II - El príncipe del sur.

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Días rutinarios en los que nuevos rostros asomaban en la ciudad Belmont que tomaba forma en su desarrollo. La gente que encontró hogar en esas tierras abandonadas, se centraban en sus actividades entre esos podía verse a la líder del pueblo original que se trasladó allí.
Greta se ocupaba de vigilancia y seguridad de los ingresantes al lugar que llegaban por la única ruta al exterior, era conocimiento popular que al menos de unos mil kilómetros por fuera de Belmont las criaturas de la noche asedian sin piedad a quienes desconocen la zona. Aquella mujer enérgica, trabajaba sin agobio a pesar que era muy tarde, tenía más que claro que no podían bajar la guardia más en ese momento, Trevor Belmont había salido al exterior semanas atrás, por una encomienda de su trabajo como cazador de vampiros y criaturas de la noche por lo que ese labor únicamente ella podía realizar por su gran conocimiento de la zona. Por su parte Sypha Belnades, en su tercer mes de embarazo, sus actividades se vieron reducidas un poco a regañadientes en el pueblo a lo administrativo o al menos todo lo referido a educación para los más jóvenes, un trabajo bastante más tranquilo y menos arriesgado por su estado que disfrutaba pese en momentos deseaba retomar su labor de antaño de oradora cazadora junto a su pareja.

Muchos cambios repentinos y naturales en la vida, quedando relegado al último miembro del equipo que derrotó meses atrás a Drácula que intentaba adaptarse a su nueva etapa de coexistir con humanos por primera vez en tiempo, tornándose incluso una responsabilidad para él su protección, un deseo noble que su difunta madre enorgullecería gratamente.

Adrian Fahrenheit Tepes, valiéndose de una de sus tantas habilidades sobrenaturales, recorría los alrededores del bosque que bordea el exterior de la ciudad; ante la vista ajena era un mero lobo blanco que andaba en la búsqueda de su presa, destellando sus ojos dorados cada que abordaba las sombras de la zona. De este modo, sería más sencillo destruir a los enemigos, y asegurar la entrada de la gente nueva entre tanto Greta cumplía su parte del trabajo allá.
La noche parecía tranquila, más tras estudiar la zona no percibió olores o al menos algún ruido que perteneciera a las criaturas de la noche. La desarrollada vista del lobo, captó que entre los tres carruajes que trazaban esos kilómetros, una de ellas lucía muy maltrecha y no por descuido del chófer, sino que las rasgaduras del techo encajaban con el tamaño de las garras pertenecientes a las bestias que rondaban, además de los rastros de sangre en la parte delantera que debajo de la monja ahora conductora seguía fresco, tristemente solo fue lo único que quedaba de quién no tuvo la misma suerte que el resto.
Maldecía no ser más rápido en ocasiones como esa, o al menos ser lo suficiente poderoso para sortear situaciones como esta.

"Si tu hijo se llama Treffy después de dejarme todo a cargo, no me culpes Trevor."

Con ironía pensaba en su amigo, para desquitarse como solía hacerlo con rebeldía ante la presión de estar solo pero en un contexto diferente y nuevo para él, más que difícil lo sentía.
Alarmado se acerca a la par del camino, para saber cuánto daño causó o si al menos sobrevivió alguien al incidente, aprovechó la elevación de unas rocas que rodean la ruta para observar desde lo alto. Increíblemente sus pasajeros no tenían daño, excepto una mujer maltrecha pero no era para exagerar el rasguño de su brazo, que con sus hijas se resguardaba temerosa.

"¿Cómo es posible qué sobrevivieran sin ningún otro daño? Las bestias suelen llevarse lo que más pueden cuando cazan, en especial en estás épocas que se les dificulta."

Extrañado por lo inusual de la escena, sus sentidos envolvieron el transporte, para oír la respiración y latidos de cada pasajero, palpaba el nerviosismo habitual, nada más excepto una mujer que estaba a espaldas desde donde el lograba colar su vista a través de la rajadura de la tela del techo del carruaje que ondeaba a causa de la fría brisa nocturna.

Un largo viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora