Fin

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Tres meses después.

—Hace siglos que no veo a Rosé. ¿Habrá engordado? ¿Estará más alta?

—Fueron sólo tres meses —dijo Shuhua, sin ganas—. Y la conoces desde hace más de dos años, si no creció ni engordó en ese tiempo no lo hará en unos meses.

—Pero el embarazo te cambia —objetó Miyeon.

—Park no está embarazada, idiota —se metió Yeri en la conversación—. Ella no es la pasiva, ni la omega. Es la que dice que va a comprar cigarros y no regresa nunca más —se rió de su propio chiste.

—Recuérdeme porqué me ofrecí a traerlas —habló Joy al volante, en tono de súplica.

Las tres raritas habían hablado todo el camino, sin descanso y habían discutido varias veces por banalidades, o porque se golpeaban sin querer.

Ninguna había querido ir en el asiento del copiloto, así que las tres amigas iban apretándose en el asiento trasero, mientras Sooyoung se sentía como una taxista o una madre con sus tres hijas inquietas.

—Porque le querías ver el culo a mi hermana —respondió Shuhua, con total seguridad, haciendo que Miyeon riera, Yeri se volviera un tomate y comenzara a golpearla, y Joy quedara sin palabras.

Segundos después, Sooyoung respiró profundamente, reprimiendo el impulso de frenar el auto y dejarlas en medio del camino.

—¡Cambio de tema! —gritó Miyeon, con emoción—. ¿Creen que a Lisa ya se le note la barriga?

—De comer, quizás —dijo Yeri.

—De comerse a Park —corrigió Shuhua, haciendo que ambas rieran, y que Sooyoung les dirigiera una mirada extraña por el espejo—. Sólo son tres meses, se le va a empezar a notar enserio a los seis meses.

—Pie grande —la llamó Yeri, haciendo que Joy frunciera el ceño—. ¿Ya saben cómo le pondrán?

La azabache negó.

—No creo, tampoco les pregunté.

—Bien, pensemos un nombre —Shuhua sonrió ampliamente—. Tengan en cuenta que tendría que ser apto como para un perrito también. Considerando que serán cambiaformas como Lisa.

—¿Cómo le pondrían a un perrito? —preguntó Joy, algo divertida por el razonamiento de Shuhua.

—¿Si es niño? ¿O niña? —preguntó Yeh, con una mano en su mentón, pensativa.

—¿Un nombre para perra? Shuhua —dijo Yeri, haciendo que Miyeon y Joy rieran, y esta vez fue ella quien golpeó a su hermana.

Continuaron todo el camino de la misma forma, hasta que llegaron a la casa donde sería el babyshower, cuando se quedaron sin palabras al ver el amplio patio con decoraciones, gente bien vestida, y una casa amplia y de diseño moderno un poco más atrás que todas las mesas.

—¿Esa es la casa de la misma chica con un mugroso departamento de dos ambientes? —preguntó Shuhua, aunque de forma retórica.

—Me duele la pobreza —Miyeon se llevó una mano al pecho dramáticamente.

—Cosas así me dan ganas de tener un sugar daddy —comentó Yeri, aunque en tono de broma, mientras sostenía la puerta del auto para que Shuhua bajara por su lado.

—Más que azúcar, creo que tú tipo son los cítricos —comentó su hermana, con una sonrisa, palmeando el hombro de la bajita con fuerza.

Sooyoung la miró de reojo, pero Yeri frunció el ceño, sin entender.

—¿Un citric daddy? —hizo una mueca y negó—. No suena bien.

Miyeon no pudo evitar reír, haciendo que Shuhua riera también, y que Yeri se enojara por no entender qué era tan gracioso.

Delta | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora