ʀᴇᴜɴɪᴏɴᴇꜱ

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Cada mañana, cuando el amanecer recién se asomaba por la ventana de la habitación, Qin se despertaba con la misma cuestión dolorosa en su pecho y con una rutina que no olvidaba. Salía de la recámara principal, cuidando que Hades no se despertara, y vagaba por los pasillos de su palacio buscando al primer miembro de la servidumbre. Al hacerlo, les hacía la única pregunta que ellos conocían.

-¿Tesla ya murió?

Su servidumbre reconocía esa pregunta, pero esperaban a que su rey la dijera para poder responder cómo debía.

-No, señor. Su valquiria dice que goza de buena salud.

¡Maldición!

-Mi rey... no puedes estar preguntando lo mismo una y otra vez. -Hades le llamaba la atención-. Cualquiera pensaría que quieres que Tesla muera.

-Bueno, en la superficie de mi corazón eso quiero, pero en lo profundo, deseo que siga viviendo bien.

Qin chasqueó la lengua, tamborileando los dedos sobre la mesa. El tiempo corría demasiado lento y en total aburrición para alguien que esperaba a su alma gemela, a su hermano de armas y su mejor amigo. Los días después de la muerte de Chun Yan en el Midgard, se convirtieron en meses, luego en años y Qin esperaba que Tesla por fin pudiera subir al Valhalla. Había tanto que contarle...

Quizá, la mayoría de los Einherjar murieron en circunstancias poco favorables y amables

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Quizá, la mayoría de los Einherjar murieron en circunstancias poco favorables y amables. Fueron cosas en la que ellos mismos terminaron metiéndose solos, demostrando que aunque Hades les escribió muertes pacíficas, sus hojas de vida se corrigieron y continuaron escribiendo solas.

-¡Un golpe en la cabeza! -expresó Geirölul con ira-. ¡Le dieron un espantoso golpe en la cabeza! Fue una trampa absoluta, todos lo vieron. El boxeo debía ser limpio y ese maldito hizo lo contrario. Leo pudo morir, pero al menos el otro imbécil está expulsado del deporte el resto de su vida.

Ah, Leo tenía 40 cuando pasó. Tuvo fama y fortuna, y ahora estaba con los demás.

-Un tonto borracho creyó que podría ganarle el paso a la ambulancia en la que Michel estaba ayudando a una mujer. -Göll suspiró con tristeza-. Murieron Michel, la señorita y el conductor de la ambulancia. Ya que la habilidad médica de Michel fue grandiosa, pusieron una placa en su honor.

Michel falleció a los 42 años. Los cincuenta, la edad en la que los Einherjar volverían al Valhalla, se reducía poco a poco.

-Kintoki viajó muchísimo, conoció lugares increíbles y comió platillos únicos en su especie. -Brunhilde les platicó cruzada de brazos-. Pero cuando le dije que no visitara países que tenían antecedentes de inseguridad, no me hizo caso. Lo asaltaron de la peor forma posible.

Cerca de cumplir 45, Kintoki podría haber muerto con orgullo. Ah, le faltaba tan sólo un país.

-Le dice cientos de veces a Okita que los deportes extremos no eran para él. Sí, diferían de su habilidad con la espalda natural, pero ¿Por qué escoger eso? -la valquiria de Okita no lo entendía-. De cualquier manera, me alegro que muriera a una edad superior que la de su primera vida.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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˚✧·𝐀𝐧𝐬𝐢𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚 ·✧˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora