Tenten sintió sus piernas quemando ante el esfuerzo y aún así, aceleró el paso, con la mirada fija en la siguiente vuelta del campo. Corrió tan rápido como pudo alcanzando la línea en el suelo que indicaba que era el inicio y final de una vuelta, algo que ella misma había marcado con un poco de tierra. No se detuvo, siguió corriendo, traspasando a varias reclusas que corrían más lento.
Una vez que se aseguró de haber corrido diez vueltas, se detuvo, apoyó sus manos en su rodilla e inclinándose para recuperar el aliento. Le dolía un costado de su abdomen por el esfuerzo, pero lo había ignorado. El correr era una especie de terapia para ella misma, donde podía sacar toda la frustración o enojo por esfuerzo físico. Era el método más saludable, porque el resto de las reclusas lo hacían desquitándose con otras y provocando peleas.
Una vez que el aliento regresó a sus pulmones sin dolor, se enderezó, sintiendo aun el dolor en su costado. Mañana sufriría por ese dolor y si aquello no fuera suficiente, mañana tenia que trabajar en la lavandería. No estaba tomando decisiones muy inteligentes. Se acercó hasta quitarse de donde el resto de las reclusas corrían y se dejó caer en el suelo, recostándose. Era agradable correr en las mañanas para evitar el sol abrasador. Decidió tomar un descanso antes de regresar a su habitación para ir a bañarse. Sabía que encontraría una larga fila, pero estaba dispuesta a esperar hasta que saliera la ultima reclusa antes de bañarse.
Cerró los ojos, dejándose llevar por la pequeña brisa que el campo brindaba, al menos ahí afuera no se sentía tan claustrofóbica. Una vez que los músculos dejaron de presionarse por el esfuerzo y que su respiración se regularizó. Sabía que debía levantarse si no quería perderse el desayuno, aunque no es que fuera la cosa más deliciosa.
Estaba de más decir que la comida no era nada agradable para el paladar. Era insípida y masuda, demasiado procesada. Tenten realmente Moria por un sándwich de queso y tocino de aquel lugar cercano a su antiguo trabajo, de solo pensarlo se le hacia agua la boca. Aunque considerando la comida de ahí, cualquier cosa bastaría, hasta una hamburguesa de un lugar comercial. En ocasiones se preocupaba de perder el sentido del gusto al comer toda esa "comida" su propio estomago en ocasiones tenia indigestión por lo que comía pero no tenía muchas alternativas. De vez en cuando compraba unas sopas en la tienda de conveniencia para el microondas.
A su boca vino el recuerdo de aquellas tostadas con aguacate y queso que le habían dado en aislamiento. El lugar más inmundo de ese sitio pero le habían sabido a gloria. Se le hizo agua la boca, hasta que recordó a la persona que se las había dado.
Y la razón por la que había decidido correr tan efusivamente ese día, en un intento de bloquear sus pensamientos.
Había funcionado...hasta ese momento. Donde su propio paladar la había traicionado. Estar en prisión era mucho peor de lo que podrían decirle. Todos pensaban que el simple hecho de privarte de tu libertar y estar encerrada en cuatro paredes era malo, la realidad es que esa no era la peor parte. Sino la manera en que tu cabeza podría consumirte con tus pensamientos. De manera normal había varias "actividades" que te podían mantener ocupada lo suficiente, además de llevarte con otras reclusas. Pero había momentos donde tu mente te llevaba a pensar cosas que no quieres y más...cuando eres una solitaria en ese sitio.
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Enchaîné
FanfictionLa vida en prisión es una mierda, él lo sabe muy bien a pesar que ha ido ahí para ser el jefe de los custodios, con el fin de enderezar a la población femenina. Su gran moralidad y sentido de lo correcto es lo que representa a Neji Hyuga... o eso es...