Capítulo 6

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Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni fue hallado más su lugar en el cielo. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, quien engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Apocalipsis 12: 7 - 9

Corrí por todo el departamento con prisa, en el camino fui tomando cada una de las cosas que iba a necesitar durante el día. La maldita alarma había decidido no sonar, o a lo mejor había preferido apagarla y seguir durmiendo, creyendo que mi fuerza de voluntad me permitiría levantarme a tiempo para llegar a mi turno que había dado inicio hacía ya quince minutos.

Miré una vez más mi celular para saber el recorrido del taxi que había pedido casi desde que había salido de la ducha y aún le quedaban diez minutos para llegar al edificio.

Tiré la puerta del departamento con fuerza al salir sin importar que Taehyung se encontrara durmiendo en el sofá.

Mi mente aún seguía agotada de lo acontecido el día anterior, aún no terminaba de procesar todo lo que había ocurrido y que nuevamente estaban apareciendo aquellas voces que en su momento estuvieron atormentado. Estaba seguro de que debía hacer un espacio en algún momento del día y llamar a mi madre, necesitaba con urgencia conversar con ella o quedar para vernos en algún sitio.

Bajé de dos en dos los escalones sin apartar le mirada del celular observando como el taxi había cambiado su ruta y ahora duraría más de quince minutos en llegar. Estaba tremendamente jodido.

—Lo siento —dije en cuanto sentí mi cuerpo golpear a alguien más que se disponía a comenzar a subir las escaleras.

—Si aceptaras un salida conmigo a lo mejor podría aceptar tus disculpas —escuché perfectamente la voz rasposa del pelinegro.

—Seung —sonríe avergonzado

—Lindo día, Jimin —saludó mostrando una sonrisa que remarcaba la cicatriz de su rostro

—Lo siento mucho, voy con prisa para el hospital —hice una leve reverencia ante él disculpándome por mi despiste.

—Te llevo —negué rápidamente. Aunque no me venía nada mal un aventón en este momento—. Vamos, el hospital tampoco está tan lejos de aquí, no morirás en el camino

—Ya he pedido mi taxi —negué nuevamente.

—Te pagaré la cancelación —movió su mano restándole importancia a la situación e insistiendo para que fuese con él—. Estoy seguro de que ni siquiera ha llegado al edificio

—Gracias —murmuré para cancelar el servicio observando la multa que muy probablemente me cobrarían en mi siguiente viaje.

—¿Te has quedado dormido? —me cuestionó girando sobre sus talones para comenzar a caminar hacia la salida del edificio.

—Ayer fue un día algo caótico —respondí caminando tras él—. He apagado la alarma y he despertado demasiado tarde

—¿Hace cuando inicio tu turno? —preguntó y pude escuchar la burla en su voz.

—Hace unos veinte minutos, quizá —suspiré empujando la puerta del edificio—. El reporte llegará dentro de una hora, mi profesor de grado me asesinará y muy probablemente me corresponda doblar turno por mi llegada tardía

—¿Y qué es lo que realmente te preocupa? —dijo sacando las llaves de su auto para desactivar la alarma—. Sube —señaló el carro rojo frente a nosotros.

—Humilde —murmuré abriendo la puerta del coche.

Escuché la risa ronca del chico. El interior olía al cuero de los asientos combinado con el olor del tabaco que posiblemente estuvo consumiendo dentro del coche.

El Origen del Pecado || VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora