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Después de ese almuerzo de hoy al mediodía tan incómodo, cada uno estuvo en sus habitaciones y en ningún momento nos encontramos. Hoy era día libre y mañana bien temprano debíamos tomar un avión para la siguiente ciudad del tour de España.

Fui a recorrer un poco de la ciudad tan linda de Barcelona, aunque no era la primera vez que venía, nunca había tenido la oportunidad de conocerla bien. Compre algunos recuerdos y regalos para llevarle a mi familia.

Me encontré con algunos fans y me regalaron golosinas españolas. Cuando ya termine mi recorrido, me pasaron a buscar y me llevaron del vuelta al hotel.

En todo el día, no he dejado de pensar en lo estúpido que fui. En mis escenas de celos sin sentido y lo cobarde que me estuve comportando con ella.

Ella es la única mujer que logra convertirme en un idiota por amor.

Ya me canse de fingir no sentir nada cuando la veo. Quizás, debería dejar de ser tan orgulloso y decirle lo que siento.

— Benja.

Una voz femenina hizo sacarme de mis pensamientos. Al levantar la mirada me encuentro con Olivia, la hija de nuestro baterista. Es una chica muy buena onda, me cae bien.

— Hola, Oli. —sonreí. Ella se acercó para darme un beso en el cachete.

— No te he visto en todo el día y me había preocupado.

— Salí a recorrer un poco la ciudad, aproveche y compre algunas cosas de recuerdo. — respondi, enseñándole la bolsa de las compras. Ella asintió.

— Ah, bueno. — llevo una de sus manos a un mechón de pelo y empezó a jugar con el, como si estuviera nerviosa — ¿y ahora tienes que hacer algo?

— No, no. ¿Por qué? — cuestione.

— Quería invitarte a tomar algo al bar del hotel — soltó, haciéndome quedar un poco confundido ante su invitación. Ella creo que se dio cuenta de lo que pensaba — como amigos, obviamente.

— Bueno, esta bien — acepte y ella sonrió, dejándome ver su dentadura perfecta.

Acepte porque tenia que despejar mi mente un rato. No me vendría nada mal ir a tomar algo en el bar de hotel, además la compañía de Olivia no es tan mala, es una chica bastante divertida. No la conozco mucho, pero las veces que hable con ella, siempre fue dulce y divertida.

Fuimos al bar del hotel. Ambos nos pedimos un vaso de vodka. Cerré con fuerza los ojos cuando la bebida pasó por mi garganta quemandome, estaba bastante fuerte.

Estuvimos como una hora hablando con Olivia. Me ha contando varias cosas de su vida, me dijo que le gustaría empezar a estudiar medicina. También me contó algunos chismes sobre su última relación.

— Así que eso, creo que yo era la única que estaba enamorada en esa relación.

Largue un suspiro.

— Te entiendo. Que difícil es el amor.

Ella me miró dudativa ante mi confesión.

— ¿Las cosas están mal con Maria? — me preguntó. Yo suspire, ni si quiera me acordaba de Maria, otro problema más en mi vida.

— Algo así. — dije con la mirada perdida. No podía decirle que hablaba de otra persona realmente.

— Pensé que las cosas estaban bien entre ustedes, ojalá puedan solucionar.

— No lo sé. — solté. Ella me miró perpleja, mi boca dijo algo que no quería decir, o realmente si.

Siendo sincero, quiero terminar con Maria y decirle a Camila todo lo que siento, aunque tengo miedo. No quiero lastimarla, pero lastimosamente, ya lo estoy haciendo cuando decidí involucrarme con ella sabiendo que mi corazón le pertenecía a alguien más.

Sentí la mano de Olivia acariciar la mía. La miré y me di cuenta que sus ojos eran azules, nunca le había prestado atención al color de sus ojos.

— Sea lo que sea, todo va estar bien — me intento animar y yo esboze una pequeña sonrisa.

En eso, siento la presencia de alguien más en el lugar. Volteo encontrándome a Camila detrás de nosotros, su cara reflejaba sorpresa y al mismo tiempo asco.

— Perdón, no quería interrumpir — dijo atropelladamente Camila. Me di cuenta que todavía seguíamos agarrados de la mano y me solté rápidamente.

— No interrumpiste nada — contesto Olivia mientas que se paraba. La chica me miró — yo debo irme ya, gracias por la compañía.

Olivia me miró por última vez y se fue ahi dejándonos solos. Mire a Camila quien estaba cruzada de brazos y me miraba con cara de decepción.

— ¿Por qué me miras así? — cuestione confundido ante su mirada.

Ella suspiro.

— No lo puedo creer, Benjamín — soltó — me das asco. No podes dejar de ser tan mujeriego aunque sea por un día?

— ¿Qué? — murmure confundido ante sus palabras. Me puse de pie para poder estar más cerca de ella.

— ¿La hija del baterista es tu nuevo objetivo? Ni con novia dejas de ser lo que sos — mi rostro cambio a uno de enojo, no puedo creer de lo que me estaba acusando — cada día me decepcionas más. Hombre tenias que ser.

— Estas diciendo cualquier cosa.

— Ni con novia te controlas — continuo hablando.

— ¿Te estás escuchando lo que decis? — mi tono de voz ya estaba empezando a subirse, mientras que mi cara se ponía seria — ni si quiera sabes lo que estas diciendo.

— Se muy bien lo que estoy diciendo.

— No, no sabes nada — respondi cortante.

— Estaban agarrados de la mano, tomando algo en el bar.

— ¿Y? — ella me miró incrédula — me invito a tomar algo y yo le acepte, no había otras intenciones, pero pensa lo que quieras.

No deje a que me responda y me fui de ahí antes de que la pelea se convierta en algo más grande. No tenía ganas de seguir peleando. Se que la deje con la palabra en la boca y debe estar re enojada, pero no me importa. Ella sola se la busco.

Salí del bar para ir directo a mi habitación y encerrarme ahí hasta que sea mañana. Ya era tarde, así que todos estaban descansando y se suponía que yo también debería.

Entre a bañarme para intentar calmar mis pensamientos. Una vez que salí, me puse ropa cómoda y estaba por acostarme, pero había un impulso en mi cabeza que no me dejaba tranquilo.

Y aunque luche con todo mi ser para no seguir ese impulso, no logre controlarme. Salí de mi habitación, mientras caminaba en mi mente me decía que era mala idea, pero no podía controlar lo que sentía. Toque la puerta de la habitación que estaba al frente de la mia.

Bastaron unos minutos para que la puerta se abra. El rostro de Camila al verme ahí fue una mezcla de confusión y enojo.

— ¿Qué queres? — pregunto con los brazos cruzados.

Tome un poco de aire.

— No puedo dejar de seguir ocultando lo que siento — solté de repente, haciéndo que ella quede inmóvil. Creo que se esperaba de todo, menos esto — No puedo seguir negando lo mucho que me gustas. Nunca deje de hacerlo, desde el primer día que te vi en el set de Chiquititas hasta el día de hoy.

La había dejado sin palabras. Así que decidí volver a hablar.

— Si no hago esto — me acerque lentamente a ella — puede que me arrepienta después.

Y sin esperar respuesta de ella, hice lo que tanto deseaba hacer. La bese.

Y si, por fin me había animado. Debo admitir que también la valentía que tuve fue por parte de los vasos de vodka que tomé, el alcohol en mi sangre era necesario para animarme a jugármela.

Y no, no estoy borracho. Estoy demasiado consciente de lo que estoy haciendo y se que mañana no me voy a arrepentir.. o quizás si.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2023 ⏰

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