𝓜𝔂 𝓒𝓻𝓲𝓶𝓲𝓷𝓪𝓵-toboa

Familia II

—Daniel el nombre del muchacho que es hijo de Álvaro noboa, uno de los hombres más ricos del Ecuador, un apellido muy reconocido, noboa, este en su infancia fue tranquila, daniel era un niño normal, pero era bonito, delicado, muchas personas felicitaban a sus padre por tener un muchacho muy tranquilo, bonito y educado, pero nadie sabía los problemas que tubo una vez , fue cuando daniel tenía la edad de 10 años, estaba en su casa aburrido, sentado en su cama estrésado y pues quería salir y sus papás no lo dejaron, se fueron a trabajar y lo dejaron solo, sus hermanos tenían entrenamiento y el pues estaba enfermo, y no lo dejaron ir a los entrenamientos, así que solo se sentó en su cama aver cuando sus padre tomaban la decisión de dejarlo ir, pero eso nunca pasó, seguía esperando hasta que por su balcon dentro un rico aire cálido, eso le hizo tener una idea, salir por el balcón, ya que la parte de atrás de su casa aveces no estaba con guardias, estaba sola, daniel salió aver por su balcon y se percató qué era no era muy alto pues su cuarto era en el segundo piso, pero habían guardias cubriendo justo la parte de atrás, pensó y lo único que hizo fue ver como podía bajar y encontró la forma escalando, el practico varias actividades como boxeo, karate pero una llamada escalada, esa le ayudaría en ese momento, daniel busco donde podría pisar para bajar y pues lo encontró, solo le faltaba esperar que los guardias se fueran, qué eso le tomaría unas horas, así que se le vino una idea la mente, la cual era hacer qué les dieran cambio de puestos, y eso hizo, le pidió a un mayordomo qué les dijera que hagan cambios de puestos, este acepto y fue y llamo a todos los guardias, justo en eso se fueron los guardias qué estában atrás, en ese momento aprovecho y empezó a bajar lo más rápido posible, y lo logro, empezó a correr lo más rápido posible pasando las protecciones qué tenía la parte de afuera de su casa y lo logro, sus padre hubieran estado felices si descubre que esos entremaniendos le servían de algo, una vez fuera de su casa pensó en que hacer, y lo único que se le vino ala mente fue caminar por algún parque y encontrar amigos con los que puede convivir, una ves que llego al parque vio tantos niños groseros como malcriados, pero mientras miraba y miraba vio una niña sola, se acerco ala niña la cual noto su presencia y miro sus pies, y fue subiendo su mirada poco a poco hasta llegar a su cara, esta lo miro y le dio una sonrisa. —¡Hola! ¿Quieres jugar conmigo?.— Daniel asintió pues que bonita manera de conocer a alguien, la niña le hizo seña de que se sentará alado de ella a lo cual daniel accedió, se sentó y miro lo que la niña estaba haciendo.—¿Como te llamas?.— la niña lo miro y son uan grande sonrisa le respondió.— Mara y ¿tú?— Esta lo miro con unos ojitos de ternura y una sonrisa hermosa, daniel nunca olvidaría aquel hermosos ojos o sonrisa, daniel le respondió igual con una sonrisa — Qué bonito nombre, yo me llamo Daniel.—
Mara lo miro y le regalo una sonrisa pero mas pequeña que la anterior.
—Gracias, tu nombre también es bonito, supera bonito.— Daniel le pareció una niña muy bonita, no solo en físico, sino en personalidad tenía una personalidad muy bonita, parecía educada, cariñosa, amable y de todo.—Tu nombre es único.. Y muy bonito, creo que me gusta mucho ese nombre qué tienes, tus padre si pensaron bien al ponerte ese nombre, es lindo y perfecto.— Mara se sintió avergonzada y se sonrojo levemente, ella solo bajo su mirada se avergonzó mucho. — gracias... ¿Quieres jugar daniel?.— Daniel asintió y empezaron a jugar.
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—Fue el fin de aquel hermoso recuerdo que tenia daniel de aquella niña que se encontró en el parque, este sintió como que todo se volvió blanco y abrió los ojos, estaba de día, un día hermoso, el sol brillaba, los rayos de sol recaen en la habitación, aquella habitación qué estaba en silencio, uno tranquilo y cómodo, un aroma dulce, muy dulce pero no empalagoso, ordenada y todo en ese cuarto combinadaba, todo, daniel estaba acostado viendo directamente ala ventana, este miro el reloj que tenia en la mesita de noche, esta marcaba las 7:35 de la mañana, era domingo y sin ganas de hacer nada, solo se acomodo otra vez en su cama y le dio la espalda ala ventada para poder dormir sin la luz que se adentraban en sus ojos, quiso soñar con aquella niña otra vez pero no pudo, solo veía todo oscuro, muy oscuro, hasta que por fin se durmió, en su sueño solo veía a un hombre de espaldas, no le veía la cara pero le recordaba a alguien, no lo veía pero se hacía una idea de quien era pero no quería confirmarla, durmió hasta la hora que se tenía que ir, la cual era alas 12:56, mientras pasaban las horas los hermanos solo se limitaban a hablar y correr por toda la casa, algo que a Daniel nunca le gusto pero como estaba en su habitación no se escuchaba del todo, este siguió durmiendo hasta que por fin dejo de darle la espalda ala ventana y se giro, la luz del sol se adentraba en sus ojos, esto hizo qué daniel abriera poco a poco sus ojos, y se levantó, ya eran las 12 y el sol quería dormir pero tenía que ir hacer su proyecto, y si se puede salir a pasear con sus amigos para distraerse.
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