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— ¿Qué demonios crees que haces, Cheng?
Dije, viéndolo empezar a empacar.
— Voy a volver a China, si tu quieres quedarte aquí házlo, pero yo volveré a demostrar que los chinos también podemos ganar.
— Iré contigo, no me gusta estar sola.
— El equipo en el que solicite no tiene para suplentes, tienes que conseguir otro.
— Lo sé, por eso ya antes me había mandado una solicitud un equipo chino, YQCB.
— Son novatos.
— Lo son, pero pueden ser mejores jugadores en un futuro, lo presiento, Cheng. Al igual que algo me dice que te vas a enamorar también en un tiempo, pero no sé en cuanto.
— El amor no es para mí, no soy tú, Jia.
— Quien sabe, lo sabremos en un futuro. Cuando te guste alguien y yo esté presente, dale un té de manzanilla con miel, allí me daré cuenta de que ya estás experimentado el amor, no es tan malo como crees, Cheng.
— Como diga señorita 'Me gusta mi novio.'
Rodeé los ojos y salí de allí, yendo al centro comercial.
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Pues bien llevaba ya unos 15 minutos en el centro comercial, estaba caminando por allí con Lee Jun Hyuk.
— Amo el helado de fresa.
— Tu amas el helado de fresa y yo te amo a ti. — dijo, sosteniendo mi mano para que no caminará más, poniendo su otra mano en mi mejilla y dándome un corto beso.
— Estamos en un lugar público y ambos somos figuras públicas, Jun.
— Lo sé, pero quiero que los demás sepan lo mucho que amo a mi novia.
Rodeé los ojos, con una sonrisa.
— Mejor vamos a esta tienda, he visto que han sacado nuevo maquillaje. — dije, agarrándolo de la mano y haciéndolo a entrar en la tienda que le dije.
La tienda era grande y estaba muy bien decorada, el maquillaje allí era muy bueno, de alta calidad mejor dicho.
— ¿Labial zanahoria 66? ¿Para que quieres un labial de ese tono?
— Para pintarme los labios, duh. — contesté, colocándolo en la canasta con cuidado. Mientras daba más vueltas en la tienda, no encontraba el rímel que siempre usaba.
— ¿Qué buscas?
— Mi rímel de siempre, ya se esta acabando y no lo encuentro.
— Creo que vi la sección de rímel por este pasillo. — dijo, haciéndome caminar hasta el pasillo por el que nombró. Allí vi mi rímel.
