CAPITULO 49: UNA CHICA CONEJO

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Al salir, la verdad... no supe bien por donde ir. Por suerte, Erika sabia los caminos, de lo contrario estaríamos perdidos. Es bueno tener a alguien que sepa moverse por el bosque.

Llego la noche y estábamos acampando alrededor de una fogata. Habíamos casado unos conejos para la cena. Clatania los aso con unas hierbas y salió bastante bien. No importa como ni donde, todo lo que hace Clatania sale espectacular.

Pero al ver a Idril, una pregunta se me vino a la cabeza.

– ¿Qué duda tienes? – ¿Eh? supongo que leyó mis sentimientos. Pero la duda no es un sentimiento ¿o sí? Supongo que sentimientos no es lo único que lee.

– No nada... solo estaba pensando para mí mismo.

– Puedes preguntarme lo que quieras. Después de todo, no tengo nada que ocultar.

Eso me recuerda... El anciano me dijo algo raro respecto a su raza, pero creo que no es oportuno preguntarlo ahora.

– Solo me preguntaba, al ser una elfa de la naturaleza ¿Normal puedes comer animales?

– ¿Cómo se relaciona lo uno con lo otro?

– Pues... nada, solo tonterías mías – Idril se veía confundida, aunque por la expresión de Erika, podía ver que tenía la misma pregunta.

– Si tu pregunta era esa, pues sí. Después de todo en la naturaleza, los débiles son comidos por los mas fuertes. Así que incluso yo puedo ser devorada en cualquier momento por alguien más fuerte – Tiene lógica, aunque mi pregunta era tonta.

Al siguiente día me dirigí al rio para limpiarme la cara un poco. Aun estaba divagando un poco por el sueño. Pero logré ver algo extraño, al instante me puse en guardia por si era algo peligroso. Pero mi sorpresa fue otra.

– ¡Una chica conejo!

Mis pensamientos se manifestaron, por lo que las chicas se levantaron. Estaba sobre la orilla al lado de un árbol caído. Al parecer el árbol detuvo su movimiento, de lo contrario estaría siendo llevada por el rio. Estaba demacrada, pude ver que tenia orejas de conejo, aunque una de estas estaba por la mitad y la otra estaba cortada por lo que se le veía colgando la mitad de su oreja.

Inmediatamente la agarro con cuidado, estaba con mucho barro y obviamente mojada. Por lo que también me ensucie al cargarla. La llevé hacia el campamente, las chicas se habían despertado por la bulla que hice.

Al verme con la chica conejo, se quitaron el sueño. Aunque Erika ya estaba despierta, porque estaba haciendo guardia.

– Idril ¿Puedes curarla?

– Si, acuéstala al lado de la fogata.

Eso hice e Idril comenzó a recitar magia. Al poco rato la coneja se veía completamente recuperada. Antes tenía una difícil respiración, pero ahora se ve tranquila, ahora esta simplemente dormida.

Viéndola un poco mejor, tenía una armadura ligera y un guarda espadas, pero no tenia espada. Su armadura estaba desgarrada y se podía ver parte de su ropa interior.

Idril me leyó y me aparto. Las chicas hicieron lo mismo.

– Cariño, ninguna dama quisiera ser vista en este estado (Sara)

– Así es, déjanos el resto a nosotras (Erika)

– Esta bien, entiendo. Pero no tenían que exaltarse.

– Disculpa cariño, sé que no eres así. Pero si Idril te aparto, es por que no estabas pensando en cosas buenas (Sara)

Después de todo soy un hombre, simplemente es inevitable emocionarse un poco al ver algo así. No soy un pervertido, ósea... si lo soy, pero soy prudente. Bueno... iré a recoger un poco de leña.

Tengo que conseguir varias esposas para derrotar al rey demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora