IX - Criaturas

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Llevaba horas cabalgando en los alrededores al pueblo, mientras en su interior maldecía haber terminado así aunque más le molestaba el no recordar del todo el cómo llegó a estar involucrada en esa caza de criaturas de la noche. Entre suspiros y refunfuños tanto el aire agitaba su cabello y golpeaba suave su rostro, intento una vez más que su memoria retome el punto de partida de ello. Observa a lo lejos como el sol se ponía esperando pronto estar a tiempo en su destino.

Lo último que sabía, era que la noche anterior al reencontrarse con Alucard en ambos sentidos; tras recobrar la compostura, y volver a la taberna se encontraba un grupo de hombres que tenían rato que demandaban hablar con el Dhampir por una emergencia. Alucard se hizo presente tras dejarla en la salida de servicio para que ingrese después y no levanté sospechas de lo que acababan de hacer atrás. No había alcanzado a oír con claridad de que charlaban con él, pero uno de ellos lucía un semblante muy serio y de gran preocupación, el mestizo validó la situación con su mirada firme entre más les escuchaba. Un silencio reinó entre ellos que fue interrumpido por el medio vampiro, que avanzó unos pasos hacia Scáthach, y sutilmente tomar con caballerosidad la mano derecha de ella con su zurda.

Una mano fina hasta frágil pero no perdía su masculinidad y firmeza, irradiaba seguridad y calidez, realmente Scáthach en ese instante no recordaba haber visto y sentido tal suavidad, una fuerza en alguien que transmitía en su agarre, mismo que su espada conocía a la hora de asesinar a sus enemigos y el cuerpo de la celta minutos antes supo apreciar gratamente. La guío hacía ellos hasta parecía que iba a sacarla a bailar por su postura, los hombres le miraron con esperanza en tanto Alucard entrelazó sus dedos entre los de la guerrera para después elevar su mano y besar sus nudillos. Scáthach desde ese momento no pudo articular palabra alguna, incluso no sabía cómo fue que le siguió sin oponerse ignorando el calor de sus propias mejillas.
Desde ese punto no sabía que había sucedido después, salvo que aún su mano resguardo el calor de Alucard lo que restaba esa noche.

— No me reconozco...— Bufó con disgusto mientras frenó con las riendas al caballo. Se peinaba el flequillo intentando invocar la calma ausente en si misma por lo que sus sentimientos y deseo jugaban en su contra.

— Una cara bonita con complejo de caballero no es para tanto.— Continuaba desahogandose mientras sin problemas bajo del mismo tras ver un enorme campo donde sembraban y a lo lejos un granero.
La semana pasada esa zona había sufrido una serie de ataques de bestias infernales, al punto de arruinar la cosecha y recolección próxima. La gente que vivía en esa parte, evitaba exponerse inútilmente, cada vez que las bestias asomaban, les encontraban para volverlos su cena, hasta parecía que realmente eran inteligentes más de lo usual. La cuestión era descubrir cómo lo hacían, y obviamente exterminarlos de una vez.

— Juro que después de esto, se lo haré pagar.— Expresaba irritada y palmeó al potro tras atarlo a un lado, con cierto fastidio aún por lo sucedido. Caminó un momento en silencio, rodeando el granero.

— El señor perfecto ni gracias dijo, espero no piense que el sexo es suficiente como pago.— Aunque mantenía su monólogo, su lanza aparece en su diestra a modo de alerta, tras percibir una presencia no muy lejos de allí por unos pasos pesados que le seguían, sospechaba era un humano pero desconfiaba por como asomó sigilosamente. Dió unos giros para apuntar en dirección de dicho visitante inesperado a varios pasos atrás de ella.

El hombre se inclinó de lado con un suspiro pesado mientras con la base de su látigo a duras penas frenó la lanza de la guerrera, fue un acto reflejo nato de alguien acostumbrado a ser atacado de forma constante.

— Imagino que eres la novia del señor perfecto. Tranquila, soy aliado aunque es normal no fiarse de un extraño que te persigue al anochecer. — Una sonrisa nerviosa exponía en su rostro que era cruzado por una cicatriz, era notablemente alto y confiado tanto que el azul de sus ojos lo transmitía, se le hizo curioso que sacará esa conclusión de lo que ella dijo en voz alta, como si conociera a Alucard de alguna manera.

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⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

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