VI

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Serafina, por segunda vez salió al bosque pero esta vez, su pecho se contorsionaba en adrenalina y necesidad. Había escapado con éxito de la deprimente habitación dónde la tenían encerrada incluyendo miradas de pena, le daba exactamente igual pero muchas personas decían cosas innecesarias que la hacían enojar, siendo así porque de cierta manera había tenido la necesidad de huir.

"Mirá, esa es quién diagnósticaron un tumor incurable, ¡Pobre niña!" Alguna que otra mujer vieja con fortuna decía: "¡Ay que horror, menos mal que mi hijo nació sano!" En verdad quería ignorar la angustia, «¿Porqué les incumbía saberlo?»pensó molesta.

Drabbles - Impronta de JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora