17. Cristina

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Nos hemos ido de vacaciones, ya era hora de que todos nos fuéramos durante tres semanas de vacaciones, como no todas les convencimos a los chicos para ir a las Maldivas, la verdad es que nos apetecía muchísimo ir y más en esta época del año.

A mi me tocó sentarme en la ventana junto a Gabi, que al pobre le toco un señor que se estaba tirando todo el viaje dormido y roncando al lado de él.

-¿Qué tal estás con tu amigo?- dije riéndome.

-No hace falta que responda a esa pregunta- dijo mirándome con ganas de morirse.

-Bueno no te preocupes, solo nos queda una hora de vuelo cuando te des cuenta ya estamos en tierra- le dije.

-Una hora que va a ser muyyy larga- me dijo mientras le daba un golpe al hombre para que no roncara.

El resto del viaje me la pasé dormida sobre el hombro de Gabi y el apoyado sobre mi cabeza para poder dormirse también.

Una hora después llegamos a las Maldivas, cada pareja teníamos asignada una villa, pero todas estaban juntas.

Cuando llegamos a la habitación lo primero que hice fue tirarme a la cama.

-Por fin camita- dije tirándome en ella.

-No señorita, no nos vamos a quedar aquí, nos vamos a dar una vuelta por la isla y ver los alrededores- dijo Gabi arrastrándome y tirándome de la cama.

-Pero tengo mucho sueño y a demás estoy muy cansada del viaje- le dije haciendo puchero.

A él le dio igual y me cogió como a un saco de patatas y me llevó al baño para que me vistiera.

-Te espero fuera- me dijo lanzándome un beso.

Me puse un vestido rosa que me favorecía mucho, con una sandalias muy cómodas y también hice unas ondulaciones en el pelo.

Cuando salí vi que Gabi estaba sentado en una de los columpios que había junto a la piscina.

-Ya estoy- dije mientras iba dirección a él.

-Vamos a un bar que hay junto a las villas, nos están esperando Andrea y Marcos- me dijo mientras íbamos andando hacia allí.

-¿Y los demás?- le pregunté.

-Les he escrito a los chicos y dicen que se quedan en sus villas porque están casados del viaje.

-Y ellos se quedan y yo no- le dije cruzándome de brazos.

-Es que me hacía ilusión ver el atardecer contigo- me puso una carita super adorable.

Llegamos al bar donde nos estaban esperando nuestros amigos y nos estuvimos tomando algo mientras observábamos las increíbles vistas que había fuera. Los chicos se fueron a jugar al futbolín y después de un rato le preguntamos que si podíamos jugar con ellos.

-Vale, aunque no creo que nos ganéis- dijo Marcos.

-Que no eso ahora se verá- dijo Andrea.

Jugamos y de repente le metimos un gol.

-En vuestra cara perdedores- les dijimos a la vez.

-No os emocionéis que acabamos de empezar- dijo Gabi.

Pero a los pocos segundos vino el segundo.

-Bueno Andrea parece ser que somos las mejores en esto- le dije mientras chocábamos los cinco.

-Vamos a hacer una cosa lo ponemos a diez goles, la pareja que llegue antes gana- dijo Marcos.

-Nos parece bien- dijimos las dos.

Le estuvimos marcando muchos goles, ellos también hasta que quedamos empate a nueve, la pareja que metiera el último ganaba.

-Aquí se decide todo- dijo Marcos.

Nos costó bastante, hasta que...

-TOMAAAA- dijimos Andrea y yo y nos reímos de la cara que se les había quedado.

-JAJAJA, tendríais que veros las caras chicos- le dije mientras me reía.

-Bueno sí habéis ganado, parar ya ¿no?- dijo Gabi.

-Ay pobrecitos que no admiten que han perdido- les dije.

Después salimos del bar y nos fuimos a la playa a ver ese increíble atardecer que había.

La verdad es que iban a ser unas increíbles vacaciones o eso pensaba yo...

Dos corazones pero un latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora