Aniversario Parte 2

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Heeseung se estacionó una calle atrás de la tienda Ladurée, esa parte de la calle estaba libre y antes de bajar beso la mano de su novio.
- Ya llegamos, espera - le sonrió y bajo.
Sunoo estaba confundido, Heeseung era de los que paraban frente al restaurante para no caminar o frente al valet. Ya eran demasiadas cosas extrañas, ¿que planeaba?.

Abrió la puerta y le ayudó a bajar, le volvió a ofrecer su brazo y Sunoo lo rechazó tomándolo de la mano.
Heeseung, algo extrañado, lo guio toda la calle hacia adelante. Ambos permanecieron en silencio por motivos diferentes.
Sunoo estaba pensando como decirle que tenía evidencia con letra mayúscula de que posiblemente le había sido infiel, en cambio Heeseung estába nervioso porque no sabía si la sorpresa le agradaría, después de todo el día de su aniversario no lo había visto y para Sunoo las fechas eran muy importantes, creía que estaba un poco molesto por eso.

Sunoo reconoció la esquina de Ladurée y por unos segundos olvidó todo para dejarse maravillar por la fachada. El color era hermoso, al igual que las ventanas y todo el inmobiliario, pudo asomarse un poco mientras seguía caminando con su novio que ya había mesas y algunas vestidas, seguramente la inauguración sería pronto y eso quiere decir que las invitaciones serían enviadas pronto.

¡Por favor, que le toque una! ¡Que sea elegido!

Una chica muy sonriente los saludo de repente
- Buenas tardes, ¿es usted Lee Heeseung? -
- Es correcto -
- A tiempo - sonrió e hizo un gesto con la mano provocando que ambas puertas de la entrada se abrieran. - adelante, por favor - indico.

Sunoo no pudo evitar sorprenderse.
¿Iban a entrar?
¿Ellos?
¡¿EN ESE MOMENTO?!

- Vamos amor - dijo Heeseung apretando un poco la mano de Sunoo, temía que se quedará petrificado ahí.
Al entrar admiraron por unos segundos la belleza del lugar, no mentían cuando decían que parecía lujo parisino por completo, incluso los aromas que se impregnaban era una combinación dulce con lo que yo llamaría amor, así de bien olía ese lugar.
- Por aquí - los guio a una mesa con sillon en media luna no tan grande del lado derecho cerca de los ventanales principales.
La mesa estaba hermosa, platos cuadrados y redondos con cubertería dorada, servilletas a juego, unas pequeñas flores que adornaban el centro y alrededor del sillón.
Sunoo estaba maravillado, se sentía como en un sueño del que no quería despertar, cuando llegaron a la mesa miro a Heeseung
- ¿Comeremos aquí? ¿En serio? - dijo tratando de ocultar su emoción.
Heeseung asintió mirándolo a los ojos, casi podría apostar a que le brillaban de ver sonreír a su novio.
Sunoo tomó asiento del lado izquierdo y Heeseung del lado derecho.
- En un momento comenzaremos con el programa, es un placer tenerlos aquí- se despidió la señorita muy amablemente.

Una vez estuvieron solos Sunoo volteo a verlo.
- Pero, ¿como lo conseguiste? - casi que lo grito - Ni siquiera tiene fecha de apertura y tu...tu me traes aquí...eso nos hace- su corazón comenzó a acelerarse -
- ¿Los primeros aquí? Si - le respondió tranquilo mientras se acercaba un poco fingiendo que se acomodaba en el sillón.
- Heeseungie...- Sunoo terminó abrazandolo otra vez eliminando el espacio que los separaba.
- Te amo Ddeonu - respondió Hee mientras lo abrazaba - haré lo que sea para hacerte feliz todos los días-

Cuando se separaron un poco Hee se acercó para besarlo pero Sunoo fingió no notarlo y volteo para atraer más al centro su plato y cubertería para comer mas cerca y juntos. Le sonrio una vez le enseño lo que hizo.

La comida siguió de manera normal, y hasta cierto punto, romántica. Heeseung se aseguró de que el menú fuera los platillos favoritos de Sunoo y dejaba que los probara primero, literalmente lo hizo el primer comensal en probar comida en Ladurée.
La mitad del menú por supuesto tenía que ser los postres, Sunoo no supo cuántos probó ni en qué momento se volvió ebrio del dulce que le daba probadas a Heeseung de su misma cuchara para después robarle pequeños besitos inocentes en los labios y después se terminaba todo el el postre el solo.
Solo faltaba algo, los icónicos macarons.
Sunoo se sentía que iba a reventar pero eso no le iba a impedir tener espacio para ellos.

It wasn't meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora