Día 2

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5:30 - Nuevamente despertó, escucho como tocaban a su puerta, no respondió y espero a que se fuera para iniciar con su día.


Otra vez encontró un desayuno en la mesa, repitió la acción arrojando todo a la basura y dejando una nota - Comeré fuera todos los días - Pensó incluir un gracias pero prefirió no hacerlo, la distancia era ahora su mejor compañera al menos hasta que se arrancará todo ese sentimiento de su corazón, Kirishima no lo hacía por amor, no, esos desayunos y comidas era una costumbre porque a sus ojos, Katsuki no se sabía cuidar pues desde que se volvieron profesionales el cenizo se dedicó a su carrera dejando a un lado muchos de los hábitos que mostro en la UA, eso incluía su alimentación pero era una mentira, él siempre encontró en la cocina una forma de terapia ocupacional y en su cuerpo un templo que tenía la responsabilidad de cuidar.


Salió del departamento, realmente no tenia un plan pero no quería seguir en el lugar, condujo un rato hasta llegar a un lago al qué su madre solía llevarlo de niño, compro un poco de comida y se dedico a caminar por el lugar.


Recordó sus paseos de la mano con su madre, el suave tono de voz de su padre y la paz que se llenaba en su corazón en esos momentos, los sonidos propios de la naturaleza le lleno la cabeza de todas las aventuras infantiles que tenía junto al pequeño peliverde que solía seguirle todo el tiempo, suspiro cuando recordó que en algún momento su fan n°1 el mismo lo alejo ¿Dónde estará? Se preguntó pero dejo ir la idea cuando el sonido del agua le invito a correr, como si fuera niño, se acercó retirando su calzado adentrándose al frio liquido trasparente, solía nadar con sus padres pues él tenía que ser capaz de todo y no fallar, el agua no era impedimento para la grandeza aun cuando después de aquella caída donde su viejo amigo le tendió la mano, el miedo de volver a caer se arraigó en el pobre sistema de un niño, su madre no lo dejo, no, esa mujer era terca como ninguna y llena de esa imperiosa necesidad de hacer a su único hijo tan fuerte como para que cumpliera sus grandes sueños de ser un héroe.


El agua rodeo su cuerpo, le dio paz, esa soledad en medio de tanta vida que se mueve en equilibrio era refrescante y quizás jamás debió renunciar a eso, a su paz.

Algo tenía que cambiar, llevaba tantos años haciendo lo mismo esperando resultados diferentes, una locura en sí, algo tenía que cambiar y quizás era necesario agregar algo más a su vida, algo que le diera esa paz que la guerra y sus sueños le arrebataron, algo que le diera paz.


Después de su encuentro con la naturaleza fue a una universidad cerca de donde ahora viviría, pidió informes de algunos cursos y se inscribió, ser egresado de la UA le abriría muchas puertas, lo sabía.

Llamo a Aisawa pidiéndole una carta de recomendación, un requisito si bien no era necesario no quería saltarse del protocolo, el azabache no dudo aceptar indicándole qué la haría llegar vía electrónica pero pidiéndole también qué fuera a verlo más tarde, Katsuki acepto.


Llego por la noche a la casa de Aisawa, su antiguo profesor lo conocía bien y sabia que en esa llamada se había percatado de algo, no le mentiría a él, seria completamente honesto y le diría sus planes, con una taza de te y Eri acomodada a su lado dijo todo, cada detalle y sus planes, vio en la mirada del azabache pasar de la tristeza a la comprensión, le pidió que no perdiera contacto y que le avisara donde estaría, sonrió enviándole la dirección de su nueva casa, su plan no incluía desaparecer solo tomar distancia, hasta que todo volviera a sentirse mejor.



Al despedirse un abrazo fue lo que recibió, un abrazo qué necesitaba desde hace tiempo y que no lo sabía, había relatado con suma tranquilidad todos sus planes pero en ese abrazo se rompió, lloro como cuando era niño y las pesadillas invadía sus sueños, lloro cuando vio el cuerpo inerte de Yagi o en el funeral de sus padres, lloro cuando encontró a Kirishima siéndole infiel por primera vez, lloro roto por cada golpe qué la vida le daba haciéndolo caer sobre sus rodilla para suplicar piedad, lloro cuando se sintió insuficiente a los altos estándares qué fue sometido solo por su peculiaridad, lloro al recordar lo desgraciado qué fue en su pasado y el como la vida se lo estaba cobrando.


Aisawa lo sabía, los niños no deberían ser héroes y ese pequeño niño qué ahora se desmoronaba entre sus brazos era la prueba de ello, forzarlos a madurar para ser admirados no era forma de crecer, lo abrazo tan fuerte sosteniéndolo para evitar que se derrumbara, esa generación eran sus hijos y ese niño problemático era uno de los que más apreciaba, se sentía un fracaso por no haber cumplido la promesa de su amigo - Si un día no estoy, cuida de mis muchachos Shota, cuídalos - Creyó qué estar con Kirishima era lo mejor, él pelirrojo lo protegería pero ahora entiende que se equivocó, el tranquilo chico lo hirió cuando más lo necesitaba, ahora sabía que fallo pero no seguiría haciéndolo, cumpliría su promesa y no volverían a dañar a su hijo.


21:57 - Entro en silencio al departamento, nuevamente un plato de comida con una nota que ignoro por completo, se dirigió a su habitación y se arrojó a la cama, había tardado una hora en calmarse mientras Aisawa lo sostenía en sus brazos y eso le ayudo, se sentía más ligero pero también cansado, cerró los ojos ignorando nuevamente los golpes en su puerta y durmió.


Seven days floating ~ BkDkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora