Fate: Un deseo inolvidable

Capítulo 21: La oferta de Zouken

El heredero de Emiya está detrás de mí en persona. Cómo pasa el tiempo. Fue sólo hace un momento desde que le ordené a Sakura que lo cuidara, pero debo admitir que mi percepción del tiempo está sesgada. ¿Qué edad se suponía que tenía este niño? Se supone que tiene la edad de Shinji, pero qué marcada es la diferencia. Basándome únicamente en la mirada de sus ojos, podría haberlo confundido con el mismísimo Asesino de Magos , pero claro, estoy senil. Lo he sido durante siglos. Le hago un gesto para que entre.

"Perdón por la intrusión, pero estaré a tu cuidado... abuelo", es lo que dice el niño. Al menos tiene algunos modales. Eso es más que se puede decir de su predecesor o de mi nieto . El aire detrás de mí se calienta y era imposible pasar por alto el hedor de los circuitos en llamas.

"No hay necesidad de violencia aquí, pero ¿qué más se podría esperar del heredero de Emiya?"

¿Me estaba amenazando o el Magus Killer crió a un tonto? Bueno, así son los niños. Siempre resultarán decepciones. Tendrán sus propios pequeños sueños que de todos modos nunca lograrán porque les faltó la determinación. Si Kariya realmente quería casarse con esa chica Aoi, debería haberlo hecho sin importar lo que tuviera que hacer. Hijos míos, si pudiera llamarlos así, rechazarían mis ambiciones, pero ni siquiera cumplirían las suyas. Los niños de hoy carecen de convicción. Tenían esa juventud a su lado, juventud que yo no tenía, sin embargo, simplemente la desperdiciaron junto con sus vidas, pero es natural que los viejos desprecien a los jóvenes.

"¿Tienes algo contra mi padre?" es lo que me dice ese chico.

"¿No quedó grabado en tu carne el resultado de la última Guerra del Santo Grial? Un fracaso tan cerca de completarse a pesar de toda la preparación y los recursos humanos gastados. Un Santo Grial destrozado al final. Tal cosa irritaría a cualquiera si lo hubieran hecho". "Tiene sentido, pero debo admitir que le debo una deuda a tu padre. No fue una pérdida total para mí".

"Recursos humanos... destrozaron el Santo Grial... hablando así de los muertos...", fue la tontería que murmuró para sí mismo.

"Fue el Magus Killer quien le disparó a su propia esposa. ¿Qué estás tratando de sermonearme sobre muchacho? Ustedes, Emiya, no tienen autoridad moral sobre mí".

El niño se tensa cuando le revelo ese pequeño detalle. Qué tonto fue el Magus Killer. Si esperabas que alguien heredara tu trabajo, deberías habérselo contado todo, pero no puedo decir que soy diferente. Llegamos a la sala y en la mesa del comedor, no había nada preparado.

"Si fuera más joven, estaría preparando un poco de té, pero, por desgracia, solo soy un hombre mayor, pero no viniste aquí para sentarte conmigo. Sin embargo, ¿qué es exactamente lo que quieres discutir con mi nieta de todos modos?" "Para que lo sepas, la fuga está fuera de la mesa mientras yo esté cerca".

El niño toma asiento en el territorio de otro mago como si este lugar fuera su propia casa. ¿No le enseñó el Magus Killer a tener cuidado o la reputación de nuestra familia se desplomó aún más? Mocoso arrogante.

"Sakura nunca hablaba mucho de sí misma, pero yo siempre tuve mis sospechas. Por eso lo admito, te lo debo. Estoy agradecida por haber conocido a Sakura", fueron sus risibles palabras. Bueno, era un hecho obvio que yo había hecho que ella lo vigilara, así que el chico frente a mí no era un completo tonto.

"No, debería agradecerte. Si fueras tu padre en su mejor momento, mi nieta estaría muerta, pero de ninguna manera estoy hablando mal de él".

Elimina todos los factores innecesarios. Si una vida amenaza a dos o más, el Magus Killer acabaría con esa vida él mismo, razón por la cual no envié a Sakura hasta que él hubiera muerto. Lamentablemente la gente cambia con el paso del tiempo. El Magus Killer en sus últimos años debe haberse vuelto loco. Era inevitable y algo que quería evitar a toda costa. Empapado en ese barro, cubierto de esas maldiciones, sería extraño que no se hubiera vuelto loco. Por experiencia personal, el genio y la locura son simplemente dos caras de la misma moneda.