Un Salto De Fe

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Ben ha dejado atrás cualquier sentimiento de ira. Lo sé porque, en cuanto termina nuestro abrazo, me mira con una sonrisa mientras limpia las pocas lágrimas que aún quedan en su rostro. Me deja sentir paz. Hablar con Ben nunca resulta particularmente bien, pero por alguna extraña razón esta vez fue diferente y para ser honesto no me desagrada, al contrario. Salimos juntos de la sala, pasando por la puerta principal donde estaban Jayme y Alphonso discutiendo.

—¿No iban a ir por una pizza? —bufo Ben, mirando a ambos con la ceja arqueada.

—Si. —dijo serio Alphonso, mientras Jayme lo sujetaba con fuerza.

—¿Entonces? —preguntó Ben.

—Bien...

—¡Hola Dan! —interrumpió Jayme a Alphonso, mientras levantaba su mano para saludarme con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Porque estás sujetando a Alphonso? —pregunte entre risas, al ver a mis dos hermanos en esa posición tan particular. 

—Porque tu hermana es muy chismosa. —Alphonso pateo con fuerza a Jayme, logrando que lo soltara y haciéndola caer al suelo.

—¡Como te atreves! —Jayme grito furiosa, señalando con odio a Alphonso.

—En teoría íbamos a ir por una pizza —dijo Alphonso, ignorando su grito—, pero Jayme tuvo la grandiosa idea de quedarse para escuchar su conversación chicos.

—¡No es cierto! —gritó enseguida, volteando a verme con ojos de vergüenza.

—Tienes razón —volteo a verla con una sonrisa—. Quería verlos dándose amor —dijo con su risa de tonto.

—¡Mentiroso de mierda! —grito avergonzada.

La risa se apoderó de mi al ver a Jayme en el suelo, usando su poder en contra del pobre de Alphonso. Fallando horriblemente, ya que hábilmente uso de escudo una de las sombrillas qué hay en la entrada. Dejando ver una sonrisa al bajar esta, enfureciendo a Jayme al instante. Se lanzó en contra de el, cayendo ambos al suelo, manoteando uno contra el otro. 

—¡Basta! —gritó Ben a lado mío con una fuerza ensordecedora, haciendo que todos en la habitación lo volteáramos a ver—. Levántense y dejen de jugar.

—Vamos Ben, es divertido —dije alegremente, sujetando sus hombros mientras lo veía con una enorme sonrisa.

—Tenemos cosas que hacer —dijo con seriedad.

Los tres asentimos, sabiendo perfectamente que era hora de entrenar. Subimos juntos al gimnasio, encontrándonos solo con Sloane y Christopher. Ben al ver la ausencia de Fei, decidió ir a buscarla. Nosotros por nuestra parte decidimos comenzar a calentar. A pesar de que no me llevo bien con todos mis hermanos, los aprecio lo suficiente para que me preocupe su posible desaparición, causada por la paradoja de la que hablo Cinco.

El simple hecho de pensar en ello, hace que me den escalofríos por todo el cuerpo. Sin darme cuenta ese pensamiento había tomado más fuerza; sentía un gran peso sobre mis hombros, mi pecho era golpeado una y otra vez por mi corazón, como si este quisiera salir disparado, el impacto de mis pies con la cinta de la caminadora era mas débil que el anterior. Mi mi cuerpo finalmente cedió, cayendo sobre la cinta de la caminadora, saliendo disparado hacia el ventanal.

—¡Mierda Dan! —dijo Sloane angustiada, volteando rápidamente.

—¿Estás bien hermanito? —Alphonso paro en seco la caminadora.

—Si —dije con dificultad, tratando de levantarme.

—¿Seguro que estás bien? —Jayme bajo de la caminadora y se acercó para ayudarme.

El Lenguaje del Amor (CincoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora