CAPÍTULO 6: "Raer se adentra en el mundo de las pesadillas".

30 5 0
                                    

                           Primera parte

Después de salir del portal, llegué a la dimisión de las pesadillas, un lugar oscuro y tenebroso lleno de esqueletos de otras criaturas más grandes y criaturas que acechan en la oscuridad. Pero yo no les tenía miedo ni me sentía intranquilo; me sentía en control total del lugar, como si perteneciera a él de alguna manera que no entiendo todavía, y que de alguna manera podía ver en toda esta oscuridad. Entonces, la criatura de las pesadillas que me trajo empezó hablar conmigo:
—Antes de llegar a la residencia del guardián, ponte este traje y esta máscara con el emblema de viajero de sueños —dijo la criatura de las pesadillas.
—Okey —dijo Raer sin chistar, con mucha confianza en la voz.
—Por cierto, me llamo Luniervos. Soy una de las cuatro generales pesadillas por debajo del nivel del guardián y gobierno la región tenebrosa donde todos los soñadores de bajo nivel se aterran al momento de pasar por allí. Con mi poder de intimidar a los más débiles, bujaja, bujaja —dijo la criatura de las pesadillas.
—Mmm, interesante. Pero eso no me asusta en nada por si lo intentaste, Luniervos. Pero lo que me hace picar la curiosidad es por qué tus esbirros hablan de que el elegido ha llegado al reino, parece como si le temieran a algo —preguntó Raer, sorprendido.
—Espera un momento, Raer —dijo Luniervos—. Ustedes vengan conmigo un momento. ¡CÁLLENSE DE UNA VEZ! ¿Es que no ven que estoy hablando con el elegido de las pesadillas?  Si nos oyes, podrías echarlo todo a perder.
Las otras criaturas que iban de guardia en compañía de Luniervos se callaron porque sabían lo que les podía pasar si hablaban.
Fui hacia donde estaba Raer.
—Raer no les hagas caso, ellos no saben lo que están diciendo —dijo Luniervos intentando cambiar el tema.
—De todos modos eso no me interesa, solo me interesa encontrar a mi amada Natacha —dijo Raer sin interesarse por el tema por el que le había llamado un poco la atención antes.
—Para eso está el guardián, él atenderá todas tus dudas Raer —contestó Luniervos—. Ya hemos llegado a la residencia del guardián. El portal que nos trajo nos había dejado cerca de la residencia del guardián, no todos saben de este portal.
La residencia del guardián era un enorme castillo lleno de agujas de piedra que salían por todas partes. En el frente una puerta enorme llena de agujas gruesas.
—Esta es la residencia del guardián, él comanda legiones enteras de monstruosas criaturas de pesadillas y nosotros, sus generales, somos sus más viles sirvientes y le ayudamos en la tarea de gobernar sobre las criaturas de las pesadillas. —comentó Luniervos.
—Lo sé Luniervos, ya me lo habían dicho. Estoy bastante enterado de esta dimisión y de lo que hacen, pero eso no me interesa. He venido porque sé que ustedes no me han mentido desde la primera vez que me encontré con la primera criatura de las pesadillas —respondió Raer.

Un tiempo antes cuando Raer tuvo su primera pesadilla:

—¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este? Está lleno de cadáveres. Hay sombras acechándome entre los cadáveres. ¿Quiénes son ustedes y qué son? No sé por qué este lugar se me hace familiar. De repente este lugar se desvaneció de la nada y aparecí en lo que parecía ser otro lugar, un bosque lleno de sombras, monstruos y criaturas a mi alrededor, pero lo más extraño es que no le tenía miedo y sentía como que las podía controlar. Una de las criaturas se me acercó, se veía más como una sombra entre los árboles hasta que fue cogiendo forma y se transformó en algo que yo ya había visto antes: se transformó en un Musgar, una bestia de las leyendas de mi mundo.
—¿Por qué no me tienes miedo? —dijo la criatura que se había transformado en un Musgar.
—No sé, me siento tranquilo con ustedes de alguna manera —respondió Raer.
—Deberías temernos joven soñador —dijo el Musgar. —Espera, espera ¿esto es un sueño? —respondió Raer confundido.
—No, no es un sueño. Es una pesadilla, es tu pesadilla y por la cual deberías temernos —dijo el Musgar sin haberse dado cuenta de que se había transformado en una bestia legendaria.
—Sí te entiendo de alguna manera, pero si eres una pesadilla ¿por qué te ves como una de las bestias sagradas de mi mundo? —respondió Raer asombrado.
—¿De qué hablas? Yo me veo como una de las criaturas tenebrosas de las pesadillas —respondió el Musgar pensando que todavía se veía como una pesadilla—. Espera, espera, no es posible ¿qué rayos me pasó? Porque me veo así. Corrí alrededor mío, me tiré en el césped y me rodé de un lado para el otro y todavía no podía creer que me había transformado en una bestia sagrada.
—Ves, te lo dije —dijo Raer.
—No, no esto no puede ser. Mmm tú eres esa persona que lo cambiará todo. Tú me hiciste esto —dijo el Musgar muy sorprendido.
—¿Cómo puedes decir que yo te hice esto si ni tan siquiera sé cómo es que me siento tan tranquilo con todo esto? No entiendo nada. Yo solo quiero encontrar a mi amada Natacha.
—Veo que aún no tienes conciencia de lo que hiciste. Eso es porque lo hiciste inconscientemente —dijo el Musgar más intranquilo que antes—. Las otras criaturas de las pesadillas nos temen y se alejaron rápidamente de aquí. Espera, las criaturas que se alejaron de aquí siguen igual que antes, no cambiaron lo cual significa que si me alejo volveré a ser yo otra vez. Raer volverás a saber de mí. Ya puedes despertar, me alejé y volví a ser una criatura de las pesadillas.
Esa fue la primera vez que me encontré con las criaturas de las pesadillas.

Un sueño en otro mundo. (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora