Capítulo 2

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"Dichoso el que hace frente a la tentación; porque, pasada la prueba, se hace acreedor a la corona de vida, la cual Dios ha prometido dar a quienes lo aman."

Santiago 1:12

Caminé con algo de prisa, la mañana estaba siendo calurosa y las personas a mi alrededor se quejaban del insoportable sol. Jimin caminaba a unos cuanto metros de mi y estaba seguro de que él podía escuchar perfectamente mis pisadas. Taehyung no había dejado de enviarme mensajes recordándome constantemente que Namjoon conocía de la presencia de Seokjin en el hospital y ahora más que nunca debías sacar a Jimin de ese lugar.

Sentí mi cuerpo estremecerse cuando el roce frío del viento golpeó mi cuerpo. Estaba cerca de mi y podía percibir perfectamente el olor a menta que siempre lo iba a caracterizar, estuvo cerca todo este tiempo y me mantuve tan tranquilo en mi zona de confort que ni siquiera logré sentirlo. No podía ser más imbécil.

Detuve mis pasos a una distancia considerable cuando observé como Jimin ingresaba al hospital. La tranquilidad me invadió sabiendo que dentro de ese lugar hasta cierto punto se encontraría seguro; Ayana no dejaría que algo malo ocurriera. Ella perfecta y no podía fallarle a Namjoon.

Por más que deseaba estar dentro del hospital cuidando cada paso que Jimin diera, no podía invadir el "lugar seguro" que él había encontrado en las paredes del hospital. No podía siquiera pensar en quitarle la felicidad que le generaba estar atendiendo a los pacientes, aunque sabía que en el fondo Jimin moría por dedicarse por completo a la pintura.

Llevé mis dedos hacia mi cabello para jalonearlo con fuerza. La frustración comenzaba a ahogarme poco a poco. Los últimos dos días habían sido un completo sufrimiento, mi cabeza daba vueltas analizando la situación mientras por otro lado buscaba la manera de continuar evadiendo a Namjoon.

Ni siquiera había asistido a la academia durante los últimos días cuidando de Jimin, vigilando cada paso que daba mi amigo. La angustia de sentir la presencia de Kim Seung en el edificio me asfixiaba y empezaba a sentirme enfermo, había sido bastante astutos al ocultar su aura.

Saqué el celular del bolsillo de mi pantalón al sentir la llamada, el nombre de Taehyung iluminaba la pantalla por lo que enseguida corté la llamada. Habían sido días bastante agotadores y no estaba en mis cinco sentidos como para tener que escuchar a Kim Taehyung fastidiándome o mejor dicho exigiéndome que me presentara ante mi Superior.

Sabía la discusión que se presentaría en el momento que me enfrentara a Namjoon y aún no tenía ni la más remota idea de como le explicaría el pequeño desliz que se nos estaba presentando, porque claramente esto no solo me afectaba a mi o a Jimin; esto nos afectaba a todos y estaba poniendo en riesgo algo que se había estado trabajando por años o quizás siglos.

Si la vida de Jimin caía en manos de Seung muchas complicaciones entrarían en juego. Todos habíamos sacrificado demasiado durante nuestras vidas con tal de proteger la de Jimin. Yo me había dedicado a cuidar cada mínimo paso que daba durante años, nunca me había alejado de él por más de veinticuatro horas y de la noche a la mañana cada esfuerzo que hice se veía desplomado por un estúpido descuido de mi parte. Por querer jurar al ser perfecto que siempre mantenía todo bajo control, Kim Seung y Min Yoongi habían jugado sucio conmigo y yo ni siquiera me había percatado de ello.

No podía dejar de darle vueltas al asunto, Jimin se encontraba dentro de ese hospital casi que servido en bandeja de plata frente a Seokjin y yo no podía hacer nada para interferir porque de alguna u otra manera la vida debía continuar su rumbo normal, no podía afectar el ciclo. Necesitaba encontrar el momento en el que había dejado un cabo suelto que había provocado que Min diera con nosotros, Taehyung y Ayana se habían encargado de limpiar nuestro rastro mientras yo me encargaba de cuidar de Jimin.

El Origen del Pecado || VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora