Capitulo 1 - ¿Che, sale futbol?

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Messi, todavía confundido por su extraño entorno, comenzó a caminar lentamente por las calles desconocidas de Tokonosu. A medida que el sol comenzaba a elevarse en el cielo, notó cómo su cuerpo se sentía diferente, como si estuviera más ligero, más ágil.

"Fua, che, ¿Qué onda con mi cuerpo? Siento como si pudiera correr una maratón sin siquiera cansarme. No entiendo lo que está pasando aquí", murmuró Messi, flexionando sus músculos y sintiendo una energía renovada que nunca había experimentado antes.

Mientras avanzaba por las calles, Messi se dio cuenta de que la ciudad estaba extrañamente tranquila. Aunque el ambiente parecía sereno, el argentino no pudo evitar sentir un escalofrío recorriendo su espalda. "¿Dónde están todos? No puede ser que una ciudad esté tan en calma a esta hora del día. Esto no me gusta nada, loco", se dijo a sí mismo, inquieto por la falta de actividad.

En su camino, comenzó a notar pequeños detalles en el entorno que no encajaban del todo. Vallas publicitarias mostrando anuncios en un idioma que no reconocía, calles que no coincidían con ningún mapa que hubiera visto antes. "¿En donde estoy? Esto es una locura total", se dijo a sí mismo, asombrado por la extrañeza de su situación.

Con el sol en su punto más alto, Messi notó que las calles seguían desiertas, lo cual le generaba una sensación de intranquilidad que no podía sacudirse

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Con el sol en su punto más alto, Messi notó que las calles seguían desiertas, lo cual le generaba una sensación de intranquilidad que no podía sacudirse. "Esto no puede ser normal, che. ¿Dónde se metió toda la gente? ¿Una ciudad fantasma?", se preguntó a sí mismo, acelerando el paso en busca de respuestas.

En medio de su caminata, los gritos resonaron en todas direcciones, desencadenando una conmoción en el ambiente. Messi se detuvo en seco, observando cómo una multitud de jóvenes vestidos con uniformes escolares huían en pánico. "¿Qué les pasa a estos pibes? Parece que vieron al diablo", murmuró Messi, desconcertado por la situación.

Decidiendo ir en contra de la corriente para entender qué estaba ocurriendo, Messi se dirigió hacia la fuente del caos, sin sospechar que estaba a punto de descubrir una realidad completamente distinta a la que conocía.

Con cada paso, la sensación de urgencia crecía en su interior. "Vamos, vamos, ¿Qué está pasando acá?", se dijo a sí mismo, abriéndose camino entre los estudiantes aterrorizados. Finalmente, sus ojos se posaron en un edificio que se alzaba imponente a lo lejos. "¿Una escuela?", exclamó Messi, incrédulo ante la situación surrealista en la que se encontraba.

Messi, asombrado por la escena caótica ante sus ojos, entró cautelosamente a la escuela, encontrándose con un panorama de destrucción y caos

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Messi, asombrado por la escena caótica ante sus ojos, entró cautelosamente a la escuela, encontrándose con un panorama de destrucción y caos. La visión de las criaturas que se movían torpemente y gemían lastimosamente le recordaba a algo salido de una película de terror. "Pero qué... esto no puede ser real", se dijo a sí mismo, intentando asimilar lo que veía.

Sin embargo, en medio de la tensión que colmaba el ambiente, una extraña sensación comenzó a crecer en su interior. Un impulso que no podía ignorar. "Che, ¿Qué onda conmigo? Siento como si tuviera que patear algo...". Se agachó rápidamente y agarró una piedra del suelo, mirándola con determinación.

Con los zombies acercándose rápidamente, Messi se puso de pie, su semblante transformado por una extraña determinación. "¿Sale un futbol?", les preguntó a las criaturas en un tono desafiante, como si estuviera a punto de enfrentar a un equipo rival en la final de un campeonato. La roca salió disparada de su pie, golpeando a uno de los no-muertos en la cabeza y haciendo que se desplomara al suelo.

El resto de los zombies se lanzaron hacia Messi con ferocidad, pero él no se amilanó. En lugar de retroceder, sacó lo mejor de sus habilidades futbolísticas y comenzó a lanzar balonazos precisos que destrozaban las cabezas de sus enemigos. Cada vez que la piedra golpeaba a un zombie, rebotaba ágilmente, volviendo a sus pies para que Messi pudiera ejecutar un nuevo truco.

Entre giros, regates y disparos perfectamente colocados, Messi demostró su habilidad excepcional, despejando el camino a través de la horda de no-muertos como si estuviera en un juego épico. Aunque la situación era aterradora, su destreza y confianza infundían un aire de esperanza en el caos reinante.

 Aunque la situación era aterradora, su destreza y confianza infundían un aire de esperanza en el caos reinante

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Messi en High School of the Dead (Hecho con Chatgpt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora