CAPITULO 69: DESPEDIDA

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Estaba bajando las escaleras, Idril estaba muy apegada a mí. Abajo estaban las chicas, incluida Elenor y Eleanor.

Idril se desapego un rato de mi para hablar con Asia aunque rápidamente regreso a mi para ocupar su lugar. Las gemelas se veían algo ofuscadas, bueno... desde que las volví a encontrar paraban todo el rato en mis brazos.

– Disculpen chicas por hacerlas esperar.

– No hay problema, tus esposas son buenas para hacer compañía.

– Si... hemos hablado 2 horas sin parar.

¿Tanto han esperado? Bueno... Idril estuvo muy traviesa y yo no podía resistirme a sus encantos.

– Bueno chicas, agradezco profundamente lo que han hecho por mí. Inmediatamente comenzare a prepararme para irme ahora mismo. No les dejare más problemas. Si tienen alguna petición que hacerme, se las haré, siempre y cuando este en mis posibilidades.

– No puedo decir que haya sido una grata experiencia, pero me alegro haber podido ayudar – Elenor claramente se veía muy cansada. Quizá tuvo que hacer mucha diplomacia para que no me hagan nada.

– Igualmente, he visto cosas nuevas. Nunca antes he visto un humano y nunca pensé que un demonio podría tener el poder de la naturaleza. Además, me has hecho corroborar varias cosas. Había leído que los humanos eran seres con una enorme lujuria y pude comprobarlo.

– Bueno... no puedo negar eso.

Luego de eso me pare y dije.

– Chicas alístense para partir.

– Espera... aún no me haz servido la leche de sabor.

– A... cierto... ¿no hay problema? Pensé que querían que me vaya cuanto antes.

Eleanor miro a su hermana fijamente. Elenor estaba un poca nerviosa.

– Me tomará más papeleo, pero... está bien... supongo que será un último esfuerzo.

– Ahí lo tienes.

– Bueno... tómenlo como un agradecimiento de mi parte – Aunque es bastante sencillo.

Fui a la cocina a prepararlo. Con hielo seria mucho mas rico, pero no hay nada de eso por acá.

Idril se veía muy curiosa con lo que hacía, cierto... ella nunca ha probado esto.

Luego de terminar, lo puse en la mesa para todas. Idril se veía sumamente emocionada al igual que Eleanor. La verdad me distraía mas viendo las reacciones de Idril que ni cuenta me había dado que no había tomado ni medio vaso.

– Alex quiero hablarte de negocios – Eleanor me dijo eso, lo cual me sorprendió.

– ¿Eh? Eso es inesperado ¿Qué cosa?

– ¿Cuánto quieres por la receta?

¿Eh? Es demasiado fácil, cobrar por eso seria una estafa. Eleanor se veía un poco preocupada por si decía una alta cifra.

– 5 monedas de oro.

– Trato hecho.

– ¡No! Pera...

– ¡No te puedes retractar!

– Digo... te lo digo gratis... haz hecho mucho por mí, solo era una broma.

– Oh... ¿Enserio? 5 monedas de oro me parecen muy barato.

– Hermana, eso es caro. Aunque para saber la receta diría que está bien.

– Se los diré gratis.

– ¿A mí también?

– Si, después de todo, si no fuese por ti, esto sería mucho más complicado.

Tengo que conseguir varias esposas para derrotar al rey demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora