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Ritorukai

El sol se hizo presente a través de la ventana y eso indicaba la bienvenida al nuevo día. Como era costumbre en mi vida luchaba contra mi mente para convencerla de levantarme, el cansancio seguía en mí pero trás un tiempo después de haber sonado la alarma me levanté dirigiéndome hacia el baño y lavarme la cara con agua fría sin embargo y para mi sorpresa estaba ocupado.

Luna se encontraba dentro del baño probablemente tomando una ducha matutina, algo que no era ordinario en ella ya que a estas horas debería estar dentro de la Universidad o simplemente fuera de casa, nunca le había preguntado acerca de sus horarios pero sabía que dormía a las diez de la noche y la volvía a ver hasta las cuatro de la tarde.

Ella salió con una camisa completamente negro escotada pero con unas mangas dando un toque elegante y una mini falda de cuadros tono crema, unas medias igualmente color negro y sus botas altas del mismo tono. Claramente con la compañía de accesorios como los anillos, collar, los múltiples tatuajes al rededor del cuerpo y los piercings que destacaban, especialmente el que tenía en el medio de su nariz, ese me volvía loco.

Ella salió y me demostró una mirada de indiferencia, se veía demasiado hermosa sin ese sueter y pantalón holgado que tenía encima todo el tiempo, sabía que era linda pero no esperaba que lo fuera tanto

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Ella salió y me demostró una mirada de indiferencia, se veía demasiado hermosa sin ese sueter y pantalón holgado que tenía encima todo el tiempo, sabía que era linda pero no esperaba que lo fuera tanto. Le di una sonrisa y fuí directo al punto sin importar lo acosador que me iba a ver.

-Que hermosa te ves así...- Mostré una sonrisa y ella solo se alejó de mí.

-Puta madre- Dijo con frustración al ver mi reacción, se nota que no le gustaban los halagos o tal vez solo no le gustaba si venían de mí.

Sin más me metí dentro del baño para lavar mi cara, era algo relajante el agua fría lentamente cayendo por mi piel. Terminé y lo limpié con una toalla cercana para después salir hacia la cocina y desayunar algo. Ahí estaba ella... Se veía tan hermosa sentada en el taburete de la barra pero no podía permitirme que me vea de una manera enamorada.

-¿Te vas a quedar todo el día en casa?- Le pregunté y al poco tiempo respondió de una manera seca.

-Sí- Dijo sin más y volvió su mirada al dispositivo móvil.

-Las clases se cancelaron, iré al trabajo y vuelvo por la tarde- Le avisé, sabía que ella traería visita.

Solo volteo a verme dando a entender que escuchó pero se quedó en silencio, no por timidez, más por el hecho de que por alguna razón me odiaba... Me quedé pensando al hacer mi alimento el cual desayunaría hasta que escuché esa hermosa voz pronunciar mi nombre.

-Rito, ¿a que horas te vas?- me preguntó, no entendía para que quería saberlo pero respondí.

-En una media hora, ¿por?- Respondí a su pregunta y me senté con mi comida en la barra a su lado.

-¿Me puedes llevar al aeropuerto?- Preguntó, jamás había visto que su tono de voz fuera tan tranquilo.

-Claro- Acepté sin antes preguntar.

-Gracias- ¡¿GRACIAS?! esa era una palabra que jamás pensé salir de su boca.

-Oye, pendeja, ¿Todo bien?- Se me hacía extraño, primero la ropa y ahora me hablaba de esa manera.

-Desde cuando te preocupas tanto- Me dijo, y tenía razón, yo también actuaba de manera extraña por lo que no le di más vueltas al asunto.

-Bien, ya me di cuenta que te valgo madre- Reí y tomé mi chamarra para abrigarme del frío afuera- Vente, te doy ride hasta el aeropuerto- Le sonreí esperando que saliera.

Ella salió del departamento con una extraña sonrisa en su expresión, jamás la había visto de esa manera pero lo dejé pasar. Llegamos al último piso donde estaba estacionado mi automóvil, nada fuera de este mundo. Ella se subió en el asiento de copiloto mirando el espejo para arreglar el labial en sus labios y yo comencé a avanzar en el automóvil en dirección del dicho lugar.

Volví a escuchar su voz y pensé que era para entablar una conversación conmigo sin embargo era una llamada con alguien más, no quería parecer un chismoso de mierda pero tampoco soy sordo asi que indirectamente escuchaba la conversación y la chica se veía en cierta manera feliz, como si su alma la cual permanecía apagada estaba en paz con un toque de felicidad ¿será su novio? Pensé pero trás un rato noté que no era ese sentimiento, era algo más como un fuerte vinculo amistoso.

-¿Dónde estás? Ya llegue al aeropuerto- Dijo Luna al teléfono y luego me miro indicando que vayamos dentro del edificio.

Y así fue, me bajé del automóvil y la acompañe dentro del plantel hasta una sala de espera con varias personas ahí mismo, de un momento a otro se separó de mí en busca de aquella persona especial y la perdí de vista un buen rato hasta que me llegó un mensaje a mi celular, era ella.

La pendeja de Luna

Ve al carro
Ya voy en camino hacia allá
Rápido, no quiero que llegues tarde

Ya voy
¿llevas a alguien?

Sí, solo nos llevas a casa y no te molesto más

Bien, te espero acá

Cerré el célular y me subí al carro el cual era cercano a mí, estaba sentado hablando mediante llamada con una supuesta amiga, más bien otra puta trás mio asi como lo eran otras cincuenta morras. A decir verdad había una chica que llamó mi atención y esa era Luna pero jamás me rebajaría a su nivel solo por una noche.

Hablando del rey de Roma, Luna llegó muy eufórica al lado de un chico alto con una camisa sensilla y pantalón de mezclilla rasgado oversize resaltando los tatuajes en sus manos y aquel curioso tatuaje ubicado en su cuello, por alguna razón se me hacía conocido pero no podía apreciar su cara hasta que la chica abrió la puerta de atrás y al voltear logré ver su rostro... Me congeló la sangre causando un escalofrío

Compañeros... (Ritorukai) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora