VIII.

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Se revolvió en la cama cuando escuchó la alarma de su teléfono que había olvidado apagar, ese era su descanso y no tenía horarios para levantarse

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Se revolvió en la cama cuando escuchó la alarma de su teléfono que había olvidado apagar, ese era su descanso y no tenía horarios para levantarse. Pero el trabajo encima lo había hecho olvidar el quitar la alarma, por lo que se giró, la tomó entre sus manos y lo silenció.

Tenía que pasar algunos reportes antes de salir, aunque sabía que pudo haberlo hecho ayer, pero quería que fuera su excusa para ir antes de salir a la prisión. Sabía que estaba dándose a sí mismo más trabajo y que esas hora extra nadie se las devolvería, sin embargo, quería verla antes de salir. Era algo que no debería hacer pero saldría dos días, quería asegurarse que estuviera bien, aunque la había visto un día antes.

Se sentó en la cama con cierta pesadez, había tenido turnos bastante cansados cuando dos de sus oficiales renunciaron por un enfrentamiento con dos reclusas donde fueron heridos. No había sido nada grave, pero eso fue suficiente para motivarlos a irlos, además de los turnos dobles y un sueldo no tan atractivo, algo que era normal en guardias de seguridad pero aquí estaba el factor del peligro que podían tener.

Los incidentes en prisión no eran muy recurrentes, por lo que casi nunca había de que preocuparse, no obstante, eso parecía alejar a varias personas del puesto.

Tuvo que acomodar los horarios como pudo, viéndose el implicado en aquellos turnos dobles y luego de encajar la semana, al final logró tomarse un día libre. Regresaría mañana en la tarde, aunque no tenía demasiados asuntos que resolver, las cosas con sus primas estaban tranquilas y solo descansaría y se ocuparía de algunos pagos, además de entregar unos proyectos finales para la universidad pública en la que estaba estudiando.

Había decidido hacerlo una vez que las cosas con sus primas estuvieron estables. Hanabi estaba estudiando la universidad y Hinata ya estaba trabajando, por lo que era un peso menos para él y le dio la oportunidad de terminar la carrera que había dejado cuando tuvo que encargarse de ambas ante la muerte de sus tíos. Ahora podía concentrarse un poco en él, algo que desde hace años no había hecho, él se había dejado a si mismo de lado durante varios años, priorizando a su familia.

Se levantó y estiró adecuadamente como cada mañana sin falta, para mantener su cuerpo en forma lo mejor que podía, con una sesión de ejercicios. Siendo un guardia de seguridad muchos pensaban que solo era estar sentado, pero debías estar preparado cuando algo ocurriera y más en prisión. Él había entrenado de niño Kung-fu, por lo que había dedicado parte de su tiempo en conservar aquella disciplina lo mejor posible, en algún momento de su crisis había sido maestro de aquella arte marcial pero el lugar donde estaba igual terminó cerrando. Eso y el conocimiento de defensa personal le permitieron enseñarle a Tenten un poco de defensa, por su seguridad.

Una vez que terminó se metió al baño, dándose una larga ducha lavando su cabello con calma, algo que no solía hacer con regularidad. Fue cuando escuchó su móvil y frunció el ceño, salió como pudo del baño, con el agua goteando de su cabello y lo tomó.

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