Suspiros

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La casa de Katsuki no era lo que imagino, creería encontrarse con una réplica de la casa de los Bakugo mayor, elegante dejando en claro su estatus económico sin embargo se encontró con un espacio qué gritaba libertad y sobre todo le recordaba al pequeño Kacchan que conoció cuando eran apenas unos infantes, un pequeño lleno de energía y con talento, llamando la atención de pequeños y grandes, provocando gravitar a su alrededor tal como él mismo había hecho durante más de una década y que debido a la serie de eventos la lejanía solo le permitió verlo desde lejos, le recordaba al pequeño Kacchan con el que creció, ese pedacito qué solo era para Izuku, colorido y cálido, había algo en el ambiente qué le hacía sentir cómodo, al menos al principio.




El pequeño Katsu brincaba de la emoción, literalmente, mientras el cenizo mayor le mostraba a detalle cada espacio de su nuevo hogar, Izuku los observo convivir tan naturalmente, lo parecidos que eran no solo físicamente sino también en personalidad y sobre todo en su quirk, un pequeño hueco comenzó a extenderse en su pecho, decidió cambiar de perspectiva concentrándose en su nuevo entorno fracasando, si bien el hogar de Kacchan era cálido y hogareño no dejaba de resaltar lo costoso, detuvo su mirada en el sillón en forma de U con asientos reclinables recordándole el único sillón que pudo comprar después de meses de salario y que finalmente era de reusó, suspiro, volteo al gran comedor de 10 sillas sabiendo que en su pequeño departamento no alcanzaban ni a eso y se conformaban con la barra que venía incluida en la cocina, no era suya, definitivamente ser héroe era una de las profesiones mas redituables, volvió a suspirar.



Avanzo guiándose de los sonidos de risas que tanto amaba, llego a una habitación que definitivamente era al menos el doble de grande de la que tenían anteriormente, una cama tamaño matrimonial al centro, otro suspiro se escapo - Por ahora pueden compartir y después veremos que pasa - La voz de Katsuki le saco de sus pensamientos, solo asintió, se acerco tocando las suaves cobijas con decoración infantil con la punta de sus dedos, apenas un roce, amaba todo el tiempo que el cenizo había dedicado para que ese espacio fuera solo para su pequeño y lo agradecía, ver a la persona mas importante de su vida ser feliz dando brinquitos sobre la cómoda cama sonriendo por todo aquello que él, ni con todo su esfuerzo, podría darle.


Otra vez... Suspiro.


Ahí estaba esa sensación de nuevo, punzando fuertemente en su pecho y que quería alejar, pero quizás y solo quizás el sobraba.



Sonrió cuando su pequeño se acerco mostrándole los varios juguetes nuevos y presumiendo todo el espacio, que sin querer y dentro de su nobleza, comparaba con su anterior habitación, avanzo hasta llegar al closet comenzó su labor de ordenar cada prenda traída, mayormente de Katsu, mejor ocuparse en algo útil y no en esas ideas, noto las nuevas prendas qué Katsuki adquirió fijando su vista en una sudadera que obviamente era parte de la mercancía del héroe Dynamight que aun no salía a la venta y que él no pudo adquirir en preventa, bueno en realidad a quien engañaba, ni en venta normal podría adquirirla sin representar un gasto mayor en su corto presupuesto pues lamentablemente aun con su doble salario no era suficiente para mantener a tres personas y sobre todo cuando su madre ya no podía trabajar como solía pues el cansancio natural de la edad además de algunas condiciones adquiridas con los años habían disminuido sus fuerzas por lo que dependían exclusivamente de él y por su puesto la prioridad no eran los gastos costosos sino la alimentación, el techo sobre su cabeza y la educación del menor de los Midoriya.



Tomo en brazos la sudadera desgastada de hace un año, favorita de su hijo hasta ahora, sabiendo el esfuerzo que represento adquirirla cuando era mercancía oficial del héroe, recordando todo lo que él había adquirido con el paso del tiempo se hizo rendir al máximo pues las prioridades eran otras.



Observo la única maleta que trajo con sus pertenencias, sonrió al recordar cada obsequio que su madre le dio en su extenso fanatismo por los héroes cuando era un niño y que tuvo que ser vendido pues una cesárea junto con los gastos de un recién nacido con un solo salario no serían solventables, nuevamente se enfoco en la maleta donde únicamente se encontraban sus pocas pertenencias, otro suspiro, la acomodo en un espacio qué le permitiera abrirla, no desempacaría.

Seven days floating ~ BkDkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora