Seven days floating ~ BkDk

Día 3

04:00 - Se despertó, sabia que era el día libre de Kirishima y dormiría un poco más, tomo un baño, se arreglo y salió de la casa, ese día terminarían los arreglos de su nueva casa y tenia que decorarla a su gusto.

Entro a un pequeño restaurante qué abría las 24hrs y pidió un desayuno, los hotcakes con chocolate y crema batida con chispitas de colores que le recordaban a su mamá, aun cuando el dulce no era de su agrado, pero le recordaba a cuando regresaba de la escuela triste o cuando se comportaba como un idiota con los demás al no saber manejar sus emociones, su mamá le preparaba el más empalagoso de los postres, su favorito y el único que disfrutaba cuando su corazón necesitaba de su mamá.


Antes de llegar a SU casa compro varias pinturas, se imagino cada cuarto con diferentes gamas de colores llenos de luz y vida, compro todo lo necesario sintiéndose feliz de ese pedacito de libertad hasta que su teléfono vibro, un mensaje - ¿Dónde mierda estas? - En su mente se vinieron varias respuestas, en el infierno fue la más popular - Misión - Respondió y coloco su teléfono en silencio, sabía que si Kirishima iba con Shoto este le ocultaría las cosas, confirmaría lo de la misión o simplemente se negaría a darle información, tenía un buen amigo.


Abrió la puerta de la casa, los arreglos estaban terminados y el padre de Uraraka le explico cada uno, sus cuidados y sus sugerencias, agradeció su rapidez y pago sus servicios.

Una vez solo comenzó su labor, pintar paredes en cada habitación, tenia que terminar ese mismo día por lo que todo su tiempo lo destino a ello, pidió comida y cena por teléfono, comiendo en el suelo en medio de la qué seria su sala, busco en su teléfono seleccionando algunas fotos que llevaría a imprimir mientras daba pequeños bocados, ignoro las 4 llamadas perdidas de Kirishima y solo leyó su único mensaje - Después no me jodas de que no pasamos tiempo juntos - Se rio, no, no lo va a joder más con eso.

Dejo una pared al final, la pinto de blanco, era un espacio qué tenía un fin destinado pero no quería hacerlo él mismo, no es que no pudiera, él podía hacer todo pero había alguien más que le daría un toque especial y aún tenía que buscarlo, buscarlo a él.

Antes de que terminará el día camino a un vivero qué estaba cerca de su casa, se encontró con una anciana qué era la dueña del lugar, solicitando de sus servicios para su gran jardín, le vendió muchas flores de diferentes colores, tierra y pasto, algunas rocas decorativas pero sobre todo un altar de mármol, ahí descansarán las urnas de sus padres, hizo varios viajes arrepintiéndose de no usar su auto. Sin importarle la noche comenzó con su trabajo de jardinería hasta terminar.