Capitulo 5¡!

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Henry se levantó con muchísima dificultad, miraba a sus lados y no veía nada, todo estaba borroso, solo podía distinguir las voces de sus compañeros quienes le gritaban al oído.

Y de repente, estaba de vuelta en el piso, cayó seco al suelo. Sus amigos se acercaron y trataron de levantarlo. Ese golpe en las pelota y más el cansancio lo habían matado.

— Mierda Henry, respira — Exclamó Vic, parecía que era el único que estaba del todo consiente de la situación. — Mejor.... Mejor te llevamos a tu casa — Expresó con preocupación.

Henry observaba al suelo con cierta decepción. Sentía enojo por una parte y por otra angustia, no podía aceptar lo que estaba pasando. Solo quería irse de allí.

— Estoy bien, Victor — Respondió hostil para luego empujar a su amigo. — No tienes porque ayudarme, no soy un marica — Exclamó mostrando su masculinidad frágil

Victor y Belch se quedaron completamente callados, sabían que si decían algo Henry los iba a matar.

Luego de eso caminó furioso, pateaba algunas piedras y quería golpear absolutamente todo, para colmo estaba cansado, sucio y le dolían las bolas, peor no podía ser.

Pero para su desgracia, no caminaba sólo, estaba siendo acompañado por Patrick, quien estaba a unos pasos más atrás que él.

— Hey —
Henry se dio vuelta con desagrado
— Que quieres — Exclamó enojado, sus ojos azules ya no brillaban, estaban más apagados que nunca.

— ¿No quieres ir a ver algo fascinante? — Preguntó el pelinegro quien lo miraba con una cara de pederasta en potencia.

'Mierda' Pensó, ¿Que debería hacer? Si llegaba a su casa su padre le iba a pegar por estar llorando como un marica. Pero a la vez le daba miedo ir con Patrick, de seguro le iba a mostrar alguna cosa rara o asquerosa.

— Está bien, es mejor que llegar a mi casa para que mi padre me insulte. — Exclamó con decepción, nunca solía decir que su padre le pegaba, pero esta vez andaba un poco sentimental.

— Okay — Sonrió — Sígueme —

Patrick se metió entre los árboles y Henry aceleró para alcanzarlo, cada vez iban más rápido, cosa que a Bowers lo mareaba un poco.

Finalmente llegaron al lugar, el rubio estaba agitado.

Patrick se tiró en el pasto y Henry no tardó mucho en hacer lo mismo. Bowers se sentía mal y quería llorar, seguía enojado y angustiado por todo.

— Mira el cielo — Exclamó Patrick — No es real — El rubio lo miró extrañado.

— ¿Que? — Preguntó — No empieces con tus cosas raras pat — Sonrió levemente y siguió mirando al cielo.

Henry suspiró, estaba muy agotado y el lugar lo tranquilizaba un poco, cerró los ojos unos minutos y se durmió. Pero una mano lo levantó, algo le tocaba el muslo y se deslizaba hasta su entrepierna.

Su corazón se aceleró, abrió los ojos rápidamente y trató de ponerse de pie, pero la mano de Patrick se lo impedía. Hockstetter estaba enfrente de Henry, sentado viendo hacia el bosque.

— ¡¿Que haces marica?! — Exclamó enojado.

— Shhh — Luego de callarlo señaló hacia el bosque.

¿Que mierda pasaba?

De la nada unas sombras pasaron entre los árboles, se escuchaban unas risas y murmullos. Era el club de los perdedores.

— ¿A donde van?— Preguntó con una sonrisa en el rostro.

Patrick se quedó callado por unos segundos, pensando en la pregunta del rubio

— Se dirigen hacia los Barrens — Señaló hacia la dirección a la que iban. — Algún día deberíamos seguirlos — Exclamó con una pequeña sonrisita en su rostro.

Las risas desaparecieron de un momento a otro y los chicos volvieron al silencio.

— Ah, cierto — Dijo Patrick para si mismo — Me olvide de mostrarte la cosa que quería —

Henry levantó la cabeza rápidamente y miró al pelinegro quien ya se había puesto de pie. A decir verdad, se veía bastante apuesto.

Hockstetter ayudó a Bowers a ponerse de pie y lo llevó hacia el lugar que buscaban.

— ¿Que es esto? — Preguntó. A su alrededor no había nada. Era como una especie de descampado que tenía una nevera en el centro.

De la nada un olor asqueroso se hizo presente, era como un hedor a sangre y carne en descomposición.

— Mira esto Hen — El alto se acercó a la nevera y se puso de cuclillas. El rubio no tardó mucho en aproximarse para hacer lo mismo.

Ambos estaban enfrente de la nevera, mirándose a los ojos.

De repente Patick abre la nevera, revelando el cadáver de un perro y un par de palomas.

— ¡Mierda! — Henry cayó para atrás de la impresión.

— Vamos Hen, nisiquiera son reales — Exclamó acercandose al rubio.

— ¡¿Q-Que mierda dices Patrick?! — El más bajo se empezó a marear del asco — ¡Estas loco! —

Ultraviolence // HenpatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora