𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐞́𝐢𝐬

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María: -Toc, toc- ¡Chicos, tengo algo para ustedes!

Jun y Robert, interrumpiendo su beso, se separan y se miran un poco avergonzados.

Jun: ¡Oh, mamá! Pasa porfavor

María: -ingresa con una bandeja-

Jun:Gracias má, ¿qué nos has traído?

María: Bueno, pensé que después de que Robert viniera corriendo desde el colegio, le vendría bien un poco de energía y claro a ti también luego de estar todo el día en este cuarto. Tengo sándwiches y jugo para ustedes. -sonríe-

Robert: ¡Vaya, muchas gracias! Estaba un poco hambriento después del partido y de correr hasta aquí

Jun: ¡Sí, fue un día increíble para Robert, má!

María: ¿Que sucedió?

Jun: Robert gano una medalla por ser campeon con nuestro salón en soccer

María: Wow, que bueno Robert, me alegro por ti y tus compañeros

Robert: Gracias señora -sonríe-

María: Y ¿Quien organiza esos eventos?

Robert: El director, estamos compitiendo desde el inicio de clases y hoy luego de tantos partidos llegamos a la final y ganamos

María: Wow, que bueno, se lo merecían después de todo

Robert: ¡Sí!

Maria: Bien. Aquí están los sándwiches y el jugo. Disfruten su comida, chicos. -les entrega la bandeja-

Jun: Gracias, mamá.

Robert: Sí, gracias, señora.

María: No hay de que chicos

La madre de Jun sale de la habitación y cierra la puerta, dejando a los dos chicos con su comida y la memoria de su primer beso como pareja oficial.

Después de una conversación que dejó a ambos chicos más felices y seguros de su relación, Robert supo que era hora de regresar a casa. Antes de irse, en la privacidad del cuarto de Jun, se inclinó y le dio otro beso apasionado, sabiendo que debían mantener su relación en secreto por el momento.

Luego, bajaron juntos y Robert se despidio de la familia de Jun, con una amplia sonrisa en su rostro. Luego le recordó a Jun que le respondería a sus mensajes más tarde. Mientras se alejaba, sus pensamientos no podían apartarse de la dulzura de su nuevo comienzo juntos.

Después de dejar la casa de Jun, Robert regresó a su propio hogar. Al llegar, su mamá Zara lo recibió con preocupación y le dio un cálido abrazo. Ella notó la expresión en el rostro de su hijo y le preguntó si todo estaba bien.

Robert respondió con una sonrisa y tranquilizó a su madre

Robert: Sí, mamá, todo está bien, pero tengo que contarte algo importante.

Zara asintió y le pidió a Robert que se duchara antes de hablar.

Robert aceptó y dijo: "Está bien, aunque me duché en la escuela, no está de más una ducha más". Zara sonrió y le indicó que la cena estaría lista pronto, por lo que después de la ducha, él debería bajar a la cocina.

Rbert aceptó y se dirigió a la ducha, listo para compartir sus emociones y experiencias con su madre después de un emocionante día.

Después de una refrescante ducha y vestirse con su pijama, Robert se preparó para la conversación con su madre. Se puso un polo suelto de mangas largas y un pantalón que le quedaba perfecto, completando el conjunto con medias y sus cómodas sandalias para estar en casa.

¿𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑨𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora