Depresión

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Ahora mismo todo mi cuerpo me está torturando, no lo soporto, usar mi don a ese nivel me dejo muy agotado, tanto física como mentalmente; mis manos tienen quemaduras de tercer grado que van desde las palmas hasta mi pecho, mi interior está tan calcinado que me arde. Aunque ese dolor no es nada comparado con lo que siento por haberles fallado a mis hermanos.

Deje de luchar por mantenerme firme cedí a todo lo que sentía. Me desvanecí y caí sobre el frío césped del lugar, sin temor alguno de quedarme tirado en medio de la nada cerré mis ojos llenos de lágrimas con la esperanza de desaparecer y dejar de sufrir. Ya nada tiene sentido, me perdí y no se como encontrarme.

Una voz familiar se hace presente en mi entorno, conforme pasa el tiempo está aumento su fuerza hasta que logró sacarme del trance. Al abrir mis ojos pude ver una mirada aterrada, la propietaria era Fei, que me sacudía con fuerzas mientras gritaba por Ben.

Enseguida llegó, acompañado de Grace. Rápidamente se acercó a mi costado y comenzó a colocarme el kit médico y a supervisar mis signos vitales. Ben se quedo unos pasos atrás con una mirada gélida, mientras Fei abrazaba a una Sloane temerosa.

Quería desaparecer, necesito estar solo. Así que de alguna forma reuní las fuerzas necesarias para salir de ahí, me levante del sillón y me arranque todas las agujas que tenía en el brazo y salí de la sala. Aventando a Ben en el proceso, ya que se había interpuesto en mi camino.

Subí rápidamente por las escaleras, ya que Ben me estaba persiguiendo para detenerme y supongo charlar de lo sucedido, algo que ni de chiste quería hacer. Me detuve en seco al pasar enfrente de una puerta con un par de stickers, era la habitación de Jayme, un nudo en la garganta se hizo presente acompañado de una fuerte presión en el pecho.

Corrí a mi habitación y al entrar cerré la puerta con seguro, evitando que cualquiera entrara a molestarme. Me deje caer sobre la cama, envolviéndome de pies a cabeza con las cobijas. Quiero desaparecer, que todo esto se detenga, la culpa me está torturando.

Las horas pasaron hasta que el sol entró por la ventana, en todo ese tiempo no pude conciliar el sueño, no dejaba de sentirme así. ¿Como se supera algo así? Una sola decisión le costó la vida a dos de mis hermanos. Si tan solo hubiera sido leal. Si me hubiera quedado a su lado, luchando juntos contra este problema, peor no, elegí irme por mi cuenta, siguiendo a un loco que tiene mas problemas que soluciones.

—¿Me abres por favor? —Ben preguntó con una voz afligida desde el otro lado de la puerta, sacándome de mis pensamientos—. Por favor Daniel.

—Vete —dije con una débil voz.

—Tienes que desayunar algo, abre la puerta. —Forzó el picaporte de esta para abrir—. Te estamos esperando. —Recargó su cabeza sobre la puerta—. Daniel abre —dijo en un suspiro.

Escuche sus pasos hasta que lentamente desaparecieron, dejándome en un completo silencio. Hace unos días no me hubiera pasado por la cabeza rechazar un desayuno familiar, pero ahora estoy pasando por una situación nada favorable, no podría mirarlos a los ojos sin sentir vergüenza. Jayme y Alphonso se han ido por un erro mío.

Por unos instantes pensé que me dejarían en paz, pero estaba muy equivocado. Ben se azoto una y otra vez contra la puerta hasta romper la cerradura.

—Perdón por eso, después lo arreglo —dijo apenado, entrando a la habitación—. No me gusta verte así. —Se acercó lentamente hasta llegar a la cama—. Hablemos, ¿te parece?

La verdad es que no tengo ninguna intención de hablar sobre lo sucedido. Me quede en silencio y me encogí, abrazando con fuerzas las almohadas.

—Lo de Jayme y Alphonso —dijo temeroso, sentándose a mi lado.

El Lenguaje del Amor (CincoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora