Karlobag era un pequeño pueblo costero dedicado completamente a la pesca y ubicado al sur de la nación, es tranquilo y apacible, la gente es amable y siempre los reciben con los brazos abiertos. A Nikola le gustaba mucho visitar el pueblo cuando era temporada, tenía un puerto muy organizado, las casas eran pintorescas una de la otra, las montañas visibles a la distancia a la que debían estar y el clima agradable durante la mayoría de estaciones.
Milka le pidió a Dane y Nikola acompañarla a buscar conchas a la playa, normalmente es una petición que le hace solo a su hermano menor, pero ninguno de los dos se negó a hacerle compañía. La arena continuaba tan limpia como la dejaban cada año, el mar siendo tan cristalino como siempre, con poca fauna descansando en los alrededores y conchas que sobresalen luego de alguna pequeña ola que las descubre.
Mientras Dane y Milka recogían conchas a la orilla del mar, Nikola se alejó un poco más de su posición puesto que a veces solía encontrar otros tesoros lejos de la orilla. Se agachó cuando se dio cuenta que la arena en esa zona se veía diferente a la del resto, manipulada y le susurraba en secreto que había escondido algo debajo. Curioso por naturaleza, Nikola escarbó, tiene un pequeño recipiente para las conchas que va dejando cada vez que se encuentra una, aunque en dicha ocasión no haya muchas, su mano se entierra por segunda vez y la saca con velocidad cuando siente que algo corta su piel.
Su dedo medio tiene una cortada ligera en la parte de la falange medio, la sangre goteaba rápidamente y el cuestionamiento de la situación llegó a su cabeza muy pronto. Sin saciar el sentimiento, esta vez introdujo la mano más despacio y con precaución, hallando un objeto oculto de extraño cuerpo que no puede sacar fácilmente.
Nikola volteó a ver a sus hermanos, ambos se encontraban agachados mirando las conchas que atrae y se lleva el mar, no los quiere interrumpir, así que el niño escarbó la arena alrededor del objeto misterioso para descubrirlo.
Después de un rato, Nikola desenterró una parte, es una punta filosa de un material que no podía distinguir a su edad todavía, pero es mortal si se acerca a ello nuevamente. Rascó una vez más en el entorno, descubriendo otras dos puntas parecidas entre sí, y mientras más deshace la arena, descubre que las tres puntas se unen al final.
—Vaya... —dijo con asombro—. Es como la cabeza de un tenedor gigante.
Sus ojos brillaron con impresión y emoción ante tal revelación, buscando con la mirada algo más que podría ser diferente de lo que siempre estuvo acostumbrado a ver. Es entonces que sus ojos captaron una mancha rojiza pintando la arena clara que se distingue, así que se acercó a ella con recelo, detectando otras dos manchas más a la cercanía.
Agachado, buscó manchas carmesíes que pudiera seguir y, para su mala suerte, halló una grande en la arena frente a él. Levantó el rostro cuando de reojo se percata de una gran roca obstaculizando el camino, asustándose de mirar dos pies asomándose de detrás de la roca, dónde a su vez, hay más manchas carmín en la arena.
Tragando saliva y esperando a que sólo sea un sujeto durmiendo que tiró algo de vino tinto en la arena, se incorporó del suelo y se acercó dando pequeños pasos precavidos hasta llegar a la roca. Inhaló y exhaló, su inocencia infantil le pedía que sus oraciones funcionen, así que se asomó por encima de la roca y, lamentablemente, no hay nada de lo que aliviarse.
—¡Dane! ¡Milka!
Sus hermanos mayores escucharon su llamado a través del grito de miedo, Dane es el primero en reaccionar, dejando su recipiente a un lado para correr a dónde su hermano pedía su presencia.
—¡Nikola!
Nikola le dio el encuentro, sus ojos desprenden miedo y su pequeño cuerpo temblaba con la ansiedad y la desesperación de lo ocurrido, pero es capaz de levantar la mano y señalar dónde se originó el problema.

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˚✧·𝐀𝐧𝐬𝐢𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚 ·✧˚
Romance𝖤𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝖾𝗌 𝗎𝗇 𝖼𝗈𝗇𝖼𝖾𝗉𝗍𝗈 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝗏𝗂𝖽𝖺𝗌 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝖺𝗌 𝗒 𝖽𝗂𝗏𝗂𝗇𝖺𝗌. 𝖤𝗅 𝗆𝗈𝗍𝗈𝗋 𝖽𝖾 𝖺𝖼𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝖺𝗋𝗋𝗂𝖾𝗌𝗀𝖺𝖽𝖺𝗌 𝗒 𝗉𝗋𝖾𝖼𝖺𝗏𝗂𝖽𝖺𝗌. 𝖤𝗅 𝖾𝗆𝗉𝖾𝗋𝖺𝖽𝗈𝗋 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝗈 𝖰𝗂𝗇 𝖲...