˚✧·𝐀𝐧𝐬𝐢𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚 ·✧˚

『III』

El mes transcurrido desde aquella conversación entre Hades y Qin Shi Huang corrió más pronto de lo esperado, siendo el humano quién descubriría que sólo en su presencia, las pesadillas de un sueño sin despertar podrían impedirse temporalmente. Aunque no se lo dijo directamente, Qin trató de retener a Hades en su palacio ese mes, inventando nuevas y dignas excusas para hacerlo dormir a su lado, sorpresivamente funcionando.

O Hades era muy tonto por no darse cuenta, o lo consideraba como su hermano menor para cumplir ese capricho.

-¿Por qué simplemente no me dices la verdad? -el rey le preguntó, buscando un libro en el gran estante-. No soy tu niñera.

-Ya te lo dije, el amanecer es precioso. -excusó Qin Shi Huang, moldeando su almohada con su mano con movimientos ansiosos-. Deberías considerar mirarlo de vez en cuando. Te pierdes de una vista espectacular.

-No tengo la edad que aparento, emperador. No me entristece perderme un amanecer.

Qin tuerce la boca, dejándose caer a la suave almohada, mientras buscaba refugio entre sus sábanas de seda. Con una sonrisa desafiante y divertida, el humano palmea la parte que corresponde al espacio del dios del inframundo, haciendo que Hades suelte un suspiro cansado y se acerque al vacío correspondiente.

-¿A dónde vas en la mañana? -cuestionó el humano, mirándolo sentarse y apoyarse en la cabecera de la gran cama-. Siempre que me despierto, ya no estás.

-Trabajo. -respondió simplemente, bajando el libro antes de comenzar a leer-. Hay cosas aquí en el Valhalla que solicitan mi presencia.

-¿Tan temprano?

-Emperador, medio día no es temprano.

Qin expresa indignación con esas palabras, dándole un golpe suave a Hades en el brazo haciendo que el dios se riera y comentara sobre su rostro enfadado. Eran preciosos momentos como ese que atesoraba en su mente y corazón, dibujando una sonrisa en su rostro que le cuesta borrar no importaban las circunstancias.

-Para tu información, sé que te vas antes de que el sol salga. -respondió volteándose para darle la espalda con fingido enfado-. Por eso me preguntaba qué hacías tan temprano.

-¿Realmente estás consciente que me voy a esa hora? -la sorpresa en su voz es evidente-. Es el galinicio.

La hora previa al alba.

Poco después de que Hades se marchaba, Qin se despertaba presa del pánico a los pocos segundos, verificando que los latidos de su corazón fueran completamente normales luego de acatar su propia tranquilidad y asegurándose de palmar su entorno para demostrar que estaba en su cama y que los sonidos volvieran a la habitación.

Algo, había algo sobre la presencia de Hades que a Qin le generaban paz. Considerando que eran enemigos y que hace poco habían aclarado el asunto del Ragnarok, era extraño para él admitir que su estadía lo envolvía en un entorno de paz. Podía dormir hasta que el sol saliera y en un lapso largo sin interrupciones.

-¿Acaso tienes un sueño ligero?

No. Era el miedo de dormir y no despertar.

-Esta noche estás muy burlón. -Qin lo miró de reojo, moviéndose ligeramente para lograrlo-. Tomando en cuenta que aunque quieras, no te vas, te quejas mucho. Las puertas de mi castillo están abiertas para que te marches.

-No soy yo quién pone excusas para quedarse. -Hades terminó por dejar el libro en la mesa de noche a su costado-. ¿Por qué quieres que me quede cada noche aquí?

-Sólo quiero fortalecer nuestra nueva relación amistosa, es todo. -Qin suspiró, incorporándose para sentarse en el colchón-. Jack y Heracles, Lü Bu y Thor, Raiden y Shiva. ¿Por qué nosotros no?