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Nos encontrábamos con los chicos ensayando para el show de mañana. Estábamos muy emocionados de volver a tocar un escenario después de casi dos años.

Aunque yo estuve haciendo shows de mi proyecto Floricienta, no era lo mismo. Me siento más cómodo compartiendo escenario con mis amigos de toda la vida, aunque faltaba Lu.

— Muy bien chicos, eso es todo por hoy. —dijo  nuestro manager— tienen el día libre. Recuerden que mañana es el show, así que no se acuesten tarde.

Nosotros asentimos mientras que agarrabamos las cosas para irnos. Al salir del teatro, había una multitud de personas esperando por nosotros, cuando nos vieron empezaron a gritar como locos.

Los de seguridad nos agarraron para poder subir a la camioneta rápido.

— ¡Camila, te amo! — escuchamos el grito de un chico mientras intentábamos pasar por la gente.

Camila sonrió. Busco con la mirada al dueño del grito y le tiro un beso, todos gritaron emocionados.

— ¡Benjamín, termina con tu novia y vení conmigo! — otro grito se escucho entre la multitud de personas. Yo reí.

— ¡Felipe, sos un bombón! — otro grito más.

Y así, mientras pasamos por la gente hasta llegar a la camioneta que esperaba por nosotros para llevarnos al hotel, se escucho muchos gritos.

Logramos subir a la camioneta, y antes de cerrar la puerta, escuchamos otro grito. Pero este hizo que el ambiente sea un poco incómodo.

— ¡Camila, comete a Benjamín por nosotras!

El de seguridad cerró la puerta. Todos largamos una risa ante todos los gritos de los fans desesperados. Todavía no caigo lo que genero Rebelde Way.

— Una chica me tiro esto —dijo Felipe y mostró un bóxer con su cara. Camila rio.

El auto arranco rumbo al hotel. Fue divertido el viaje, hacíamos chistes todo el rato sobre los regalos que nos dejaron. Llegamos al hotel y nos encontrábamos en la habitación de Camila.

Reíamos entre los 3 de nuestros chistes. Felipe se levantó de la cama ante nuestra mirada.

— Me iré a bañar..— aviso— en un rato vuelvo.

Camino hasta la puerta, pero antes de salir, me miro.

— Toma, te lo regalo..— me lanzó el bóxer que tenia su cara. Camila se río.

Y sin dejar que le responda, salió de la habitación dejándonos a Camila y a mi solos.
Era la primera vez que nos quedábamos solos después de la charla de ayer. Le pedí que empecemos de cero. Que seamos amigos. Aunque, yo no quería ser su amigo, era una excusa para sentirla cerca.

Un silencio se formo entre ambos. Aunque no era incómodo, simplemente, silencio.

— Que loco lo que paso hace rato. —Hablo Camila rompiendo el silencio, su tono de voz era divertido. Sonreí al recordarlo— las tenes locas, Rojas.

Me sorprendi al escucharla decir por mi apellido, hace mucho no llamaba Rojas. Disimule mi sorpresa y la miré pícaro.

— Es que soy un bombón. —dije juguetón. Ella rio.

—Tampoco te creas tanto, eh. — me intento bajar los humos.

— Nadie puede resistirse a Benjamín Rojas.

Ella levantó las cejas.

— ¿Estás seguro? —pregunto, yo asentí con seguridad a mis palabras— bueno, yo creo que estas equivocado.

— La Camila de 14 años no pensaba lo mismo, eh — solté sin pensarlo. Camila me miró sorprendida ante mis palabras y yo me arrepentí al instante por decir eso.

Ok, puede ser que la cague.

— Tenia mal gusto esa Camila. — dijo entre risas. Sentí un alivio al saber que no se lo tomó mal.

Yo abrí mi boca fingiendo indignación.

— Auch — me lleve mis manos en el corazón— justo en mi ego.

Ella rio ante mi actitud.

— Que tonto eres.. — me empujó para atrás, haciéndome caer en la cama. Yo sonreí mientras escuchaba sus risas.

Ella se acostó al lado mío.

Nos pusimos a mirar una película, mientras que ella a veces hacía comentarios sobre la película y yo me reía ante sus ocurrencias.

Cuando la volví a mirar, se había quedado dormida, apoyada en mi hombro. No pude evitar observar sus facciones. ¿Por qué era tan linda?

Mi vista fue a sus labios. Me moría de ganas de besarlo, sus labios rosados y tan deseables, me moría por probar el sabor de sus labios otra vez, pero me contuve.

Me separe con mucho cuidado de ella y salí de la habitación. Necesitaba despejar mi mente y no podía si la tenia a ella tan cerca mio.

Odiaba esto. Odio tenerla tan cerca y al mismo tiempo tan lejos, no poder besar sus labios, rodearla con mis brazos o simplemente compartir tiempo con ella.

No quiero que me vea como su amigo o compañero de trabajo, no quiero ser eso. Quiero que sea la mujer de mi vida.

Cobardes | Benjamila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora