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Ritorukai

Me encontraba saliendo de una peda a la que fui con amigos cerca del apartamento, tenía demasiado alcohol en la sangre acompañado de con un sentimiento eufórico inexplicable, saqué las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta ya que tenía seguro. Mi cabeza estaba pensando en una sola cosa, la chica dentro de esa vivienda... Jamas había conocido a alguien como ella.

Luna es la chica más hermosa que he visto en toda mi puta vida, sin embargo ella como persona es una total mierda, es relativamente tímida y de pocas palabras pero cuando es el momento puede soltarse y mandarte a la verga lo cual conmigo es más que recurrente. No tiene muchos amigos.... Más bien ninguno... No conoce el inigualable sentimiento de ir a una fiesta ya que nunca sale de casa. Quisiera algo con ella pero siempre me ignora y mi orgullo me gana lo suficiente como para hacer lo mismo.

Siempre le molesta que llegue tan tarde a casa o lleve a una chica a mi habitación para pasar la noche, todo le molesta y especialmente yo, sinceramente me divierte verla sufrir y me dedico a molestarla con insultos recurrentes para tener un poco de diversión en mi vida. Desde el primer segundo hubo algo detrás de esa linda carita que no me agradó, quizá el hecho de que no conozco nada de ella más que su primer nombre, ni siquiera su apellido y su vida llena de misterio e intriga. Tengo la sospecha de que trás esa fachada esconde algo grande como para tratar de encubrirlo.

Comencé a abrir la puerta lentamente tratando de no hacer ruido para evitar despertarla, pensé que estaba dormida en su habitación pero me sorprendí al sentir el brillo de la televisión y trás avanzar la encontré sentada en el sillón viendo su célular con la televisión prendida y una sonrisa en su cara, tiene una sonrisa irresistible pero cuando estoy yo la esconde... Asi como lo hizo esta vez al notar mi presencia.

-Mierda... - Susurré al notar que ella estaba despierta- ¿Que rollo morra? ¿Despierta tan tarde? -Dije tratando de disimular, no era normal verla fuera de su habitación tan tarde.

-Cállate...- Dijo con algo de frustración, no quería que hablaramos.

-Uy, ¿tan mal fue tu día?- Me gustaba molestarla insistiendo.

Ella giró los ojos volteandolos hacia su célular ignorando por completo mi presencia.

-¿Con quién hablas? ¿Otra vez tu hermano?- Era extraño que parecía no tener contacto alguno con alguien más que su hermano el cual yo no sabía su nombre- Maldita fracasada, estás tan linda y sin novio.

-Cualquier cosa es mejor a pasar mi miserable vida rodeado de prostitutas- Soltó una risa en tono de burla -¿Cuanto les pagas?- Agregó.

Reí -Más de lo que tu hermanito gana- Me giré al refrigerador para buscar algo de cenar

-Tanto consigues en tu empleo del McDonald's?- Rió, tenía un turno para ganar algo de dinero extra y ella se burlaba cada vez que podía.

Encontré una barra de granola con pedazos de chocolate y rápidamente la abrí para darle un mordida, tenía demasiada hambre y ya no aguantaba otro puto segundo sin comer algo. Estaba buscando otra cosa más para disfrutar hasta que escuche la voz de Luna ¿Me hablaba? Por lo general ella no inicia la conversación si no es para algo negativo. Me volteé para mirarla y escuchar que me quería decir.

-Mañana vendrá mi hermano, no me humilles frente a él- Dijo en un tono frío como era habitual en ella, por fin conocería a su tan mencionado hermano.

-Tranquila, no le contaré sobre lo inservible que es su pequeña hermanita indefensa- Dije jugando.

Ignoró lo que dije antes y continuó hablando -Llega mañana y se quedará dos días conmigo en casa- Avisó, no tuve problema ya que probablemente no salga de mi habitación y ella tampoco de la suya.

-Bien- Dije y tomé el plato de cereal que había preparado para llevarlo a mi habitación y comerlo ahí mismo.

Puse un video de YouTube para ver algo al comer en mi escritorio, era un buen momento relajante con compañia de mis audífonos pero no podía dejar de imaginarme en quién era su dichoso hermano, había escuchado mucho de él menos su nombre o apariencia.

Me levanté y acosté mi cabeza junto a mi espalda en esas cómodas almohadas sobre algunas cobijas. Fue un día cansado y mis párpados pesaban, tanto que al cerrarlos no volvieron a levantarse dejándome inconciente.

Compañeros... (Ritorukai) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora