Bella durmiente

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Caminando torpemente por el pasillo, arrastró los pies hasta que llegó al comedor.

—La bella durmiente despertó —Rosé escuchó, y miró con algo de odio a la muchacha que pasó junto a ella, era bajita y llevaba unas grandes gafas, aunque tenía un leve parecido a Shuhua.

Un gruñido bajo hizo que la chica se encogiera un poco.

En menos de un segundo, sintió unos brazos rodearla en un abrazo, apretándola lo suficiente como para hacer aparecer una mueca en su rostro.

Enfocó su vista en el cabello azabache de quien la abrazaba.

—Sooyoung, vas a romperme —murmuró, con apenas aire por la fuerza del abrazo.

Su hermana la soltó al instante, alejándose un poco, pero aún sosteniéndola por los brazos, murmurando un "Lo siento", varias veces, mientras sonreía.

Rosé respiró el olor familiar de Sooyoung, arrugó un poco la nariz, nunca había sido su aroma favorito, y era más fuerte de lo que recordaba.

Ella asintió, sonriendo, para que dejara de pedir disculpas.

—¿Qué te has hecho en la cabeza? —murmuró, mirando aquella chica que ahora era rubia.

—¿Y quién habla? Pareces una de estas góticas —contraatacó. Joy se había cortado el fleco, tapándole gran parte de la frente.

Sooyoung rió, la volvió a abrazar, Rosé hizo un esfuerzo para devolverle el gesto, el sueño se había despejado y su cuerpo volvía a doler, así que el sólo mover sus brazos le dolía.

Al separarse, la azabache frotó sus ojos, despejado una lágrimas, cosa que de alguna manera le dolió a Rosé.

—Tienes que tomar algo —le dijo Joy, un poco más tranquila—. ¿Puedes caminar? ¿Te ayudo?

Rosé negó, por más que le hubiera servido la ayuda, quería hacerlo sola, por orgullo.

Al llegar a la mesa, se sorprendió cuando Shuhua acomodó una silla para que se sentara.

—¿Quieres un té? —preguntó la chica—. Normal, saborizado, con miel... ¿O prefieres una chocolatada?

Rosé lo pensó un momento.

—Creo que quiero algo que me haga más dulce... chocolatada, por favor.

Shuhua asintió, fue hasta la cocina para preparar lo que le había pedido.

Al voltear, se encontró con la mirada de Sooyoung sobre ella.

—¿Sabes cuánto te extrañamos?

Mierda, pensó, frunció sus labios en una mueca, sabiendo que la otra iba a empezar la conversación que no quería tener, no sabía si había creído que durarían más tiempo sin hablar del tema o qué, pero no se sentía lista.

—N-No puedo-

—Ya lo sé, Ros —la interrumpió—. Dios, ¿creías que no lo sabía? Nuestra familia es una de las más importantes en nuestra ciudad. ¿Crees que no contratamos detectives privados? ¿O que no mandamos a unos cuantos a golpizas porque no querían hablar?

Roseanne quiso desaparecer, cerró con fuerza los ojos, frotando su rostro.

—¿Por qué no nos dijiste? ¿Por qué te fuiste sin más?

La rubia negó varias veces.

—No quería decirlo —murmuró—. Es vergonzoso, es horrible, me sentía mal conmigo misma... No quería que me vieran como una vergüenza.

—¿Preferías dejarnos? —el tono de Joy era firme—. ¿Sabes todas las posibilidades que pensamos de lo que había pasado? ¿Que habías muerto, que estabas secuestrada en algún lado? ¿Sabes todo lo que pasamos para al final consolarnos con la idea de que sólo estabas desparecida?

Delta | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora