Nunca pensaron que eso pasaría, solo eran un vago recuerdo de su niñez, quien diría que terminarían enamorándose pero tal vez el destino no quería eso pues debían ocultar su amor, ese amor tan puro que tenían, si solo la sociedad no lo viera de esa...
Finalmente el día había llegado y un miedo gigante se apoderaba de mi, había terminado de cambiarme y estilizar mi cabello, llevaba el vestido azul marino de las trillizas. Me debatía si realmente ir o no, pero al escuchar las risas de mis hermanas supe lo que debía hacer.
-Maquillame.- Dije nada más entrar a la habitación de Estonia.
-¿Y eso?- Pregunto con curiosidad, llevaba un vestido algo largo con una manga.
-Tu solo hazlo.- No tenía tiempo para arrepentirme, no ahora.
20 minutos después estaba analizando mi cara, solo había sido un gloss, rubor, sombras y un pequeño delineado.
-¿Qué tal?-
-Gracias.- La miré, me levante y nos dirigimos a la puerta. -Bueno, los veo ahí.- Dije con nerviosismo despidiéndome de mis hermanos y comenzando a caminar.
En diez minutos llegué a aquel departamento que tan bien conocía, toque la puerta y espere.
-Llegaste temprano.- Respondió al abrir la puerta.
Japón vestida con un largo vestido rosa con cuello estilo polo y mangas puff con el cuello y el final de la manga de color blanco. Una coleta alta perfectamente hecha y un ligero maquillaje. Simplemente hermosa.
-Bueno, apenas son las 7 y el camino a pie es como de 1 hora.-
-Tienes razón.- Salió de la casa y bajo las escaleras. A mi me tomó un poco más procesar la información del último minuto.
Cuando me recompuse la seguí hasta el lobby donde empezamos a caminar. El trayecto se baso en silencio, nuestras expectativas sobre el baile, como habían sido para ambas los últimos años.
-¿Nunca habías ido hasta el 2000?-
-Nop, nos la pasábamos en casa haciendo cualquier otra cosa, incluso después del 91.-
-Al menos no viste a URRS haciendo el ridículo con México.-
-Hasta crees, no había semana en la que no los vieramos así.- Tras aquel comentario comenzamos a reír, cosa que no duró mucho pues finalmente habíamos llegado a nuestro destino.
Apenas eran las 8 pero ya se podía ver a gente, ONU en la entrada con FBI, Francia y su familia, algún que otro país que no lograba reconocer y mis hermanos. Me dirigí hacia ellos, luego podria buscar a Japón.
-Hola, ¿llegaron hace mucho?- Me dirigí hacia Kaz.
-No realmente, unos diez o quince minutos tal vez, pasamos por gasolina.- Respondió.
-¿Ya se fueron las chicas?- Pregunte al no verlas entre todos.
-Si, en cuanto llegamos. Ya sabes como son.-
Después de eso me quedé un rato con ellos, nunca hacíamos nada, solo veníamos a hacerles compañía a nuestras hermanas. Cuando dieron las 9:30 me puse a buscar a Japón que estaba hablando con alguien.
-Japón.-
-Ah, hola Biel, ¿cómo están tus hermanos?-
-Bien, ¿con quién tengo el gusto?- Pregunte dirigiéndome mi vista hacia la tercera persona de la charla.
-Biel, ella es Filipinas, Filipinas ella es Bielorrusia.-
-Un gusto.- Me saludó extendiendo la mano.
-Un gusto igualmente.- Respondí agarrandola.
-Bueno, yo ya me hiba fue un gusto verlas.- Se levantó y se fue hacia alguna parte.
-Bueno ¿y ahora?- Habló Japón.
-Muy buenas noches.- Empezó a sonar por los altavoces. -Bienvenidos sean al baile de parejas de este año, como saben anualmente se festejan convivios en la oficina para celebrar la creación o unificación de las naciones unidas.- Tras eso empezó a sonar el clásico "happy birthday" y de fondo se escucho un desanimado "ehh".- Pero bueno, esto no se trata de mi sino de ustedes. Disfruten.- Y la música clásica que sonaba al principio cambió por algo de pop actual.
-Supongo que bailar.- Conteste a la pregunta inicial y así empezó mi última noche normal.
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La fiesta poco a poco empezó a animarse haciendo que nos movieramos en la pista y llendo por algunos tragos, el alcohol no era nuevo para mí, pero se sentía raro hacerlo delante de alguien que no fueran mis hermanos.
Bailamos y bebimos hasta el cansancio yo me sentía feliz, de vez en cuando divisaba a mis hermanos, pero mi prioridad era mi acompañante actual, también comomimos algunos bocadillos entre dulces y salados. Me la estaba pasando bien y eso era lo único que me importaba en ese momento.
No sabría decir a qué hora fue exactamente, solo recuerdo que estábamos cansadas y alcoholizadas cuando nos alejamos de la multitud. Ella agarro mi mano y me llevó yo no estaba muy consciente que digamos así que solo me deje llevar, llegamos a lo que parecía ser una sala abandonada donde nos sentamos en el piso, la música ya no sonaba tan fuerte y el ruido de la gente era apenas un murmullo dentro de esas cuatro paredes.
-Dios, estoy exhausta.- Dijo tratando de regular su respiración era notorio que estaba borracha.
Así nos quedamos unos minutos o dos canciones para ser precisos hasta que empezó a sonar "I wanna be your girlfriend" de Girl in Red.
-Dios, amo esta canción.-
La volteé a ver, se veía hermosa bajo la luz de la luna, no se que me impulso a hablar, talvez las copas que llevaba encima.
-Japón.- La llamé. -No se como decirte esto porque eres una gran amiga, pero tengo que sacar esto. Yo hace tiempo que siento esto, te veo y algo en mi se revuelve. Japón me gustas, realmente me gustas, pasar tiempo contigo, tus mensajes, tu simple existencia me hace feliz y hace que me enamore de ti.- Me giro a verla y algo en ella me atrae, me acerco a ella y la beso.
Es un beso lento y torpe haciendo que nos separemos en poco tiempo.
-También me gustas, Biel.- Ahora ella nos une en un beso más apasionado. No me quiero separar y así nos quedamos hasta que empieza la siguiente canción.
-¿Te gustaría salir conmigo?-
-¡Claro!- Responde con entusiasmo.
Me levanto del suelo y le extiendo la mano.
-Vamos.- Agarra mi mano y empiezo a correr.
No se a donde me dirijo solo se que huimos de todo y de todos en el edificio sin importar que, seguimos corriendo hasta llegar al parque.
-El parque, linda elección.-
-¿Me concedería este baile?- Le propongo.
-Por supuesto.- Agarra mi mano y empieza a bailar.
Es un intento torpe de baile lento, pero no nos importa, la elevo al aire al parecer si soy fuerte. Damos vueltas en el mismo punto riendo y cuando la bajo nos besamos de nuevo en un cálido beso.
Solo ella y yo bajo la luz de la luna disfrutando el momento y la noche, nuestra última noche en la que seríamos felices.
