Henry se levantó con muchísima dificultad, miraba a sus lados y no veía nada, todo estaba borroso, solo podía distinguir las voces de sus compañeros quienes le gritaban al oído.Y de repente, estaba de vuelta en el piso, cayó seco al suelo. Sus amigos se acercaron y trataron de levantarlo. Ese golpe en las pelota y más el cansancio lo habían matado.
— Mierda Henry, respira — Exclamó Vic, parecía que era el único que estaba del todo consiente de la situación. — Mejor.... Mejor te llevamos a tu casa — Expresó con preocupación.
Henry observaba al suelo con cierta decepción. Sentía enojo por una parte y por otra angustia, no podía aceptar lo que estaba pasando. Solo quería irse de allí.
— Estoy bien, Victor — Respondió hostil para luego empujar a su amigo. — No tienes porque ayudarme, no soy un marica — Exclamó mostrando su masculinidad frágil
Victor y Belch se quedaron completamente callados, sabían que si decían algo Henry los iba a matar.
Luego de eso caminó furioso, pateaba algunas piedras y quería golpear absolutamente todo, para colmo estaba cansado, sucio y le dolían las bolas, peor no podía ser.
Pero para su desgracia, no caminaba sólo, estaba siendo acompañado por Patrick, quien estaba a unos pasos más atrás que él.
— Hey —
Henry se dio vuelta con desagrado
— Que quieres — Exclamó enojado, sus ojos azules ya no brillaban, estaban más apagados que nunca.— ¿No quieres ir a ver algo fascinante? — Preguntó el pelinegro quien lo miraba con una cara de pederasta en potencia.
'Mierda' Pensó, ¿Que debería hacer? Si llegaba a su casa su padre le iba a pegar por estar llorando como un marica. Pero a la vez le daba miedo ir con Patrick, de seguro le iba a mostrar alguna cosa rara o asquerosa.
— Está bien, es mejor que llegar a mi casa para que mi padre me insulte. — Exclamó con decepción, nunca solía decir que su padre le pegaba, pero esta vez andaba un poco sentimental.
— Okay — Sonrió — Sígueme —
Patrick se metió entre los árboles y Henry aceleró para alcanzarlo, cada vez iban más rápido, cosa que a Bowers lo mareaba un poco.
Finalmente llegaron al lugar, el rubio estaba agitado.
Patrick se tiró en el pasto y Henry no tardó mucho en hacer lo mismo. Bowers se sentía mal y quería llorar, seguía enojado y angustiado por todo.
— Mira el cielo — Exclamó Patrick — No es real — El rubio lo miró extrañado.
— ¿Que? — Preguntó — No empieces con tus cosas raras pat — Sonrió levemente y siguió mirando al cielo.
Henry suspiró, estaba muy agotado y el lugar lo tranquilizaba un poco, cerró los ojos unos minutos y se durmió. Pero una mano lo levantó, algo le tocaba el muslo y se deslizaba hasta su entrepierna.
Su corazón se aceleró, abrió los ojos rápidamente y trató de ponerse de pie, pero la mano de Patrick se lo impedía. Hockstetter estaba enfrente de Henry, sentado viendo hacia el bosque.
— ¡¿Que haces marica?! — Exclamó enojado.
— Shhh — Luego de callarlo señaló hacia el bosque.
¿Que mierda pasaba?
De la nada unas sombras pasaron entre los árboles, se escuchaban unas risas y murmullos. Era el club de los perdedores.
— ¿A donde van?— Preguntó con una sonrisa en el rostro.
Patrick se quedó callado por unos segundos, pensando en la pregunta del rubio
— Se dirigen hacia los Barrens — Señaló hacia la dirección a la que iban. — Algún día deberíamos seguirlos — Exclamó con una pequeña sonrisita en su rostro.
Las risas desaparecieron de un momento a otro y los chicos volvieron al silencio.
— Ah, cierto — Dijo Patrick para si mismo — Me olvide de mostrarte la cosa que quería —
Henry levantó la cabeza rápidamente y miró al pelinegro quien ya se había puesto de pie. A decir verdad, se veía bastante apuesto.
Hockstetter ayudó a Bowers a ponerse de pie y lo llevó hacia el lugar que buscaban.
— ¿Que es esto? — Preguntó. A su alrededor no había nada. Era como una especie de descampado que tenía una nevera en el centro.
De la nada un olor asqueroso se hizo presente, era como un hedor a sangre y carne en descomposición.
— Mira esto Hen — El alto se acercó a la nevera y se puso de cuclillas. El rubio no tardó mucho en aproximarse para hacer lo mismo.
Ambos estaban enfrente de la nevera, mirándose a los ojos.
De repente Patick abre la nevera, revelando el cadáver de un perro y un par de palomas.
— ¡Mierda! — Henry cayó para atrás de la impresión.
— Vamos Hen, nisiquiera son reales — Exclamó acercandose al rubio.
— ¡¿Q-Que mierda dices Patrick?! — El más bajo se empezó a marear del asco — ¡Estas loco! —
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Ultraviolence // Henpat
Teen FictionTodos estos sucesos estaban ocurriendo en el humilde y pequeño Derry, el lugar donde pasan un montón de cosas extrañas, niños perdidos, asesinatos, entre otras cosas. Dentro de este pueblucho se encuentra Henry Bowers, el chico que se ganó el títu...