente del baño de las chicas se intensificó, causando una mueca de molestia en el rostro de Messi. "Estas minas no se callan ni un segundo, che. ¿No se dan cuenta de que estamos tratando de concentrarnos aquí?", se quejó Messi, frunciendo el ceño en respuesta al alboroto proveniente de la habitación contigua.

Takashi, respondiendo a su frustración, encendió el televisor para verificar las noticias y, para su horror, se encontraron con una transmisión que detallaba el aumento de los encuentros con entidades aterradoras que transformaban a las personas en seres oscuros y distorsionados con un simple toque. Messi recordó vívidamente su enfrentamiento previo con una de esas entidades, sintiendo cómo la gravedad de la situación se asentaba pesadamente en su pecho.

En medio de su inquietud, Shizuka apareció de repente detrás de Takashi, envuelta en una toalla, aparentemente en un estado de embriaguez. Comenzó a darle besos, pero cuando se acercó a Messi, este se apartó rápidamente, consciente del peligro potencial. "¡Che loca, cuidado! Si Antonela me ve así, me mata", murmuró Messi con nerviosismo, mientras incitaba a Takashi a llevar a Shizuka a su habitación para que descansara.

A medida que la tensión se disipaba en el salón, Messi se encontró contemplando las noticias, su mente luchando por procesar la gravedad de la situación. Kohta, que estaba vigilando desde el balcón con unos prismáticos, lo llamó en voz baja para que se uniera a él. "¡Messi, ven a ver esto! ¡Hay problemas afuera!", susurró Kohta, apuntando hacia la calle.

Inmediatamente, Messi se dirigió hacia el balcón, donde vio a una niña indefensa rodeada por una horda de zombies enloquecidos. Sin dudarlo ni un segundo, Messi agarró su fiel balón y se preparó para actuar. "Cubrime y llama a los demás. Voy a sacar a esa piba de ahí", anunció con determinación, antes de saltar ágilmente desde el balcón hacia la peligrosa multitud, con el corazón latiendo con ferocidad en su pecho.

 Voy a sacar a esa piba de ahí", anunció con determinación, antes de saltar ágilmente desde el balcón hacia la peligrosa multitud, con el corazón latiendo con ferocidad en su pecho

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Messi en High School of the Dead (Hecho con Chatgpt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora