Trabajo

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Basado en la segunda parte.
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Me mudé a Japón debido al peligro que existe a causa de los demonios, aquellas plagas estan dominando el mundo poco a poco sin que nos demos cuenta. En mi país de origen había escasez de cazadores de demonios y mis padres fueron asesinados por esos monstruos, aunque claro ya a nadie le sorprende escuchar eso así que no voy a perder tiempo dando lástima.

Intenté quedarme ahí, con la falsa esperanza de que el gobierno se moviera un poco, pero por la nula respuesta tomé mi decisión. Utilicé los escasos recursos que tuve a mano y vendí la mayor parte de mis propiedades para poder volar hasta este lugar y conseguir un departamento.

Japon es muy resguardado, hay varios cazadores y héroes sin capa como el famoso motosierra, además de que por suerte los jovenes se ven esperanzados por obtener un trabajo como este, es sorprendente.

Sin embargo y a pesar de que miles de millones de personas esten muriendo y el número aumente a cada segundo, el mundo sigue girando y necesito trabajar si quiero sobrevivir lo poco que queda de humanidad en la tierra.

Me senté afuera de los departamentos arriba de un escalón, con un mate y un termo a mi costado, son las únicas cosas que traje conmigo en realidad además de ropa.

Estaba soleado, debería estar buscando trabajo si no quiero que me hechen del establecimiento, pero estoy demasiado deprimida como para hacer otra cosa que no sea tomarme un mate y mirar el cielo, sin ninguna expectativa positiva de como va a terminar mi vida.

Siento como de la nada una avalancha de perros corren hacía mi dirección comenzando a abrazarme, provocando que me caiga levemente para atras.

Me enojé bastante y estaba apunto de gritarles, pero cuando ví a una niña pequeña que estaba sosteniendo todas esas correas intenté calmarme.

—¡Quietos! — ella dijo, sorprendidome al ver como aquellos animales tan juguetones no se movian ni un centimentro más. — ¿Quien sos?

La miré con los ojos bien abiertos, mi mente aún divagaba pensando en como mierda pudo entrenar tan bien a los cachorros.

—uh, si, me mudé hace poco — finalmente hablé cuando salí de mis pensamientos, titubeando un poco ante la presencia de la pequeña. Demasiado firme siendo una niña, algo incluso intimidante, pero una niña después de todo. — ¿Cual es tu nombre?

—¿Como te llamas vos? — contratacó, sorprendiendome de nuevo, nunca conocí a un menor siendo tan ¿Cuidadoso? No... la palabra es desconfiado, tiene sentido.

Me presenté con una sonrisa intentando lucir amable, los niños no son mi fuerte pero no me desagradan, y ella es algo peculiar en sus acciones y forma de hablar, sus palabras manejaban precisión y claridad.

Ella solo emitió un sonido, dando a entender que me escuchó. Luego de unos minutos mirandome con su rostro neutro me sonrió de una forma calida, algo raro.

— Te ves pura... bueno, dentro del rango humano... — Me volvió a dirigir la palabra mientras murmuraba algo que no llegué a escuchar. ¿Pura? ¿Que se supone que significa eso?

—Uhm, gracias nena, me gustan tus mascotas — mencioné señalando a los animales, los cuales estaban sentados esperando la nueva orden de su dueña con cara de felicidad, realmente muy bien educados.

𝐂𝐇𝐀𝐈𝐍𝐒𝐀𝐖𝐌𝐀𝐍!! «Denji One-Shorts»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora