V.

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Pasó la siguiente hoja el libro, con los pies cruzados y su espalda contra la pared de su cubículo, pasando otra hoja más

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Pasó la siguiente hoja el libro, con los pies cruzados y su espalda contra la pared de su cubículo, pasando otra hoja más. Había leído aquel día con mayor habilidad, dedicándole más tiempo al encontrar la trama interesante.

—Reclusa Natto

Tenten detuvo su lectura con frustración al escuchar la voz de aquel guardia rubio que tanto le molestaba. Pero su molestia más que nada era el hecho de que estaba en la mejor parte y odiaba que la interrumpieran. Reprimió su enojo y lo miró.

—¿Qué? —Su voz salió más áspera de lo que proponía.

—Que brusca, la falta de un hombre siempre afecta ¿no? —Él rio ante su broma, ignorando la cara sin gracia femenina. — Tienes visitas.

Ella casi volvía a leer al escuchar eso, porque debía ser una especie de broma. Por que ella jamás había tenido visitas. No mucha gente quedaba cuando en tu vida cuando eras encarcelada. De vez en cuando solía ir a verla Temari, que era su única amiga. Pero solían hablar más por teléfono que el que ella la visitara. Vivía en otro estado, se había mudado al casarse, lo cual dificultaba sus visitas. Había ido en dos ocasiones en los dos años que llevaba en ese sitio.

Se preguntó de quien se trataría, por lo que se levantó siguiendo a ese guardia de lejos. No quería relacionarse con él, no cuando sabía lo que lo movía. Que podías obtener favores de su parte, si lo complacías. Ese había sido el guardia que había visto con una reclusa arrodillada. Nadie con sentido común se acercaba a él, a menos que estuvieras desesperada y quisieras algo.

Caminando por los pasillos hasta que alcanzaron el área específica, ingresando a una habitación con varias mesas y sillas que conformaban el área de visitas. Ahí reconoció a su abogado, aquel defensor publico que le habían asignado cuando fue apresada. Se sorprendió de verlo ahí, porque no tenía una razón. Hace dos años que estaba ahí y aún le restaban tres años, que es cuando tendría sentido su presencia por su papeleo de liberación. Su presencia solo podía significar malas noticias ¿acaso le habían extendido la condena o sus recientes problemas le causaría problemas en su sentencia?

Asustada por ese hecho, tragó saliva y avanzó hacía el hombre de cabellera blanca y se sentó enfrente suyo.

—¿Qué sucede Kakashi?

—No pareces muy animada de verme ahí. —Su rostro dejaba ver su recelo.

Tenten se cruzó de brazos enfrente del hombre, era demasiado bueno en su empleo pero cuando su caso llegó a sus manos no había mucho que hacer. No cuando había evidencia que la inculpaba. Kakashi había hecho lo imposible para salvarla de prisión y después de reducir su sentencia, consiguiendo 5 años en vez de los 8 que querían darle.

—No pienso que sean buenas noticias

—Son buenas noticias Tenten.

Natto sintió un pequeño sentimiento crecer en su interior pero prontamente se apagó. Estaba totalmente prohibido sentir ilusión, esperanza o algún sentimiento positivo sobre su sentencia. Algo que se había prometido cuando estaba el juicio, porque sabía que terminaría ahí dentro.

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