"Capítulo 5: El banco del Mar de Sueños"

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—Me quede pensando en las palabras de Raer mientras lo acompañaba al Pato Onírico. Podía entender la angustia que Raer estaba sintiendo y quería ayudarlo de alguna manera.
— Raer, entiendo que has pasado por momentos difíciles en el pasado, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí —", dijo Gariel con una voz suave y tranquilizadora. "— No soy como Edward o Rosalía, y no te engañaré ni te mentiré. Estoy aquí para ayudarte de cualquier manera que pueda".
Raer miró a Gariel con una mezcla de sorpresa y alivio en su rostro. "— Gracias Gariel —", dijo con una sonrisa. "— Realmente aprecio tu ayuda y tu sinceridad. Espero que puedas ayudarme a encontrar a mi amada Natacha y poner fin a esta pesadilla".
Gariel asintió con la cabeza y juntos entraron al Pato Onírico.
— Llegamos al Pato Onírico, Raer. Ellos son Jandar —", dije yo. Entonces Raer me interrumpió: — Perdón que te interrumpa Gariel, pero al hombre lagarto y a ella sí los conozco. Son los que intentaron ayudarme, pero solo venían con más mentiras que no creí. Pero aquí con ellos no me siento —", dijo Raer alterado.
— Cálmate Raer. Ellos, cuando los conoces, son buenos soñadores. Mira, hagamos algo: confía en mí. Yo no te traicionaré ni te mentiré —", dije yo tratando de calmarlo.
— Gariel, ¿por qué está tan molesto si Garbín y Britany no son malos soñadores? No lo entiendo. ¿Podrías explicarnos, por favor? —", dijo Jandar confundido.
Gariel respiró profundamente antes de responder a la pregunta de Jandar. —Verás, Raer ha pasado por mucho en los últimos días. Ha sido engañado y traicionado por personas en las que confiaba, y eso lo ha dejado muy vulnerable y desconfiado. Pero yo sé que Garbín y Britany tienen buenas intenciones. Solo necesitamos darles una oportunidad—, explicó Gariel con paciencia.
Raer asintió con la cabeza, todavía un poco molesto pero dispuesto a escuchar. —Está bien, confiaré en ti, Gariel—, dijo Raer finalmente.
Jandar sonrió aliviado. —Excelente. Entonces, ¿hacia dónde nos dirigimos ahora?—, preguntó Jandar emocionado.
Entonces contestó Garbín: —Nuestra próxima parada es el mar de los sueños, un lugar lleno de sueños custodiado por una de las guardianas a la que vamos a ver—.
De repente, se escuchó un estruendo como si fuera una criatura rugiendo.
—Perdón, perdón, fue mi estómago. Es que todavía tengo hambre. Solo me había comido el muslo de pato a la parrilla y no había comido más nada —dijo Raer con deseos de comer ese delicioso pato a la parrilla que ya había probado.
Todos nos empezamos a reír, menos Garbín y Britany, que se aguantaron las ganas de reírse para no seguir cayéndole más mal de lo que ya estaban con Raer.
—Bueno, entonces yo os dejo terminando de comerse el pato a la parrilla y me voy a buscar a alguien para que abra un portal a la dimisión mar de sueños. Nos vemos al rato —dijo Garbín tratando de evitar importunar al joven Raer.
—Okey, Garbín, aquí te esperamos —dijimos yo y Jandar. Raer ni se atrevió a hablar. Él siguió comiéndose el pato a la parrilla y se sentó al lado mío.
—Y yo os dejo para que conversen y terminen su cena tranquilamente. Tengo que atender a otros clientes. Hasta la próxima, jóvenes soñadores —dijo Britany amablemente.
—Raer, no te apresures. Come tranquilamente. Si quieres más, yo pido otro plato para ti —dije yo, pensando que Raer estaba bastante hambriento.
—Tranquilo, Gariel. No, eso. El pato a la parrilla está delicioso y todo, pero ya tengo ganas de salir de aquí. No quiero verle la cara a Britany y todos por aquí, menos ustedes dos, me tienen la mirada fijada en mí y eso me pone muy intranquilo, como si yo fuera el raro aquí cuando todos ellos son los que mienten —dijo Raer intranquilo y ansioso por salir de ahí.
—Te entendemos, Raer, pero no sabemos cuánto demorará Garbín en aparecer —respondí yo muy ansioso.
—Gariel, Jandar, Raer. Ya estoy de regreso y oí que ya están ansiosos por marcharse. Entiendo el porqué de que ya se quieren ir del pato onírico, así que no preguntaré más. Vengo para acá. Enseguida voy a despedirme de Britany o mejor no, para no demorarlos más lo voy hacer por visualizando que le envió un mensaje a larga distancia... Ya lo hice. Bien, nos vamos ya —dijo Garbín a punto de partir.
—Ya era hora de que aparecieras, Gaaarbiiinn —dijo Raer tratando de molestar a Garbín.
—Te entiendo perfectamente, Raer. Por eso no me importa que me moleste todo lo que quieras —respondió Garbín calmado sin que le molestara lo que le dijo Raer, mientras caminábamos hacia el portal.
—Raer, no molestes a Garbín —dije yo y entonces Garbín me interrumpió y dijo: "Miren, ahí está el portal. Ahora crúcenlo y llegaremos de inmediato a la dimensión mar de sueños".
Nos emocionamos bastante, menos Garbín, que siempre ha estado por cada rincón del mundo onírico cruzando cada portal que le abrían.
Llegamos a la dimisión mar de sueños por fin. Decía en un cartel: "Bienvenido a la dimisión mar de sueño, lugar donde cada soñador viene a guardar sus sueños más emocionantes".
—Ahora de camino al banco donde reside la guardiana —dijo.
Mientras caminaba vi que estábamos en una isla que se conectaba con otras islas flotando en el cielo. Vi a muchas criaturas hablando de sus sueños y de lo bien custodiados que estaban los sueños. Otros hablaban de que no había habido más ataques de la dimensión pesadillas.
—Garbín se me quedó mirando y pensativo por unos instantes —Gariel este lugar es magnífico, ¿verdad?
—Sí lo es Garbín. Me encanta este lugar —dije yo—. Pero quiero saber por qué hablan de ataques de la dimensión pesadilla y por qué guardan los sueños en cajas, ¿de qué los protegen si parece que todo está muy tranquilo por aquí menos lo que dicen las otras criaturas?
—Yo también quiero saber —dijeron Jandar y Raer.
—Mmm. Es necesario porque la dimisión pesadillas tiene a otro guardián que gobierna sobre las criaturas de las pesadillas. Quiere destruir el mundo onírico para así alimentarse de los sueños y crear nuestras peores pesadillas. Por eso la vigilancia constante por si hay un ataque nuevo de las criaturas más tenebrosas de las pesadillas, que dicen que causan un terror profundo a aquel soñador novato que las enfrenta. Pero bueno eso es solo para los soñadores más experimentados en el combate contra esas criaturas —respondió Garbín intentando asustarnos.
—Pero no lo consiguió porque yo no me asusto con nada jajajaj —dije yo riéndome.
—Intentaste asustarnos pero no lo conseguiste, te quedaste corto Gaaarbiiinn —dijo Raer intentando molestar a Garbín otra vez.
—Garbín es en serio porque de verdad no lograste asustarnos, te quedaste corto —dijo Jandar pareciendo estar serio.
—Ustedes son los que no logran engañarme. Pero bueno, las acciones hablan más que las palabras —respondió Garbín hablando serio.
De repente sonaron las alarmas y se abrió un portal delante de nosotros a unos metros y salieron unas criaturas de las que hablaba Garbín. Una era enorme con patas alargadas, el cuerpo era flaco y la cabeza tenía algo parecido a un pato; los otros eran más pequeños con la cabeza puntiaguda y más gorditos con piernas chiquitas y a su alrededor un manto de las peores pesadillas que pudieras ver. Lo único que nos quedaba era hablar.
Y un terror que me corría por todo el cuerpo que me dejó paralizado de las piernas a la cabeza que no me podía mover. No era el único que me había quedado así, Jandar estaba igual que yo.
—Gariel Jandar hagan lo que les digo y saldrán de estas pronto. No se asusten, solo tómenlo como un ejercicio para calentarse y crear sueños anti pesadillas. ¿Qué es lo que ven en sus pesadillas? —dijo Garbín tratando de ayudarnos.
—Yo estoy aguantando al borde de un barranco punto de caerme al precipicio lleno de monstruos aterradores —respondió Jandar aterrado.
—Okey, okey, solo visualiza que sale un árbol delante de ti y que ese árbol está vivo y que te alcanza una de sus ramas y luego trepa por la rama. Y después, cuando hayas trepado, visualiza cómo la pesadilla se dispersa delante de ti —le dijo Garbín a Jandar tratando de enfrentar el miedo—. Haz lo mismo Gariel, no importa lo que se te haya presentado. Pero en ese momento ya Gariel ya se había despertado de la pesadilla.
—Puf, qué miedo pasé, pero gracias Garbín por la ayuda que nos diste con lo que le dijiste a Jandar. Me bastó para superar el miedo —dije yo.
—Garbín. ¿Por dónde anda Raer? No los veo y ¿por qué él no se aterró como nosotros? —dijo Jandar aún con miedo por lo que le había sucedido.
—Jandar, al parecer Raer superó su pesadilla. Es más, no vi que se asustara ni un poco y ahora está hablando con una criatura de las pesadillas consiguiendo información —respondió Garbín—. Lo cual es raro, pero de todos modos no tiene importancia.
—Y ahora qué hacemos Garbín para ayudar —dije yo con ganas de más.
—Por ahora ya han hecho suficiente con lo de enfrentar sus pesadillas. Han demostrado ser más valerosos de lo que pensaba. Han aprobado su primera prueba. A la guardiana le complacerá escuchar de ustedes así de fácil —dijo Garbín emocionado por nuestro logro.
—Pero ¿y las criaturas de las pesadillas que están atacando las cajas? Dicen propiedad del banco del mal de sueños —dijo Jandar confundido.
—No hace falta porque acaban de llegar los argentes Somnium Nexus. Se dice que es una agencia secreta muy famosa aquí en el mundo onírico —respondió Garbín emocionado por volver a ver a los argentes trabajando en equipo y capturando a las criaturas.
Vi cómo uno de los argentes atrapaba a las criaturas en acción y cómo otro charlaba con Raer.
Unos minutos atrás, cuando empezó el ataque de las pesadillas…
—Raer, Raer —dijo la criatura de las pesadillas llamando a Raer.
—Dime, dime —contestó Raer caminando hacia la criatura que le llamaba.
—Tú eres Raer, ¿verdad? Me han hablado mucho de ti, pero eso no importa ahora. Lo que importa es que tú estás buscando a tu amada Natacha, ¿verdad? Pues nosotros sabemos dónde está —dijo la criatura tratando de convencerlo.
—¿Cuál es el precio que tengo que pagar para encontrar a mi amada Natacha? —respondió Raer pensativo.
—Lo único que tienes que hacer es venir con nosotros a la dimensión pesadillas y hablar con nuestro guardián. Él te contestará todas las dudas que tienes. Pero tienes que venir con nosotros ya, sin despedirte de tu amigo Gariel. ¿Qué decides? Antes de que se cierre el portal.
—Okey, me voy con ustedes —respondió Raer sin una gota de desconfianza en su elección porque sabía que la otra criatura que había estado hablando con él en sus pesadillas no le decía mentiras del mundo onírico.
En el presente...
Vi cómo a Raer se lo llevaban las criaturas de las pesadillas, así que intenté ayudarlo y grité como un loco que lo ayudaran, pero nadie lo ayudaba. Garbín me detuvo enseguida.
—Gariel, no vayas. No es el momento para ir a su rescate. Cálmate y pensemos las cosas con calma. Mira, hagamos algo: hablemos con la guardiana del mar de sueños. Ella quizás no pueda ayudar —dijo Garbín tratando de que me calmara.
En ese momento brotó una luz muy tensa de mi cuerpo que segaba a los que estaban cerca de mí. Y a los que estaban mas cerca les quemaba la piel.
De pronto unas enredaderas salieron del suelo y me envolvieron por completo y me calmaron. La luz tensa que segaba a cualquiera que estuviera cerca fue desapareciendo poco a poco hasta que desapareció. Entonces fue cuando oí cómo Garbín hablaba con uno de los argentes y Jandar estaba al lado de ellos. Quería estar ahí para ver qué es lo que tenían que decir, pero como que me faltaba energía y me quedé dormido.
Unos minutos atrás, antes de que las enredaderas salieran del suelo...
Me tuve que alejar porque mientras más cerca estuviera de la luz más brillante era y quemaba mi piel de lagarto. Por suerte me recupero rápido y no sufrí de las quemaduras de esa luz tan brillante.
—¡Ayuda, ayuda! —gritó Garbín.
Vino uno de los argentes de Somnium Nexus vino en mi ayuda y de repente hicieron con la visualización salir enredaderas del suelo y quitarle toda la energía que tenía Gariel para así calmarlo.
Luego de que se calmó y la luz desapareció por completo, quisieron hablar conmigo.
—Hola, soy de la unidad creadores de sueños. Lo demás ya lo conoces, así que no tengo que decirlo. Me llamo Ludwing —dijo el agente con autoridad en su voz.
—Hola Ludwing, soy Garbín, el guía de este grupo. ¿Qué fue lo que le pasó a Gariel? —dijo Garbín más tranquilo.
—Sé quién eres Garbín. He oído hablar mucho de ti. La fama te favorece y en el caso de tu amigo proviene de un planeta llamado Luzaria donde conviven en paz y armonía. Un mundo donde el dios de la luz gobierna y donde los ancianos de más alto nivel tienen el don de controlar la luz a voluntad. Cosa que vuestro amigo aún no debe saber porque los altos mandos que rigen mi agencia no quieren que él lo conozca todavía. Así que guarda el secreto por ahora —dijo Ludwing manteniendo una postura de autoridad—. Por ahora, debo seguir con mi trabajo. Adiós Garbín, el guía.
—Entiendo perfectamente Ludwing. Gracias por lo que hiciste para ayudar a mi amigo Gariel —dijo Garbín agradecido, pero en un abrir y cerrar de ojos ya se había ido.
Cuando menos me lo esperaba, aparece Jandar, que no andaba por los alrededores.
—Jandar, ¿por dónde andabas metido? Te perdiste lo que pasó entre Gariel y el secuestro de Raer —dijo Garbín regañándome.
—Garbín, aunque no estaba aquí, ya me había enterado de lo que había pasado. Una de las argentes llamada Ludmila, hermana de Ludwing, me contó algo de lo que había pasado y me puso al tanto de casi todo. Así que no me perdí mucho. Lo que pasa es que con la luz tan tensa que había me alejé un poco y choqué como por cosa del destino con la hermosa Ludmila. Ella creó un velo de energía alrededor mío y de ella y en ese mismo momento pudimos chocar miradas por primera vez —dijo Jandar respondiendo a los regaños de Garbín—. ¿Cómo está Gariel?
—Está ahí acostado en el suelo con la chaqueta de Ludwing —respondió Garbín contento porque había conocido a uno de sus héroes favoritos. Pero no es el momento para estar contento con lo que le pasó a Gariel y a Raer.
—Hola, ¿eres Garbín el guía? —dijo la extraña chica que apareció de la nada delante de Garbín.
—Sí, soy yo, y tú eres la asistente personal de la guardiana —dijo Garbín saludando.
—Sí, vengan por aquí, por este portal privado. La guardiana los está esperando en una sala privada —dijo la asistente personal de la guardiana con autoridad en su voz.
Recogimos a nuestro compañero del suelo junto con la chaqueta de Ludwing y pasamos el portal.
—Yo fascinado con la chaqueta de mi héroe favorito, loco por volver a verlo para devolvérselo —dijo Garbín en voz alta sin darse cuenta por la emoción. Y Jandar cogió la chaqueta y la jaló para él, tratando de quedarse con ella para ser él quien la devolviera y poder volver a ver a Ludmila. Nos fajamos con palabras como si fuéramos niños chiquitos y a la vez cargamos a Gariel hasta que la asistente nos quitó la chaqueta y nos dio un trompón por la cabeza a los dos.
En el presente...
Abrí los ojos lentamente y miré a mi alrededor. Estaba Jandar al lado mío y Garbín estaba conversando con una mujer.
—Garbín, Ludmila. Gariel ya se despertó —dijo Jandar emocionado.
—Jandar, soñé que estaba en casa de ayudante de los ancianos de mi pueblo y que, de repente, Jandar me interrumpió —Gariel, si supieras lo que hemos pasado yo y Garbín. Bueno, te cuento que yo, en medio de la confusión, terminé chocando con una hermosa creadora de sueños llamada Ludmila. Ella me contó qué sucedía contigo y que es hermana de otro creador de sueños llamado Ludwing, que es el héroe favorito de Garbín y que hay una profecía en este mundo. Pero de repente, Garbín me interrumpió —Jandar, deja un poco para nosotros también, no se lo cuentes todo —dijo Garbín.
—Además, parece que Gariel se quedó perdido con lo que le dijiste.
—Jajajaj. Tienes razón —respondió Jandar medio riéndose.
Le tendí la mano a Gariel —Bienvenido de nuevo al mundo de los sueños, Gariel —dijo Garbín amablemente.
—Gracias, Garbín. —Jandar, ¿a qué te refieres con lo de la profecía y qué tiene que ver conmigo? —pregunté yo confundido.
—Garbín, Jandar, deja que yo les explique. Hola, Gariel, soy Ludmila, la guardiana de la dimensión mar de sueño. La profecía habla de que cuando la oscuridad amenace al reino onírico, una luz brillante se alzará desde el mundo de los sueños. Y nacerá un nuevo creador de sueños, hijo de la luz, heredero de los sueños, destinado a guiar al mundo de los sueños hacia un nuevo amanecer. Con su sabiduría y poder llevará la luz a cada rincón del mundo onírico y asegurará su futuro por siempre. Así lo profetizan los antiguos escritos —explicó la guardiana.
—No pensaras que yo soy ese creador de sueños del que habla la profecía —respondí yo pensando que no podía ser ese soñador—. Cuántos soñadores como yo ya no han venido al mundo onírico con un inmenso poder para hacer cualquier cosa que yo no ni me imagino, podría ser cualquiera de ellos.
—Gariel, vienes del planeta Luzaria ¿no? —preguntó Ludmila.
—Sí, así es, pero eso no me explica todavía por qué yo soy del que habla la profecía —respondí yo.
—Eso es porque como dice la profecía cuando cundo la oscuridad amenace al reino onírico, una luz brillante se alzará. Esa luz ya se alzó en medio del ataque de las criaturas de la dimensión pesadillas. Perdón, perdón me equivoqué. Después del ataque de las criaturas cuando querías rescatar a Raer y Garbín te sujetó fue cuando la segunda señal se levantó en medio de la confusión: una luz se alzó en la oscuridad —explicó Ludmila tratando de convencerme.
—Yo sé quién soy y quién quiero ser y ahora mismo sé lo que debo hacer: rescatar a Raer —dije yo agobiado por toda la conversación anterior pero me recompuse y me puse firme otra vez para ir a rescatar a Raer.
—Espera, espera. Gariel, ya Garbín me había puesto al tanto. Los voy a ayudar con todo lo que haga falta. Por eso mismo les propongo que se unan a la agencia Somnium Nexus. Con vuestro poder y el de la agencia harán grandes cosas. Yo y los guardianes tenemos puesta nuestra fe y esperanza en ustedes —dijo Ludmila llena de esperanza en nosotros.
Antes de que pudiera decir algo, Garbín y Jandar me pasaron el brazo por el cuello —Gariel, deja eso que ibas a decir para después —dijo Garbín mientras íbamos caminando hacia afuera.
Vi cómo las puertas se abrían. Una chica que parecía ser la asistente de la guardiana hacía una reverencia —Hola de nuevo soñadores, el portal ya está listo para su próxima parada —dijo la chica.
—¿Cuál es nuestra próxima parada? —pregunté yo tratando de averiguar hacia dónde nos dirigíamos. —¿Cuál es nuestra próxima parada? —pregunté yo tratando de averiguar hacia dónde nos dirigíamos.
Jandar y Garbín tenían una sonrisa de oreja a oreja. Luego, Garbín se me acercó a la oreja: —Nuestra próxima parada es la agencia Somnium Nexus —dijo Garbín mientras llegábamos al portal que estaba en una sala oculta en el banco del mar de sueños.

Un sueño en otro mundo. (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora