Tercera parte de la adaptación de la historia «El nuevo secretario» que encontrarás en mi perfil, al igual que la primera y la segunda parte. Te recomiendo que las leas antes de iniciar esta.
First seme
Khaotung uke
M-preg
Tras dos meses todo se puso peor pues una noche en la que tenían una cena con unos inversionistas, resultó que la ropa favorita de Khaotung y la que había escogido para la ocasión, no le cabía.
...-Cariño, habrás engordado un poco no te preocupes, a mi me sigues gustando. Estás hermoso
-Deja de decir tonterías First, es tarde y no tengo nada que ponerme
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-Amor, tienes un armario lleno de ropa
-Pero yo quería ponerme eso
Esa noche tuvieron una discusión muy fuerte y entonces Khaotung quiso irse de la mansión, empezando a quitar sin control la ropa de sus cajones ante la mirada atónita de su esposo.
...-¿Qué estás haciendo?, ¿A dónde quieres irte?
-¡Me iré a un hotel!, ¡Mark me llevará, no te preocupes!
First le detuvo sujetándolo por un brazo.
-¡No!, ¡No voy a permitir que te vayas!, ¡no estás en condiciones de estar solo!
El más bajo resopló furioso y con un rápido gesto se soltó del agarre.
-¡Suéltame o no regresaré nunca más!
El empresario no podía creer lo que estaba escuchando y anonadado lo siguió con la mirada.
-¡Mírate!, ¡estás fuera de ti!, ¡Acaso ya lo tenías planeado!
-¿Estás listo, Khao?- preguntó su amigo llegando y cogiendo la maleta de su amigo.
-¿Cómo es que él ya viene si acabas de decidir irte?- preguntó sarcástico el empresario pues eso confirmaba sus sospechas. contéstame, ¿ya tenías pensado abandonarme?, ¿por qué?, no lo entiendo, nos amamos y yo solo me preocupo por ti y por tu salud
El ayudante suspiró y lo miró con pesar.
-Volveré, no te preocupes
-No te vayas.. Por favor, no te preguntaré más pero no te vayas-suplicó First poniéndose de rodillas.
-Lo siento pero tengo que irme-dijo Khaotung girándose, sin embargo el empresario se levantó y lo abrazó por detrás.
-Te amo, tú eres toda mi vida...por favor no me abandones. Te daré todo lo que tengo, es tuyo pero no te vayas
El ayudante le soltó las manos y se apartó sin mirarle.
-Lo siento
Tras irse este, el joven empresario se tumbó en la cama y se abrazó a la almohada, ya que tan solo tenía ganas de morirse pues su esposo se había ido y no entendía el porqué.
Tan solo se le ocurría un motivo y era que este tuviese un amante y lo había dejado por irse con él, aunque se negaba a creerlo pues él había sentido su amor docenas de veces.
