PSICOLOGÍA PERFECTA | TWC

Epílogo...

Por Tom.

Y comenzando de nuevo esta historia. Me encontraba sentado a la orilla de mi recámara, con un recuadro entre mis manos, y su playera blanca, con una gran mancha de sangre. Mis
lágrimas no cesaban, no se detenían. Cada segundo, un nuevo hipido se escapaba de mi boca, y con los intentos de ahogar sollozos, no lograba mucho. Podría haberme hecho a un lado y conseguir a alguien con cual rellenar aquel agujero que aún posee mi pecho; me hubiera ido detrás de él, y así acabaría con todo. Pero lo he pensado en el mismísimo
instante en donde vi al amor de mi vida consumirse por la muerte, exclamándome por dentro que no lo haga, que continúe. Y no es el mismo caso de Katherine, ya que… fue un
duro golpe, el cual pude soportar. Pero de Bill… oh, de Bill no. Él había logrado más que Katherine, ¿cómo amortiguar ese golpe? No lograría ni en años, ni en décadas, ni en siglos,
ni en nada. Sería de por vida. Vivir fracasando en todo, odiando a cada quien que se atreve a tocar el tema de él y sus cosas.

- Juro que lo siento, Tom. – Dijeron a mis espaldas, y yo observé una vez más la grisácea lápida. – No quise hacerlo. El alcohol, las drogas, los celos…

- La envidia. – Aclaré con mi barbilla tiritando. No podría darme la vuelta porque me mancharía las manos con la propia sangre de mi mejor amigo. – Andreas, ten en cuenta que nunca te lo perdonaré.

- No estoy pidiéndote que me perdones, solo estoy diciendo que lo siento, porque en verdad es así. Eres mi mejor amigo y no quise hacerlo, ya que… yo no quise nunca esto para ti. Tú me gustas y eso es lo que me carcome. – Respondió en un tono desesperado y yo solté una risa irónica, sin permitir que las lágrimas dejaran de caer. Me di la vuelta, y relajé mis manos para no cometer una locura.

- ¿Sabes? No me trago tus palabras, Andreas. Noté desde el principio que no tenías una buena imagen de Bill, pero confié en que tú de verdad cumplirías el rol del ‘mejor amigo’.
Pero sin embargo, me lo has quitado. Lo has echado todo atrás y todo el esfuerzo de Bill, lo has arrojado al puto tacho, ¿comprendes eso? ¿Y mi amor? ¿A quién rayos podría
entregárselo? No solo me has quitado mi tratamiento, mis esfuerzos, y todo ello. Me has quitado la última esperanza de amor que poseía mi corazón, Andreas. ¿Comprendes eso?
Viviré en una puta agonía por ti. Y tan solo tengo diecinueve, ¿de qué locuras estamos hablando? De las mismas que tú me quitaste. – Escupí cada palabra en su rostro, pero siempre, cumpliendo el verdadero rol del mejor amigo. Lo que él no ha hecho, yo lo estaba
haciendo en ese mismísimo instante.

-Lo lamento, Tom. Sé que te fallé, que ya no merezco nada de ti, es… muy complicado. Entiéndeme, mis sentimientos no eran correspondidos. – Dijo apenado y yo abrí mis ojos
enormemente.

- ¿Y por esa razón tenías que asesinarle? ¿Acaso te has vuelto un completo demente, Andreas? ¡¿Cuando una persona no corresponde tus sentimientos, debes asesinarle?! ¡¿De
qué mierda estás hablándome?! – Exclamé exasperado. No podía creer lo que Andreas estaba diciéndome.

- No exactamente, pero deberías comprenderme. – Respondió tranquilo, observando el suelo.

- ¿Tú me has comprendido en esa milésima de segundos cuando Bill poco a poco perdía su vida? – Pregunté tragándome el puto nudo que se había atorado en mi garganta cuando le
he nombrado. Andreas suspiró. – Lo sabía. No lo habías pensado, porque únicamente, piensas en ti y en tus putos antojos de follar. Te comprendo.

- No es eso, Tom. – Dijo pasándose su mano por el rostro. – Sé que soy y fui muy egoísta, pero…

- Solo tengo que decirte una cosa, Andreas. – Dije colocándome junto a él, quedando en posición contraria a él. – No mereces el perdón de nadie. Te has convertido en la peor persona de mi vida, Andreas. Olvídate de que alguna vez, te he llamado mejor amigo.

Sonreí orgulloso y continué con mi camino. ¿Que si le he herido? No me interesa. Él lo ha hecho cien veces peor hurtándome la vida del ser que amo. Sí, esté o no esté, yo continúo amándole.

Desde esas instancias, no he vuelto a hablar con Andreas. Han pasado diez meses y he cumplido mis veinte años. He conseguido un hogar en donde vivir solo, y que esté cerca de mi trabajo. Sí, me dedico a la música. Continúo asistiendo al psicólogo, pero no exactamente al centro en donde Bill trabajaba, si no, a uno personal, a un único consultorio.

Y como siempre: Solo.

hoolap, pues este es el final de Psicología Perfecta, nunca pero nunca me vi venir este final y menos que fuera tan corto, la verdad muchísimas gracias a todas las personas que han apoyado la historia, estaré subiendo más fantic de toll próximamente igual que una historia completamente mia los amo demasiado gracias por este apoyo 💗💗🤍🤍