𝐃𝐨𝐬

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El bullicio de un aula llena de niños inquietos llena el aire de la escuela, donde profesores entregados imparten sus lecciones con pasión. El zumbido de conversaciones y el crujir de lápices sobre papel se entrelazan mientras los pequeños aprenden. Sin embargo, el sonido del timbre resuena con fuerza, marcando el ansiado momento de la hora de recreo, liberando la energía contenida de los estudiantes que ansían el aire libre y la diversión.

Jun, con su bandeja de desayuno en mano, se dirigió hacia un árbol cercano a la cancha de fútbol, eligiendo un rincón tranquilo para disfrutar de su comida. Se sentó solo, pero no pasó mucho tiempo antes de que sus ojos se cruzaran con los de Robert, quien notó que Jun estaba solo y decidió interrumpir la conversación que estaba teniendo con sus amigos del club de soccer.

Robert: -se despide de sus amigos- Oigan, ya vuelvo.

Se acercó a Jun, quien estaba visiblemente nervioso y le costó encontrar las palabras al principio.

Robert: -amigablemente- Hola, ¿eres nuevo, cierto?

Jun, con una sonrisa nerviosa, respondió al saludo de Robert. A medida que comenzaron a hablar, la conversación fluyó de manera amena y natural.

Hablaron de sus intereses, pasatiempos y lo que les gustaba hacer en su tiempo libre. Al final de la charla, Robert le dijo a Jun

Robert: -sonriendo- Oye, Jun, si en algún otro recreo te sientes solo o simplemente quieres charlar, ven aquí. Me caíste bien, y sería genial pasar más tiempo contigo.

Jun, sonrojado y agradecido, asintió con la cabeza tímidamente, sintiéndose feliz por haber encontrado un nuevo amigo en un lugar donde al principio se había sentido tan solo.

El timbre que marcaba el final del recreo sonó en la escuela, y Jun, con una sonrisa en el rostro, comenzó a caminar hacia su aula. Sus pensamientos se centraban en cómo Robert lo había tratado y en la posibilidad de que pudieran formar una linda amistad juntos. Estaba emocionado por la perspectiva de tener un amigo en su nuevo colegio.

Sin embargo, al llegar y sentarse en su carpeta, dos chicos se acercaron a él y comenzaron a decirle algo, pero Jun estaba perdido en sus pensamientos y no entendió lo que decían. Timidamente, se disculpó

Jun: Perdón, no los escuché.

Recordando las experiencias desagradables en su escuela anterior cuando no prestaba atención, se sentía nervioso. Temía que el mismo tipo de reacciones negativas se repitiera. Los dos chicos se rieron ante su reacción y le dijeron amablemente:

Daniel: No te preocupes, amigo.

Hiroshi: De hecho, estábamos pensando que como eres nuevo y nosotros tampoco tenemos muchos amigos aquí, podríamos ser amigos. ¿Qué te parece?

Jun sintió un alivio inmenso al escuchar esas palabras. Aceptar la oferta de amistad de estos dos chicos era como un rayo de sol en su día

Jun: -sonriendo- ¡Gracias! Sí, me encantaría ser su amigo.

Los dos chicos se sentaron frente a su asiento, y juntos charlaron sobre sus intereses y pasatiempos cuando podian durante la clase. Jun se sentía agradecido y feliz por haber conseguido tres nuevos amigos en su primer día en la nueva escuela. Estaba ansioso por el próximo recreo, cuando podría unirse a su otro nuevo amigo Robert y aprender más uno del otro.

Daniel: Hey Jun , ¿quieres estar con nosotros en el siguiente recreo?

Jun: Mmmm b-bueno ten...

Jun no pudo acabar lo que iba a decir porque del otro extremo del salón pudo divisar a Robert charlando con unos amigos , no se habían preguntado ni su edad , ni en que aula estaba pero al parecer todas esas respuestas fueron subsanadas rápidamente con tan solo ver a Robert en su mismo salón.

¿𝑺𝒐𝒍𝒐 𝑨𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora